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Aumentan los casos del virus Oropouche: esto es lo que debes saber
martes, marzo 18, 2025

Aumentan los casos del virus Oropouche: esto es lo que debes saber

El virus Oropouche se expande: riesgos y prevención ante una nueva amenaza

En los últimos meses, un nuevo virus ha comenzado a propagarse rápidamente en América del Sur y el Caribe, generando preocupación entre las autoridades sanitarias y los viajeros. Se trata del virus Oropouche, un virus transmitida por insectos que presenta síntomas similares a los del dengue y el Zika. Aunque la mayoría de los casos son leves, su capacidad de mutación y expansión geográfica ha encendido las alarmas.

Este virus, que históricamente ha afectado a regiones tropicales, ha comenzado a ser detectado en turistas que regresan a Canadá, Estados Unidos y Europa. Su rápida propagación sugiere que podría convertirse en un problema de salud pública global en los próximos años.

¿Qué es el virus Oropouche y cómo se transmite?

El virus Oropouche fue detectado por primera vez en 1955 en Trinidad y Tobago. Pertenece al grupo de los arbovirus, como el dengue y el chikunguña, y se transmite a través de la picadura de insectos. La principal especie responsable de su propagación es el Culicoides paraensis, un tipo de jejen (mosquita diminuta) que no suele transmitir otros virus como el Zika o el dengue. También se ha encontrado en mosquitos del género Culex quinquefasciatus, que están presentes en el sur de Estados Unidos, aunque hasta el momento no se han registrado casos de transmisión local en ese país.

A diferencia de otros arbovirus que cuentan con un solo cromosoma, el virus Oropouche tiene tres. Esto le permite intercambiar material genético cuando diferentes cepas infectan una misma célula, favoreciendo la aparición de nuevas variantes que pueden mejorar su capacidad de adaptación y propagación.

Síntomas y riesgos para la salud

La enfermedad causada por el virus Oropouche presenta síntomas similares a los de otras infecciones virales transmitidas por insectos. Los pacientes pueden experimentar fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y dolores musculares. El período de incubación oscila entre 3 y 10 días, y la enfermedad suele durar entre 2 y 7 días. Sin embargo, en aproximadamente el 60 % de los casos, los síntomas pueden reaparecer semanas después de la recuperación inicial.

Si bien la mayoría de las infecciones son leves, en algunos casos se han reportado manifestaciones más graves, como vómitos, dolor abdominal, erupción cutánea y meningoencefalitis aséptica. En raras ocasiones, la enfermedad puede ser fatal.

Uno de los aspectos más preocupantes del virus es su posible impacto en el embarazo. Se ha documentado la transmisión vertical de madre a hijo, con consecuencias potencialmente graves como aborto espontáneo y microcefalia en los recién nacidos. Dada la falta de información concluyente, las autoridades sanitarias han recomendado a las mujeres embarazadas o que planeen quedar embarazadas que reconsideren viajar a zonas afectadas.

Expansión geográfica y factores que favorecen su propagación

Desde finales de 2023, el virus ha sido detectado en países como Bolivia, Brasil, Perú y Cuba, además de otros lugares de América del Sur donde ya se habían registrado brotes en el pasado, como Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela y Guayana Francesa. En los primeros dos meses de 2025, solo en Brasil se reportaron más de 5000 casos, lo que indica una rápida propagación.

Uno de los mayores temores de los expertos es que el virus logre adaptarse a los mosquitos que transmiten el dengue y el Zika, que están presentes no solo en América Latina, sino también en América del Norte y Europa. Esto podría facilitar su expansión fuera de las regiones tropicales, convirtiéndolo en una amenaza global.

El cambio climático también podría jugar un papel clave en la propagación del virus. Con el aumento de las temperaturas, los hábitats de los mosquitos transmisores se han expandido, permitiendo que enfermedades antes restringidas a regiones tropicales comiencen a aparecer en otras latitudes. Además, la deforestación, la minería y la agricultura intensiva han alterado los ecosistemas, aumentando el contacto entre humanos y los insectos que transmiten el virus.

Prevención y tratamiento

Actualmente, no existen vacunas ni tratamientos antivirales específicos para el virus Oropouche. La única opción es el manejo sintomático, utilizando paracetamol para reducir la fiebre y el malestar. Se recomienda evitar los antiinflamatorios no esteroides, ya que podrían agravar ciertos síntomas.

Para reducir el riesgo de infección, las autoridades sanitarias han recomendado el uso de ropa de manga larga, mosquiteros y repelentes de insectos que contengan DEET, icaridina o deltametrina. También se sugiere utilizar insecticidas y eliminar posibles criaderos de insectos en áreas residenciales.

¿Estamos ante una nueva pandemia?

Aunque el virus Oropouche aún no representa una amenaza de la magnitud del dengue o el Zika, su capacidad de mutación y rápida propagación hacen que deba ser monitoreado de cerca. A medida que aumentan los casos y se detectan infecciones en viajeros internacionales, es crucial que las autoridades de salud pública refuercen la vigilancia epidemiológica y desarrollen estrategias para contener su expansión.

La historia de enfermedades virales como el dengue y el chikunguña ha demostrado que, una vez que un virus logra adaptarse a nuevos vectores y expandirse a nuevas regiones, su control se vuelve cada vez más difícil. Por ello, la comunidad científica ya ha comenzado a investigar el virus Oropouche con el objetivo de desarrollar posibles vacunas y tratamientos en el futuro.

Por ahora, la mejor herramienta sigue siendo la prevención. Mantenerse informado y tomar precauciones adecuadas puede marcar la diferencia para evitar la propagación de esta nueva amenaza viral.

Fuente: Dinh, T., Kanji, J., & Vaughan, S. (2025). Outbreaks of Oropouche virus infections are occurring in South America and the Caribbean. Canadian Medical Association Journal, 197(9), E244. https://doi.org/10.1503/cmaj.241440

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