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La soledad Aumenta el riesgo de enfermedades graves, según nuevo estudio
sábado, enero 04, 2025

La soledad Aumenta el riesgo de enfermedades graves, según nuevo estudio

La soledad como un factor de riesgo para enfermedades y muerte prematura

Un estudio reciente concluye que el aislamiento social aumenta considerablemente la probabilidad de padecer enfermedades graves.

Las relaciones sociales son cruciales para nuestro bienestar. Cada vez más evidencias demuestran que la soledad y el aislamiento social no solo dañan nuestra salud, sino que también aumentan el riesgo de muerte prematura. Sin embargo, la forma exacta en que las relaciones sociales impactan nuestra salud aún no se comprende completamente. Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour arroja luz sobre este misterio.

Salud en riesgo: la soledad como factor de riesgo

La soledad es un problema creciente a nivel mundial y puede provocar graves problemas de salud. Se ha relacionado con diversas afecciones, incluyendo depresión, diabetes, enfermedades cardiovasculares y mayor susceptibilidad a infecciones. La soledad no debe subestimarse; en algunos casos, puede tener consecuencias fatales. La pregunta clave es: ¿cuál es el mecanismo biológico subyacente a esta conexión?

El rol de las proteínas en la soledad

Una forma de desentrañar estos procesos biológicos es analizar las proteínas que circulan en nuestra sangre. Estas moléculas, producidas por nuestros genes, son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Un nuevo estudio analizó las proteínas en la sangre de más de 42 000 adultos de entre 40 y 69 años del Biobanco de Reino Unido. El objetivo: identificar qué proteínas se encuentran en mayores cantidades en personas socialmente aisladas o solitarias, y cómo estas proteínas se relacionan con una peor salud.

Aislamiento social y soledad: Dos caras de la misma moneda

El equipo investigador calculó las puntuaciones de aislamiento social y soledad de los participantes. El aislamiento social es una medida objetiva (vivir solo, frecuencia de contacto social, participación en actividades). La soledad, en cambio, es subjetiva (sentirse solo).

175 proteínas relacionadas con la soledad y el aislamiento social

Tras analizar las proteínas, teniendo en cuenta factores como la edad, el sexo y el nivel socioeconómico, se encontró que 175 proteínas están relacionadas con el aislamiento social y 26 con la soledad. Sorprendentemente, aproximadamente el 85 % de las proteínas asociadas a la soledad también están relacionadas con el aislamiento social. 

Muchas de estas proteínas se producen en respuesta a inflamaciones, infecciones virales y como parte de nuestra respuesta inmunitaria. También se vinculan a enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, accidentes cerebrovasculares y muerte prematura.

Randomización mendeliana: Determinando la causalidad

El equipo utilizó la técnica estadística de “randomización mendeliana” para investigar la relación causal entre el aislamiento social, la soledad y las proteínas. Esto permitió identificar cinco proteínas cuya cantidad se ve directamente afectada por la soledad.

ADM y ASGR1: Proteínas clave en la soledad

Una de estas proteínas es la adrenomedulina (ADM), implicada en la respuesta al estrés y la regulación de hormonas relacionadas con el estrés y las relaciones sociales, como la oxitocina (“hormona del amor”). Niveles altos de ADM se asociaron con un menor volumen de la ínsula (área cerebral que procesa las sensaciones corporales) y del núcleo caudado izquierdo (implicado en emociones, recompensas y procesos sociales), además de un mayor riesgo de muerte prematura.

Otra proteína, ASGR1, se relaciona con niveles más altos de colesterol y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Otras proteínas identificadas juegan un papel en la resistencia a la insulina, la aterosclerosis y la progresión del cáncer.

Conclusión: La Importancia del contacto social para la salud

Este estudio proporciona valiosos conocimientos sobre la biología subyacente a la mala salud en personas socialmente aisladas o solitarias. “Sabemos que la soledad y el aislamiento social afectan nuestra salud, pero nunca habíamos entendido por qué”, afirma la investigadora Chun Shen. “Nuestro estudio ha identificado varias proteínas que juegan un papel clave. En algunas, los niveles aumentan claramente como consecuencia directa de la soledad”.

Estos hallazgos resaltan la importancia del contacto social para mantener una buena salud. “Cada vez más personas, independientemente de su edad, se sienten solas”, señala la investigadora Bárbara Sahakian. “Por eso, la Organización Mundial de la Salud ha catalogado la soledad y el aislamiento social como un problema de salud pública mundial. Debemos encontrar urgentemente maneras de abordar este problema creciente y mantener a las personas conectadas para proteger su salud”.

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