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Los bonobos también combinan sonidos para comunicarse como los humanos
viernes, abril 04, 2025

Los bonobos también combinan sonidos para comunicarse como los humanos

Grupo de bonobos en la selva comunicándose mediante vocalizaciones complejas, revelando similitudes sorprendentes con el lenguaje humano.

Un reciente estudio ha revelado que los bonobos, nuestros parientes vivos más cercanos, pueden combinar sus llamadas de manera similar a como los humanos construyen frases en el lenguaje. Este hallazgo desafía la idea de que la composicionalidad es exclusiva del habla humana y sugiere que esta capacidad podría tener raíces evolutivas más antiguas de lo que se pensaba.

Un descubrimiento que cambia lo que sabemos sobre el lenguaje animal

El lenguaje humano se distingue por su capacidad de combinar palabras para formar frases con significados más complejos. Sin embargo, hasta ahora se creía que esta habilidad era exclusiva de nuestra especie. Investigadores de la Universidad de Zúrich y la Universidad de Harvard han demostrado que los bonobos utilizan estructuras composicionales en su comunicación vocal, de una forma sorprendentemente similar a la de los humanos.

“Nuestra investigación sugiere que la capacidad de combinar elementos vocales en formas complejas no es exclusiva de los humanos”, afirmó la investigadora Mélissa Berthet, una de las autoras principales del estudio publicado en la revista Science.

¿Qué es la composicionalidad y por qué es importante?

La composicionalidad es la capacidad de combinar elementos significativos en estructuras más complejas, cuyo significado depende de la combinación de sus partes. En los humanos, esta capacidad se refleja en la formación de frases, donde las palabras individuales se organizan de manera que alteran o complementan su significado mutuo.

Por ejemplo, en la frase “bailarín rubio”, las palabras se suman sin modificar su significado individual. Sin embargo, en expresiones más complejas como “bailarín malo”, el adjetivo “malo” cambia la percepción del sustantivo, indicando una evaluación en lugar de una simple descripción.

Este estudio ha demostrado que los bonobos utilizan estructuras similares en su comunicación, lo que sugiere que la capacidad de formar significados combinados no es exclusiva de los humanos.

La creación de un diccionario bonobo

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores observaron a bonobos salvajes en la Reserva Comunitaria de Kokolopori, en la República Democrática del Congo. Durante varios meses, registraron las vocalizaciones de los bonobos y las asociaron con distintos contextos para identificar patrones de comunicación.

“Por ejemplo, si un grito específico era seguido consistentemente por el movimiento del grupo, podía interpretarse como una llamada a la acción, como ‘vámonos’”, explicó Berthet.

Con estos datos, los científicos construyeron un “diccionario bonobo”, catalogando sus llamadas y sus significados. Luego analizaron las combinaciones de estos sonidos y descubrieron que los bonobos no solo encadenan llamadas, sino que el significado de sus combinaciones depende de las partes individuales, reflejando un tipo de composicionalidad similar a la del lenguaje humano.

No solo estructuras simples: un lenguaje más complejo de lo esperado

Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es que los bonobos no solo utilizan formas básicas de composicionalidad, sino también estructuras complejas. “Identificamos al menos tres combinaciones en las que el significado de una llamada influye en la otra, un fenómeno conocido como composicionalidad no trivial”, afirmó Berthet.

Este tipo de construcción lingüística se creía hasta ahora exclusiva de los humanos. Sin embargo, el estudio reveló que los bonobos pueden modificar el significado de ciertos sonidos cuando se combinan con otros, al igual que lo hacemos en el lenguaje humano.

Otra observación relevante es que, en principio, todas las llamadas de los bonobos pueden combinarse entre sí, de manera similar a como los humanos utilizan palabras para formar oraciones con distintos significados. “Esto sugiere que la estructura del lenguaje de los bonobos es más rica y flexible de lo que se pensaba”, indicó Simon Townsend, profesor de la Universidad de Zúrich.

Implicaciones evolutivas: ¿desde cuándo existe esta capacidad?

Uno de los aspectos más importantes de este descubrimiento es la implicación que tiene en la comprensión de la evolución del lenguaje. Dado que humanos y bonobos comparten un ancestro común que vivió entre 7 y 13 millones de años atrás, estos hallazgos sugieren que la composicionalidad podría haber estado presente en la comunicación de nuestros antepasados mucho antes del surgimiento del lenguaje humano.

“Nuestra investigación indica que la capacidad de construir significados complejos a partir de unidades más pequeñas existía en nuestros antepasados al menos hace 7 millones de años”, afirmó el profesor Martin Surbeck, coautor del estudio.

Esto desafía la idea de que el lenguaje humano evolucionó desde una comunicación puramente gestual o de señales simples, sugiriendo en su lugar una base vocal más compleja.

¿Podría haber otros animales con esta capacidad?

Los investigadores planean expandir su estudio a otras especies para determinar si la composicionalidad está presente en otros primates. La próxima especie en ser analizada será el chimpancé, y los científicos esperan descubrir si también emplea estructuras vocales similares a las de los bonobos.

“Queremos explorar si esta capacidad es exclusiva de los bonobos o si está presente en otros primates, lo que podría indicar que la composicionalidad es una característica ampliamente compartida en la evolución de la comunicación”, explicó Berthet.

Este estudio marca un hito en la investigación sobre la comunicación animal y plantea nuevas preguntas sobre la evolución del lenguaje. Si la composicionalidad no es exclusiva de los humanos, ¿qué otros aspectos del lenguaje podrían haber surgido mucho antes de lo que imaginamos?

Fuente: M. Berthet et al. ,Extensive compositionality in the vocal system of bonobos.Science388,104-108(2025). DOI  https://doi.org/10.1126/science.adv1170

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