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Nuevo estudio revela que el chicle libera miles de microplásticos en la saliva
sábado, marzo 29, 2025

Nuevo estudio revela que el chicle libera miles de microplásticos en la saliva

Un nuevo estudio revela que tanto los chicles sintéticos como los naturales liberan miles de partículas plásticas al masticarlos

El consumo de chicle, un hábito común en todo el mundo, podría estar exponiéndonos a una cantidad alarmante de microplásticos. Según una nueva investigación presentada en la reunión de primavera de la American Chemical Society (ACS), una persona que mastica chicle regularmente podría ingerir hasta 30 000 microplásticos al año.

Los microplásticos, partículas de plástico de menos de 5 mm de tamaño, han sido detectados en diversos órganos del cuerpo humano, incluyendo el cerebro, los pulmones y la sangre. Su impacto en la salud aún se investiga, pero estudios previos los han relacionado con inflamaciones, daños celulares e incluso enfermedades neurodegenerativas como la demencia.

Un estudio sin precedentes

A pesar de la popularidad del chicle, su papel como fuente de microplásticos apenas había sido estudiado. Para llenar este vacío, el equipo liderado por Sanjay Mohanty, profesor de ingeniería en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), junto con la investigadora Lisa Lowe, realizó un análisis exhaustivo para determinar la cantidad de microplásticos liberados al masticar diferentes tipos de chicle.

Los investigadores evaluaron cinco marcas de chicle sintético y cinco de chicle natural. Para reducir variables, todas las muestras fueron masticadas por la misma persona bajo condiciones controladas. Durante las pruebas, se recolectaron muestras de saliva en intervalos de 30 segundos y se analizaron en laboratorio mediante microscopía y espectroscopia infrarroja transformada de Fourier (FTIR).

Los resultados fueron impactantes: en promedio, se liberaron 100 microplásticos por gramo de chicle masticado, con un máximo de 600 microplásticos por gramo en algunos casos. Dado que un chicle pesa entre 2 y 6 gramos, esto significa que un solo chicle grande podría liberar hasta 3000 partículas plásticas en el organismo.

Además, la mayor parte de los microplásticos (94 %) se desprendió en los primeros ocho minutos de masticación. No se debe a una reacción química con la saliva, sino al proceso mecánico de la masticación, que desgasta la base del chicle y libera estas partículas.

El origen de los microplásticos en el chicle

El chicle se fabrica con una base gomosa que le otorga su característica textura elástica. En los chicles sintéticos, esta base proviene de polímeros derivados del petróleo, como el polietileno y el polipropileno. Por otro lado, los chicles naturales usan polímeros vegetales, como la savia del árbol chicozapote.

Sorprendentemente, los investigadores encontraron que tanto los chicles sintéticos como los naturales liberaban cantidades similares de microplásticos. “Nuestra hipótesis inicial era que los chicles sintéticos liberarían más partículas plásticas debido a su composición”, explicó Lisa Lowe, quien comenzó este proyecto como pasante en UCLA. Sin embargo, ambos tipos contenían polímeros como poliolefinas, poliacrilamidas y poliestirenos, los mismos materiales presentes en plásticos comerciales.

Un problema de salud potencial

Los científicos todavía no tienen una respuesta definitiva sobre los efectos de los microplásticos en la salud humana. “No queremos alarmar a nadie”, aclaró Mohanty. “No hay estudios en humanos que confirmen el daño de los microplásticos. Sin embargo, sabemos que estamos expuestos a ellos en la vida cotidiana, y queríamos entender su presencia en el chicle”.

Estudios en animales han mostrado que los microplásticos pueden causar inflamación, daño celular y alteraciones en el sistema nervioso. También se han encontrado acumulaciones de estos materiales en órganos vitales, incluyendo el cerebro, lo que podría estar relacionado con enfermedades neurodegenerativas.

En promedio, una persona consume entre 74 000 y 100 000 microplásticos al año a través de alimentos, agua embotellada y el aire. Si se añade el consumo de chicle, esta cifra podría aumentar significativamente.

¿Cómo reducir la exposición a los microplásticos del chicle?

Los investigadores sugieren que, para minimizar la ingestión de microplásticos al masticar chicle, se mastique cada pieza durante más tiempo en lugar de consumir varias en un corto período. Esto se debe a que la mayoría de las partículas se liberan en los primeros minutos de masticación.

Otro aspecto preocupante es el impacto ambiental del chicle desechado. “El plástico que se libera en la saliva es solo una pequeña fracción del plástico total en el chicle”, advirtió Mohanty. “Si los residuos de chicle no se eliminan correctamente, contribuyen a la contaminación plástica del medio ambiente”.

Futuras investigaciones

El estudio solo pudo detectar microplásticos de 20 micrómetros o más, debido a las limitaciones de los equipos utilizados. Sin embargo, los investigadores creen que el chicle también podría liberar nanopartículas plásticas aún más pequeñas, lo que podría incrementar la exposición humana. Para investigar esto, serán necesarias técnicas de análisis más avanzadas en futuros estudios.

El trabajo de Mohanty y Lowe marca un primer paso en la comprensión de cómo el consumo de chicle contribuye a la carga de microplásticos en el cuerpo humano. A medida que se obtengan más datos, los científicos podrán evaluar mejor los riesgos y explorar posibles alternativas más seguras para los consumidores.

Fuente: American Chemical Society. (2025). Chewing gum can shed microplastics into saliva, pilot study finds. Disponible en: https://www.acs.org/pressroom/presspacs/2025/march/chewing-gum-can-shed-microplastics-into-saliva-pilot-study-finds.html

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