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Los lagos del mundo pierden oxígeno a un ritmo alarmante: un problema mayor de lo esperado
martes, marzo 25, 2025

Los lagos del mundo pierden oxígeno a un ritmo alarmante: un problema mayor de lo esperado

Los lagos del mundo se asfixian: la pérdida de oxígeno avanza más rápido de lo esperado

Un nuevo estudio revela que los lagos están perdiendo oxígeno más rápido que los océanos y los ríos, lo que pone en peligro la biodiversidad y podría intensificar el cambio climático.

Durante las últimas dos décadas, los lagos de todo el mundo han experimentado una alarmante disminución en sus niveles de oxígeno, un fenómeno que avanza a una velocidad superior a la registrada en los océanos y ríos. Un equipo de científicos de China y el Reino Unido ha analizado los datos de 15 535 lagos en todos los continentes y ha descubierto que el 83 % de ellos han sufrido una reducción significativa en el oxígeno disuelto entre 2003 y 2023.

Sus hallazgos, publicados en la revista Science Advances, indican que el oxígeno en los lagos ha disminuido a un ritmo de aproximadamente 0,049 miligramos por litro por década. Aunque esta cifra pueda parecer pequeña, es casi el doble de la tasa de descenso en los océanos (0,022 mg/l por década) y considerablemente mayor que en los ríos (0,038 mg/l por década). América del Norte y Europa son las regiones más afectadas, con reducciones de 0,13 mg/l y 0,074 mg/l, respectivamente, en los últimos diez años.

Los efectos de esta crisis son profundos y multidimensionales: desde la alteración de ecosistemas acuáticos hasta el aumento en la producción de gases de efecto invernadero. Además, la falta de oxígeno en el agua amenaza la supervivencia de muchas especies de peces y altera los ciclos biogeoquímicos fundamentales para la salud de los ecosistemas lacustres.

El calentamiento global, la principal causa de la pérdida de oxígeno en los lagos

Los investigadores identifican el calentamiento global como el factor más importante detrás de esta preocupante tendencia. A medida que la temperatura del agua aumenta, su capacidad para retener oxígeno disminuye, de manera similar a cómo una bebida gaseosa pierde su efervescencia más rápido cuando está caliente. Este proceso, conocido como desoxigenación térmica, es responsable del 55 % de la disminución del oxígeno en los lagos.

Sin embargo, el aumento de la temperatura no es el único problema. Las olas de calor han demostrado ser aún más destructivas. Durante estos eventos climáticos extremos, los niveles de oxígeno pueden reducirse en un promedio del 7,7 %, y en los peores casos, hasta en un 19 %. Para muchas especies acuáticas, esta disminución repentina puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

A pesar de esta tendencia general, algunos lagos en regiones tropicales presentan un comportamiento distinto. En estas zonas más cálidas, el aumento de la temperatura puede favorecer la proliferación de algas, las cuales producen oxígeno mediante la fotosíntesis. Sin embargo, este efecto es temporal y localizado, y en la mayoría de los casos, el crecimiento excesivo de algas puede generar problemas adicionales, como la eutrofización, que a largo plazo contribuye aún más a la reducción del oxígeno.

Un futuro incierto para los lagos y sus ecosistemas

Los pronósticos para las próximas décadas no son alentadores. Dependiendo del nivel de calentamiento global, los investigadores estiman que el oxígeno en los lagos podría disminuir entre un 4,3 % y un 8,8 % adicionales para el año 2100. Si esto ocurre, muchos lagos caerán por debajo del umbral crítico de 6 mg/l, un nivel en el que los peces comienzan a experimentar dificultades para crecer y alimentarse.

Si los niveles de oxígeno descienden aún más, hasta por debajo de los 3 mg/l, la mayoría de las especies de peces no podrán sobrevivir. Esto no solo afectará la biodiversidad acuática, sino que también tendrá consecuencias económicas para las comunidades que dependen de la pesca como fuente de alimento e ingresos.

Pero la crisis del oxígeno no solo impacta a los organismos vivos. También tiene un efecto químico significativo en la dinámica de los lagos. Cuando los niveles de oxígeno son bajos, las bacterias en los sedimentos cambian su metabolismo y comienzan a producir metano y óxido nitroso, dos gases con un potente efecto invernadero. Esto crea un círculo vicioso: la disminución del oxígeno contribuye al cambio climático, y el cambio climático, a su vez, agrava la pérdida de oxígeno en los lagos.

Lagos emblemáticos en riesgo: el caso del lago Victoria

Uno de los ejemplos más alarmantes de este fenómeno es el lago Victoria, el segundo lago de agua dulce más grande del mundo y una fuente vital de sustento para millones de personas en África. Durante los últimos años, se han registrado episodios en los que los niveles de oxígeno en sus aguas profundas han caído por debajo del umbral crítico, poniendo en peligro la vida acuática y generando preocupación entre los científicos.

El lago Victoria no es un caso aislado. Otros cuerpos de agua, desde los Grandes Lagos de América del Norte hasta el lago Baikal en Rusia, han mostrado tendencias similares. Estos lagos, que durante siglos han sido ecosistemas estables, están experimentando cambios rápidos que podrían alterar su biodiversidad de manera irreversible.

El impacto en la biodiversidad acuática

No todas las especies reaccionan de la misma manera a la disminución del oxígeno. Mientras que algunos peces, como la carpa, pueden tolerar niveles relativamente bajos, especies más sensibles como la trucha y el salmón se ven gravemente afectadas. Esta diferencia en la tolerancia crea una presión de selección que está transformando la composición de las poblaciones acuáticas.

Además, los organismos que habitan en el fondo de los lagos, como ciertos tipos de invertebrados y microorganismos, juegan un papel crucial en la descomposición de materia orgánica y en la regulación de los ciclos de nutrientes. La falta de oxígeno interrumpe estos procesos, lo que provoca la acumulación de materia en descomposición y altera la química del agua.

Acciones urgentes para mitigar la crisis

Los científicos advierten que la situación requiere una acción inmediata para frenar la pérdida de oxígeno en los lagos. Existen dos estrategias clave:

  1. Reducir el cambio climático: La disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental para frenar el calentamiento global y, con ello, la desoxigenación de los lagos. Esto implica una transición hacia fuentes de energía renovable, la reducción del uso de combustibles fósiles y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.
  2. Controlar la eutrofización: La acumulación de nutrientes en los lagos, provocada por el exceso de fertilizantes agrícolas y el vertido de aguas residuales, acelera el crecimiento de algas y reduce aún más los niveles de oxígeno. Implementar regulaciones más estrictas sobre el uso de fertilizantes y mejorar el tratamiento de aguas residuales puede ayudar a mitigar este problema.

Si no se toman medidas, la crisis del oxígeno en los lagos continuará agravándose, con consecuencias devastadoras no solo para los ecosistemas acuáticos, sino también para las comunidades humanas que dependen de ellos.

Fuente: Yibo Zhang et al. ,Climate warming and heatwaves accelerate global lake deoxygenation.Sci. Adv.11,eadt5369(2025).DOI: https://doi.org/10.1126/sciadv.adt5369

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