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¿Cuánto dura un día en Urano? Nuevas mediciones corrigen el dato tras casi 40 años
miércoles, abril 09, 2025

¿Cuánto dura un día en Urano? Nuevas mediciones corrigen el dato tras casi 40 años

Imagen del planeta Urano captada por el telescopio espacial Hubble, mostrando su atmósfera azulada y su inclinación axial extrema.

Gracias a más de una década de observaciones del telescopio espacial Hubble, científicos han logrado determinar con una precisión sin precedentes la duración exacta de un día en Urano. El hallazgo muestra que un día uraniano es 28 segundos más largo de lo que se creía desde la visita de la sonda Voyager 2 en 1986.

Durante décadas, la cifra más aceptada sobre la duración del día en Urano procedía de los datos obtenidos por la legendaria sonda Voyager 2, que en 1986 se convirtió en la única nave terrestre en visitar el planeta gigante. Sin embargo, una nueva investigación publicada en la revista Science y sustentada por un artículo en Nature Astronomy ha corregido ese dato con notable precisión.

Según el nuevo estudio, Urano tarda 17 horas, 14 minutos y 52 segundos en completar una rotación sobre su eje, lo que supone una diferencia de 28 segundos respecto a la estimación anterior. Aunque este ajuste pueda parecer mínimo, para los científicos planetarios representa un avance significativo en el conocimiento de uno de los mundos más enigmáticos del sistema solar.

El enigma de la rotación uraniana

Determinar la velocidad de rotación de un planeta no siempre es tan sencillo como puede parecer. En planetas con una superficie visible o características atmosféricas marcadas, como Marte o Júpiter, los astrónomos pueden seguir patrones en la atmósfera o movimientos de manchas para calcular cuánto tarda el planeta en girar. Sin embargo, con Urano, las cosas son bastante más complicadas.

Urano es un planeta helado, sin una superficie sólida definida, cubierto por una atmósfera espesa y carente de marcadores visibles constantes. Además, su inclinación axial extrema (gira prácticamente “acostado” sobre su órbita) y su campo magnético peculiar complican aún más las mediciones.

“Es extremadamente difícil determinar la rotación interna de un planeta como Urano”, señalan los investigadores en el estudio. “Sin una superficie sólida o estructuras atmosféricas persistentes que seguir, tenemos que recurrir a métodos indirectos”.

Durante años, los datos de Voyager 2 fueron la mejor estimación disponible. Según aquellas mediciones, el día uraniano duraba exactamente 17 horas, 14 minutos y 24 segundos. Pero esa cifra se basaba en la detección de ondas de radio producidas por el campo magnético de Urano, una técnica que hoy se considera menos precisa en planetas con campos magnéticos inestables o inusuales.

El papel clave del telescopio espacial Hubble

El avance decisivo ha venido gracias al telescopio espacial Hubble, que ha estado observando Urano con regularidad durante más de una década. A través de estas observaciones continuas, los científicos han podido analizar un fenómeno poco habitual en ese planeta: el comportamiento de la aurora boreal uraniana, es decir, su actividad de auroras polares.

Las auroras se producen cuando partículas energéticas del viento solar interactúan con el campo magnético de un planeta. En la Tierra, este fenómeno crea las conocidas luces del norte y del sur. Pero en Urano, las auroras son menos frecuentes, más tenues y, sobre todo, mucho más caóticas.

“La aurora de Urano no sigue patrones regulares como las de Júpiter o la Tierra”, explica el equipo científico. “Esto se debe en gran parte a que su campo magnético está fuertemente inclinado respecto a su eje de rotación, lo que provoca comportamientos extremadamente complejos”.

Pese a esta dificultad, los astrónomos lograron rastrear las variaciones del brillo auroral a lo largo del tiempo y, con ayuda de modelos computacionales del campo magnético uraniano, calcularon con precisión la posición de los polos magnéticos. Este seguimiento permitió determinar cómo se mueve el campo magnético con la rotación del planeta, proporcionando una nueva y más exacta medida del periodo de rotación.

Una corrección de 28 segundos con grandes implicaciones

La diferencia entre el nuevo dato (17 h 14 m 52 s) y el proporcionado por Voyager 2 (17 h 14 m 24 s) es de apenas 28 segundos. Sin embargo, en términos científicos, representa un gran avance. Esta corrección no solo mejora nuestro entendimiento del planeta, sino que tiene consecuencias prácticas para futuras misiones espaciales.

“Conocer la rotación exacta de un planeta es fundamental para planificar una misión orbital o atmosférica”, afirman los autores. “Si vamos a enviar una sonda al planeta, necesitamos saber con precisión cuánto tiempo pasa cada punto de su atmósfera bajo la luz del sol, y cómo varía su orientación con el tiempo”.

No es una simple cuestión académica. En la próxima década, la NASA planea enviar una misión orbital a Urano, una sonda que estudiaría tanto al planeta como a sus numerosas lunas. Esta misión, que podría incluir también un módulo de descenso atmosférico, se beneficiaría enormemente de estos nuevos datos, tanto para elegir los momentos adecuados de observación como para calcular las trayectorias de entrada y recolección de datos.

Un campo magnético que intriga a los científicos

Además de ayudar a medir la rotación del planeta, el estudio aporta información adicional sobre uno de los aspectos más desconcertantes de Urano: su campo magnético.

A diferencia del campo magnético terrestre, que está alineado aproximadamente con su eje de rotación, el de Urano está desviado unos 60 grados y no está centrado en el núcleo. Esto significa que las líneas de campo se comportan de forma impredecible y, como se mencionó anteriormente, las auroras se producen en ubicaciones cambiantes.

Los científicos esperan que los nuevos modelos desarrollados en esta investigación también ayuden a entender mejor la estructura interna de Urano, ya que el campo magnético se genera por el movimiento de materiales conductores en el interior del planeta. Si se logra comprender cómo y dónde se originan estos movimientos, será posible deducir más detalles sobre la composición y dinámica interna del gigante helado.

“Este tipo de estudios nos ayuda a ver más allá de la atmósfera”, indica el equipo. “Nos permite asomarnos al interior del planeta y empezar a comprender procesos que hasta ahora solo podíamos imaginar”.

¿Por qué Urano sigue siendo un gran desconocido?

A pesar de su tamaño —es el tercer planeta más grande del sistema solar por diámetro— y de su relevancia científica, Urano sigue siendo uno de los planetas menos estudiados. La razón principal es que solo ha sido visitado una vez por una sonda espacial, Voyager 2, durante un sobrevuelo fugaz que duró apenas unas horas.

Desde entonces, ningún otro vehículo espacial ha regresado a ese lejano rincón del sistema solar. Por eso, los astrónomos han tenido que conformarse con observaciones desde la Tierra o con telescopios espaciales como el Hubble.

Sin embargo, esto está empezando a cambiar. La comunidad científica ha abogado en los últimos años por una misión dedicada exclusivamente a Urano, y la NASA ha incluido este objetivo en su planificación para la década de 2030. La misión, aun en fase conceptual, contemplaría el envío de una sonda orbital que estudiaría la atmósfera, el campo magnético, las lunas y los anillos del planeta. También se espera que se lance un módulo que se interne en las capas atmosféricas de Urano, recogiendo datos clave sobre su estructura y composición.

Una pieza más en el rompecabezas del sistema solar

Ajustes como los realizados en este nuevo estudio pueden parecer pequeños a simple vista, pero tienen un gran valor en el contexto de la exploración planetaria. Saber con exactitud cómo rota un planeta como Urano no solo ayuda a planificar futuras misiones, sino que también aporta claves para entender la historia y evolución del sistema solar.

Urano, con su extraña inclinación, su atmósfera rica en metano y su sistema magnético inclinado, representa una anomalía en muchos sentidos. Y como sucede a menudo en la ciencia, son precisamente estas anomalías las que impulsan el conocimiento hacia adelante.

“Cada nuevo dato sobre Urano es como una pieza de un rompecabezas más grande”, dicen los investigadores. “Y aunque aún faltan muchas piezas, estudios como este nos acercan un poco más a completar la imagen”.

Fuente: Lamy, L., Prangé, R., Berthier, J. et al. A new rotation period and longitude system for Uranus. Nat Astron (2025). https://doi.org/10.1038/s41550-025-02492-z

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