El sueño es fundamental para la salud mental y física. Sin embargo, nuevas investigaciones revelan que una mala calidad de sueño no solo afecta el cerebro, sino que también puede aumentar la susceptibilidad a creer en teorías de conspiración.
La relación entre el sueño y la salud cerebral
Dormir mal es más que una molestia pasajera; tiene efectos profundos en el funcionamiento del cerebro. Este estudio reciente encontró que la falta de sueño y los trastornos del sueño pueden estar relacionados con la reducción del volumen cerebral. Esto podría aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
“Descubrimos que las personas con trastornos del comportamiento durante el sueño REM tienen un menor volumen de materia gris en una parte del lóbulo frontal”, explicó el investigador Tergel Namsrai. “Esta área es una de las primeras en mostrar signos de demencia y Alzheimer”.
Los hallazgos sugieren que el sueño desempeña un papel crucial en la protección del cerebro contra el deterioro cognitivo. Dormir bien no solo permite consolidar la memoria y regular las emociones, sino que también puede reducir el riesgo de enfermedades neurológicas graves.
El impacto del sueño en la creencia en teorías de conspiración
Otro estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Nottingham, encontró que la mala calidad del sueño puede aumentar la propensión a creer en teorías de conspiración. Estas teorías suelen sugerir que grupos poderosos actúan en secreto en detrimento de la sociedad, lo que puede generar desconfianza en la ciencia, las instituciones y las políticas públicas.
El equipo de investigación analizó a más de 1000 participantes en dos estudios para evaluar la relación entre el sueño y la susceptibilidad a estas creencias. Los resultados, publicados en el Journal of Health Psychology, mostraron que las personas con peor calidad de sueño eran más propensas a aceptar teorías conspirativas, especialmente después de exponerse a contenido de este tipo.
El experimento sobre el incendio de Notre-Dame
Uno de los experimentos realizados por los investigadores consistió en analizar cómo reaccionaban 540 participantes tras leer un artículo sobre el incendio de la catedral de Notre-Dame en París. Mientras que algunos leyeron una versión factual del evento, otros recibieron un relato conspirativo que sugería un encubrimiento intencional.
Los resultados fueron reveladores: las personas con mala calidad de sueño tenían una mayor tendencia a creer en la versión conspirativa. Esto sugiere que el descanso inadecuado podría hacer que las personas sean más susceptibles a narrativas engañosas y teorías sin fundamentos sólidos.
Depresión, paranoia y el papel del sueño
En un segundo estudio, los investigadores analizaron los factores psicológicos que podrían explicar la relación entre el sueño y la creencia en teorías de conspiración. Participaron 575 personas, y los resultados indicaron que tanto la mala calidad del sueño como el insomnio estaban vinculados a una mayor propensión a creer en teorías conspirativas.
Uno de los factores clave en esta relación fue la depresión. “El sueño es esencial para la salud mental y el buen funcionamiento del cerebro”, señaló el investigador principal, Daniel Jolley. “La mala calidad del sueño aumenta el riesgo de depresión, ansiedad y paranoia, factores que también influyen en la creencia en teorías de conspiración”.
Si bien la ira y la paranoia también jugaron un papel en la predisposición a estas creencias, su impacto no fue tan consistente como el de la depresión. Esto sugiere que mejorar la calidad del sueño podría ser una estrategia eficaz para reducir la vulnerabilidad a la desinformación y las creencias infundadas.
Dormir mejor para pensar mejor
Los hallazgos de estos estudios resaltan la importancia de una buena higiene del sueño no solo para la salud cerebral, sino también para la capacidad de evaluar información de manera crítica. En un mundo donde la desinformación se propaga rápidamente, un sueño adecuado podría ser una herramienta clave para fortalecer el pensamiento racional y disminuir la influencia de narrativas engañosas.
Mejorar la calidad del sueño no es solo una cuestión de descanso, sino también de salud mental y resistencia cognitiva. Dormir bien podría ayudar a reducir la propagación de teorías de conspiración y a fomentar una sociedad más informada y menos susceptible a la desinformación.
—Fuente: Jolley D, Dinnick I, Burgin L, Ryan S, Morgan-Finn O, Muncer S. Investigating the link between sleep quality and belief in conspiracy theories. Journal of Health Psychology. 2025;0(0). doi:https://doi.org/10.1177/13591053251320598
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