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Usar smartphones podría proteger el cerebro de los adultos mayores del deterioro cognitivo
jueves, abril 17, 2025

Usar smartphones podría proteger el cerebro de los adultos mayores del deterioro cognitivo

Adulto mayor utilizando una tablet, smartphone o celular mientras sonríe, simbolizando el impacto positivo del uso de tecnología digital en la salud cognitiva.

Una nueva investigación desafía la idea de que la tecnología digital perjudica la mente de los mayores. Al contrario, usar smartphones, tablets y computadoras podría estar fortaleciendo sus capacidades cognitivas.

El uso de la tecnología digital por parte de las personas mayores ha sido, durante años, motivo de preocupación. La imagen del abuelo frustrado frente a una pantalla congelada o de la abuela que lanza su móvil sobre la mesa ante una actualización inesperada es familiar en muchos hogares. Pero estas escenas, lejos de ser negativas, podrían estar ocultando un efecto beneficioso: el entrenamiento involuntario del cerebro.

Así lo sugiere un amplio metaanálisis dirigido por el investigador Michael Scullin y su equipo, cuyos resultados fueron publicados en la revista Nature Human Behaviour. El estudio examinó los datos de más de 400 000 personas de más de 50 años y reveló un hallazgo que rompe con ideas preconcebidas: existe una asociación significativa entre el uso de tecnologías digitales y una menor probabilidad de deterioro cognitivo en la vejez.

Tecnología y mente: una relación más compleja de lo que parece

En el debate público actual sobre el impacto de la tecnología en la salud mental, predominan expresiones como “deterioro cerebral digital” o “brain drain”. Estas ideas plantean que una exposición constante a pantallas puede tener un efecto negativo sobre nuestras habilidades cognitivas. Pero ¿es esta percepción realmente correcta en el caso de los adultos mayores?

“Solo hace falta encender las noticias para ver cómo se habla de los supuestos daños de la tecnología. Términos como ‘deterioro digital’ están cada vez más de moda”, comenta Scullin. Sin embargo, el investigador señala que ha llegado el momento de reevaluar estas afirmaciones a la luz de datos concretos. Y es que la primera generación que ha convivido con la era digital ya está alcanzando edades en las que el riesgo de demencia aumenta, lo que ofrece a la ciencia una oportunidad única para estudiar el verdadero impacto de las pantallas en el cerebro envejecido.

El mayor estudio hasta ahora: más de 400 000 personas analizadas

Para llegar a sus conclusiones, el equipo de investigación analizó 136 estudios anteriores centrados en adultos mayores que utilizaban tecnología digital. La condición para incluir esos trabajos en su revisión era que fueran estudios de cohortes u observacionales, y que incluyeran tanto un uso general de la tecnología como resultados relacionados con la salud cognitiva o diagnósticos de demencia.

Los resultados fueron contundentes. “Nuestro análisis muestra que el uso de tecnologías digitales por parte de los adultos mayores se asocia con un 58 % menos de probabilidad de sufrir deterioro cognitivo”, indican los autores. Aunque se trata de una correlación (es decir, no se puede afirmar con certeza que la tecnología sea la causa directa del beneficio), el hallazgo es prometedor y sugiere que la interacción con herramientas digitales podría tener un efecto protector.

¿Por qué sería beneficioso usar el móvil o el ordenador?

Uno de los aspectos más sorprendentes de este descubrimiento es que va en contra de la imagen popular de los dispositivos digitales como herramientas pasivas. Scullin y sus colegas proponen una explicación interesante: para muchas personas mayores, aprender a usar tecnología no es una actividad trivial, sino una verdadera gimnasia mental.

“Una de las primeras cosas que dicen las personas mayores cuando hablan de sus dispositivos es: ‘¡Me frustra tanto la computadora!’ O ‘Esto es muy difícil de aprender’”, explica Scullin. “Pero eso indica que es un desafío cognitivo, y eso podría ser precisamente lo que es bueno para el cerebro, aunque no resulte agradable en el momento”.

De hecho, cada nueva actualización de software, cada fallo en la conexión o cada interfaz que cambia de diseño representa un nuevo obstáculo que obliga a los mayores a adaptarse, aprender y pensar de manera activa. Es posible que esa constante necesidad de resolución de problemas funcione como un tipo de entrenamiento cerebral similar al que ofrecen los ejercicios mentales o los rompecabezas.

Más allá del cerebro: menos soledad, más conexiones

Otra posible explicación para el vínculo entre tecnología y salud cognitiva se encuentra en el aspecto social. Las herramientas digitales permiten a los mayores mantenerse conectados con sus seres queridos, algo especialmente importante en edades avanzadas, cuando la soledad puede convertirse en un factor de riesgo.

“Hoy en día, no solo puedes hablar con tus hijos o nietos, también puedes verlos en tiempo real, compartir fotos, enviar correos o mensajes, todo en segundos”, destaca Scullin. Esta conectividad constante reduce el aislamiento, y dado que la soledad se asocia con un mayor riesgo de demencia, el uso de estas tecnologías podría estar ayudando a prevenir el deterioro cognitivo indirectamente.

Los vínculos sociales y la comunicación frecuente son clave para un envejecimiento saludable. Y en este sentido, las plataformas digitales (ya sea a través de videollamadas, chats o redes sociales) ofrecen una vía accesible para mantener esos lazos, incluso cuando las distancias físicas lo dificultan.

Un apoyo extra cuando el deterioro ya ha comenzado

Además de su papel potencial en la prevención, las tecnologías digitales también pueden ayudar a las personas mayores que ya presentan señales de deterioro cognitivo. Herramientas como calendarios digitales, recordatorios automáticos, aplicaciones de navegación o incluso asistentes virtuales pueden permitir que estos individuos conserven su independencia por más tiempo.

“Una persona con problemas de memoria puede recibir una notificación que le recuerde tomar su medicación o ir al médico. También puede usar el GPS de su teléfono para orientarse si se pierde”, explican los autores. Al facilitar la realización de tareas cotidianas, estas tecnologías pueden retrasar el momento en que una persona ya no pueda valerse por sí misma, lo cual es uno de los criterios usados para diagnosticar demencia.

Redes sociales y creatividad: ¿una nueva forma de entrenamiento?

Otro tema que ha generado debate es el uso de redes sociales. Aunque navegar interminablemente por contenidos triviales puede parecer contraproducente, Scullin sugiere que ciertas formas de interacción digital podrían tener un efecto positivo.

“No se puede predecir fácilmente el efecto cognitivo de pasarse horas en TikTok, pero sí se puede argumentar que crear vídeos o contenidos requiere pensamiento creativo, lo cual es beneficioso”, señala. Además, participar en comunidades online también puede ser una fuente de estímulo emocional y mental, al crear nuevos vínculos y reforzar la sensación de pertenencia.

Este tipo de actividades (ya sea editar una foto, escribir un mensaje o grabar un vídeo) implican planificación, memoria, atención y coordinación, todas funciones cognitivas que pueden fortalecerse con la práctica.

¿Deberíamos animar a los mayores a usar más tecnología?

A la luz de estos resultados, los investigadores lanzan una propuesta: fomentar el uso responsable y guiado de la tecnología entre las personas mayores. “Si tienes un padre o abuelo que evita usar la tecnología, quizá deberías pensarlo mejor”, sugiere Scullin. “¿Podrías enseñarle a usar una aplicación para enviar mensajes, compartir fotos o seguir un calendario? Empieza por algo sencillo y ten paciencia mientras aprende”.

Este enfoque implica no solo superar barreras técnicas, sino también prejuicios culturales y emocionales que a veces llevan a los mayores a desconfiar de los dispositivos digitales. Pero con apoyo adecuado, muchas personas mayores pueden adaptarse y beneficiarse enormemente de las herramientas modernas.

Un cambio de paradigma

El estudio de Scullin y su equipo invita a reconsiderar nuestras ideas sobre la relación entre envejecimiento, tecnología y salud mental. En lugar de ver la tecnología como una amenaza para la mente de los mayores, podríamos empezar a verla como una aliada: una fuente de estimulación cognitiva, de conexión emocional y de apoyo funcional.

Esto no significa que toda interacción digital sea positiva o que debamos promover un uso excesivo de pantallas. Pero sí sugiere que, bien utilizada, la tecnología puede ser una herramienta poderosa para promover un envejecimiento activo y saludable.

En palabras del propio Scullin: “Podríamos pasar mucho tiempo hablando de todas las maneras en que la tecnología puede ser perjudicial. Pero el efecto neto, desde los años noventa hasta hoy, ha sido positivo para la cognición en los adultos mayores”.

Fuente: Scullin, M. (2025, April 15). Digital Dementia? Does Technology Use by Digital Pioneers Correlate with Cognitive Decline? Baylor University. https://news.web.baylor.edu/news/story/2025/digital-dementia-does-technology-use-digital-pioneers-correlate-cognitive-decline

Fuente: Benge, J.F., Scullin, M.K. A meta-analysis of technology use and cognitive aging. Nat Hum Behav (2025). https://doi.org/10.1038/s41562-025-02159-9

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