Hay un tiempo antes y un tiempo después del parto; en otras palabras, tener un hijo pone la vida patas arriba. Los hombres, en particular, tienen dificultades con la transición a la paternidad, según una investigación británica, que también enumera inmediatamente una serie de explicaciones.
Por ello, los científicos piden esta semana que se preste más atención a la atención clínica y la educación prenatal de los futuros padres. Actualmente, se presta muy poca atención a cómo viven los hombres su experiencia de convertirse en padres durante el embarazo y en el primer año tras el parto, revela este metaanálisis.
Embarazo y paternidad
El embarazo y el parto suelen ser un periodo estresante para los nuevos padres, pero para los hombres, la transición a la paternidad (los cambios físicos, psicológicos y sociales que tienen lugar desde la concepción hasta después del nacimiento) puede resultar abrumadora y, en cierto modo, solitaria. Los científicos explican que se producen grandes cambios y que los hombres no siempre se sienten apoyados en el proceso.
Los investigadores seleccionaron 37 estudios de un total de 2475 realizados en el Reino Unido, Europa, Australia, Asia, Norteamérica y Oriente Medio, entre otros países. En estos estudios, un total de 646 padres fueron entrevistados o participaron en grupos de discusión, y otros 1005 padres completaron cuestionarios en línea. Treinta estudios se centraron específicamente en la salud mental de los hombres durante este periodo, mientras que el resto estudió sus experiencias con los cursos prenatales, las intervenciones de apoyo y las líneas telefónicas de ayuda.
Cuatro temas principales
El estudio muestra que, aunque algunos hombres experimentan la transición a la paternidad de forma predominantemente positiva, la mayoría se enfrenta a serios retos. Surgen cuatro temas: el cambio en la relación con su pareja, la incertidumbre sobre su papel como sostén de la familia y lo que esta y la sociedad esperan de ellos, los sentimientos de exclusión e infravaloración, incluso por parte de los cuidadores, y la lucha con los ideales tradicionales de masculinidad que rodean la paternidad.
Muchos hombres afirman no estar preparados para el agotamiento físico y mental y las nuevas responsabilidades que conlleva la llegada de un hijo. El tiempo para la intimidad con su pareja disminuye drásticamente, lo que ejerce presión sobre la relación. Los hombres también se sienten habitualmente excluidos por la fuerte relación madre-hijo, un sentimiento que comienza durante el embarazo. Sienten que están al margen, ya que ellos mismos no experimentan los cambios físicos de su pareja.
Falta de apoyo específico
Los padres señalan que apenas hay información específica ni cursos prenatales que aborden sus necesidades concretas. “Los hombres quieren estar informados sobre lo que les espera, pero eso no es una prioridad durante el embarazo”. Por ejemplo, les habría gustado saber más sobre la lactancia materna y echaron en falta información práctica y consejos para situaciones en las que algo va mal. En consecuencia, no se sentían bien preparados para apoyar a sus parejas.
Una gran parte de los estudios (26 de 37) describen cómo los hombres son llevados al límite física y emocionalmente, hasta síntomas de agotamiento e incluso depresión posparto. Pero a menudo no buscan ayuda, por miedo a parecer débiles o porque piensan que es normal llevar solos estas pesadas cargas. Y los padres que sí quieren dar la voz de alarma a menudo no tienen ni idea de cómo y dónde acudir con su petición de ayuda. Al parecer, es muy difícil encontrar atención emocional o mental específica para los padres.
Por ello, los científicos piden que se elaboren directrices de apoyo y asesoramiento mental para los padres en los primeros 12 meses tras el nacimiento. Los profesionales sanitarios también deberían dedicar más tiempo a hablar del bienestar de los hombres.
Un grupo olvidado
“Con el desarrollo de directrices y una mayor implicación de los profesionales sanitarios, podemos ayudar a romper el estigma y las expectativas de género que aún impone la sociedad. Es necesario abordar las preocupaciones y los retos de los hombres durante la transición a la paternidad”, explican los investigadores.
“Está claro que los padres necesitan tanto apoyo emocional y práctico como las madres durante este intenso periodo. Por lo tanto, es importante no considerarlos un ‘grupo olvidado’ y proporcionarles apoyo adaptado lo antes posible. Esto mejorará la transición a la paternidad y la experiencia de crianza tanto de los padres como de las madres”, concluyen.
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