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¿Por qué tu alergia al polen empeora cada año? La respuesta está en el aire… y en el suelo
sábado, abril 19, 2025

¿Por qué tu alergia al polen empeora cada año? La respuesta está en el aire… y en el suelo

Campo de flores en primavera con alto contenido de polen, relacionado con aumento de alergias debido a la contaminación por nitrógeno.

Si en los últimos años has notado que los síntomas de tu alergia al polen (congestión nasal, estornudos, ojos llorosos) se intensifican o aparecen antes en la temporada, no estás solo. Y tampoco es tu imaginación. Un nuevo estudio belga, publicado en The Lancet Planetary Health, revela que la causa no se limita al cambio climático o al aumento de diagnósticos, como a menudo se cree. Hay otro factor menos visible pero profundamente arraigado en nuestro entorno: la contaminación por nitrógeno.

La conexión entre el nitrógeno y el polen

Investigadores de la Universidad KU Leuven descubrieron que la contaminación por nitrógeno no solo hace que las plantas liberen más polen, sino que además aumenta su poder alergénico. En otras palabras: no es solo que haya más polen flotando en el aire, sino que ese polen es más agresivo para el sistema inmunológico de las personas alérgicas.

Para llegar a esta conclusión, los científicos compararon 25 pares de terrenos de pastizales en Bélgica. En cada par, uno había sido fertilizado con nitrógeno (a través de fertilizantes artificiales) y el otro no. Esta comparación permitió observar los efectos de la fertilización sobre la producción de polen y su capacidad de desencadenar reacciones alérgicas.

Los resultados fueron sorprendentes: los terrenos fertilizados producían más de seis veces la cantidad de polen en comparación con los no fertilizados. Pero lo más inquietante fue comprobar que ese polen también generaba reacciones alérgicas más intensas en pruebas inmunológicas realizadas en personas con alergia diagnosticada.

Alergias más intensas con menos polen

Una de las pruebas clave del estudio consistió en medir la reacción de ciertos glóbulos blancos del sistema inmunológico (específicamente, los basófilos) al entrar en contacto con el polen recogido. Aunque se usó la misma cantidad de polen en todos los casos, los basófilos reaccionaron 5,1 veces más intensamente al polen de los terrenos fertilizados. Además, los niveles de inmunoglobulina E (IgE), una molécula clave en las respuestas alérgicas, también fueron más altos: 1,3 veces mayores que con el polen de terrenos sin fertilizantes.

Esto indica que el polen no solo es más abundante en zonas contaminadas con nitrógeno, sino también más propenso a provocar una respuesta del sistema inmune, incluso en cantidades moderadas.

Cambios ecológicos que agravan el problema

El exceso de nitrógeno no solo altera la química del polen, también transforma profundamente el ecosistema vegetal. En los pastizales fertilizados, los investigadores observaron que las gramíneas (plantas como el pasto, que producen grandes cantidades de polen) dominaban el paisaje, cubriendo en promedio un 61 % del terreno. En cambio, en los pastizales no fertilizados, su cobertura era de apenas el 32 %.

Al mismo tiempo, la diversidad de especies vegetales disminuyó cerca de un 30 %. Esto implica que las especies menos competitivas desaparecen, mientras las gramíneas (las grandes productoras de polen) se imponen.

Según los investigadores, estos cambios no solo alteran el equilibrio ecológico, sino que contribuyen directamente a que el polen producido en estos ambientes sea más alergénico.

Un fenómeno global, no solo belga

Aunque este estudio se realizó en Bélgica, sus implicaciones son globales. La contaminación por nitrógeno es un fenómeno extendido en todo el mundo, impulsado por el uso intensivo de fertilizantes en la agricultura y las emisiones de la industria y el tráfico rodado.

En Bélgica, por ejemplo, se liberan más de 20 kilogramos de nitrógeno por hectárea cada año, una cifra que supera ampliamente el umbral crítico de entre 5 y 10 kilogramos establecido para evitar pérdidas de biodiversidad. Y lo más preocupante: incluso en terrenos naturalmente ricos en nutrientes, la adición de más nitrógeno aumenta la alergenicidad del polen. Pero los efectos más drásticos se observaron en suelos naturalmente pobres, donde el exceso de nitrógeno alteró por completo la dinámica de las plantas.

¿Qué significa esto para las personas alérgicas?

La incidencia de alergias al polen ha ido en aumento en las últimas décadas en todo el mundo. Si bien una parte de este incremento puede atribuirse a un mejor diagnóstico y mayor conciencia médica, estudios como este apuntan a un claro papel de los factores ambientales, como la contaminación por nitrógeno.

“Este estudio muestra una relación directa entre el enriquecimiento del suelo con nitrógeno y la mayor agresividad del polen”, señalaron los investigadores. “Las personas alérgicas podrían estar enfrentando síntomas más intensos no solo porque hay más polen en el aire, sino porque ese polen es más reactivo para su sistema inmunológico.”

Limitaciones del estudio y próximos pasos

Como todo estudio científico, este tiene algunas limitaciones. Las pruebas de alergia se realizaron en condiciones de laboratorio, no en entornos naturales, y con una muestra relativamente pequeña: solo 20 personas alérgicas participaron en los ensayos clínicos. Además, la investigación se centró exclusivamente en gramíneas, sin incluir otras fuentes importantes de alérgenos como los árboles y las plantas herbáceas.

El equipo sugiere que futuras investigaciones analicen diferentes tipos de vegetación, en regiones con distintos niveles de contaminación por nitrógeno, y que se extiendan en el tiempo para observar efectos a largo plazo.

Una señal de alerta… y una oportunidad

Más allá de los resultados puntuales, este estudio añade una pieza clave al rompecabezas del aumento global de enfermedades alérgicas. También pone de manifiesto cómo el impacto de la actividad humana (incluso algo aparentemente tan técnico como el uso de fertilizantes) puede tener consecuencias inesperadas en nuestra salud.

Reducir la contaminación por nitrógeno no solo beneficiaría a la biodiversidad o la calidad del aire: también podría ser una estrategia eficaz para aliviar el sufrimiento de millones de personas con alergias. En tiempos en que los síntomas parecen intensificarse cada primavera, esta podría ser una razón más para repensar nuestra relación con el entorno.

Fuente: Daelemans, R., Verscheure, P., Rombouts, T., Keysers, S., Devriese, A., Peeters, G., Coorevits, L., Frans, G., Van Gerven, L., Bruffaerts, N., Honnay, O., Ceulemans, T., Aerts, R., & Schrijvers, R. (2025). The impact of ecosystem nitrogen enrichment on pollen allergy: A cross-sectional paired comparison study. The Lancet Planetary Health, 9(4), e294–e303. https://doi.org/10.1016/S2542-5196(25)00060-9

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