Un estudio revela que la exposición a corto plazo a partículas contaminantes reduce la capacidad de concentración y afecta funciones cognitivas clave, como la atención selectiva y el reconocimiento de emociones.
La contaminación del aire no solo es un problema grave para la salud física, sino que también tiene un impacto significativo en nuestras capacidades mentales. Una investigación reciente ha demostrado que incluso una exposición breve a altos niveles de contaminación por partículas finas (PM2.5) puede dificultar tareas cotidianas como hacer la compra, al afectar funciones cognitivas esenciales.
Efectos inmediatos en el cerebro
Los investigadores expusieron a los participantes del estudio a altos niveles de contaminación del aire, simulados mediante humo de velas, y luego evaluaron sus capacidades cognitivas antes y después de la exposición. Los resultados mostraron que la contaminación redujo significativamente la atención selectiva y la capacidad de reconocer emociones, dos habilidades cruciales para realizar tareas diarias de manera efectiva.
“Nuestro estudio proporciona evidencia convincente de que incluso una exposición breve a la contaminación por partículas puede tener efectos negativos directos en funciones cerebrales esenciales para actividades cotidianas, como hacer la compra semanal”, explicó Thomas Faherty, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Birmingham.
Atención selectiva y emociones: las más afectadas
La atención selectiva, que nos permite priorizar tareas y evitar distracciones, se vio particularmente perjudicada. Esta función es clave, por ejemplo, para seguir una lista de compras en el supermercado mientras se ignoran productos innecesarios. Por otro lado, el reconocimiento de emociones, fundamental para interactuar de manera adecuada en entornos sociales, también se resintió.
Sin embargo, el estudio no encontró efectos significativos en la memoria de trabajo, lo que sugiere que algunas funciones cerebrales son más resistentes a la contaminación que otras.
Implicaciones para la productividad y la economía
Los investigadores advierten que estos hallazgos tienen implicaciones preocupantes no solo para la salud individual, sino también para la productividad laboral y la economía en general. “La mala calidad del aire no solo obstaculiza el desarrollo intelectual, sino también la productividad de los trabajadores, lo que tiene grandes consecuencias para la sociedad y la economía en un mundo que depende del rendimiento cognitivo”, señaló Francis Pope, otro de los autores del estudio.
Un llamado a la acción
Los expertos subrayan la necesidad de implementar regulaciones más estrictas sobre la calidad del aire y medidas de salud pública para mitigar los efectos de la contaminación, especialmente en ciudades con altos niveles de polución. Además, destacan la importancia de continuar investigando cómo la contaminación afecta a largo plazo a grupos vulnerables, como niños y ancianos.
“Es crucial comprender mejor los efectos de la contaminación del aire en el cerebro y examinar más a fondo el impacto de diferentes fuentes de contaminación en la salud cerebral de las personas mayores”, concluyó Gordon McFiggans, coautor del estudio.
En resumen, esta investigación no solo destaca los efectos inmediatos de la contaminación en nuestras capacidades cognitivas, sino que también refuerza la urgencia de tomar medidas concretas para proteger la salud mental y física de la población en un mundo cada vez más urbanizado.
Referencias:
Faherty, T., Raymond, JE, McFiggans, G. et al. La exposición aguda a partículas en suspensión disminuye el funcionamiento cognitivo ejecutivo después de cuatro horas, independientemente de la vía de inhalación. Nat Commun 16 , 1339 (2025). https://doi.org/10.1038/s41467-025-56508-3
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