En la década de 1980, noventa especies de plantas que no se daban en ningún otro lugar desaparecieron en una colina de Ecuador. Causa: el bosque tuvo que dejar paso a tierras de cultivo. Es una historia impresionante que aún inspira los esfuerzos por proteger los bosques tropicales de Sudamérica, pero ¿es cierta? Pues no.
La extinción de las especies vegetales, muchas de ellas nuevas para la ciencia y aun sin nombre, era conocida hasta ahora como una de las extinciones masivas más notorias de los tiempos modernos. Las plantas fueron erradicadas cuando se talaron los últimos bosques nubosos de la cordillera Centinela, a lo largo de la costa de Ecuador. Durante mucho tiempo se consideró una advertencia de que debíamos comprometernos más con la conservación.
Un milagro
Pero resulta que en realidad no ocurrió así, escribe un equipo internacional de botánicos en Nature. Los investigadores pasaron años buscando en todos los museos de historia natural, en las bases de datos de especies vegetales y en las laderas del Centinela, pero no encontraron pruebas de que las plantas se hubieran extinguido. Sí descubrieron, en cambio, que la flora del Centinela sigue viva en los bosques que quedan a lo largo de la costa en Ecuador. “Es un milagro”, afirma el investigador principal, Dawson White, de Harvard. “Muchas de las plantas de la Centinela siguen al borde de la extinción, pero afortunadamente los informes sobre su desaparición eran exagerados. Todavía estamos a tiempo de salvarlas”.
Una búsqueda difícil
Pero, ¿por qué pensaban entonces los científicos que las plantas se habían extinguido? Según los investigadores, porque se sabía poco sobre la especie. Los biólogos estaban recolectando y describiendo numerosas especies nuevas en aquella época, aunque no sabían exactamente qué plantas crecían en estos bosques tan diversos del mundo. Las plantas que antes se consideraban extintas en Centinela también han aparecido en otros lugares de Sudamérica, mientras que otras han sido redescubiertas localmente por el equipo. De las 90 especies originalmente consideradas extintas, solo una aún no ha sido redescubierta.
Los investigadores subrayan lo difícil que resulta en lugares con una biodiversidad tan elevada determinar si una especie está extinguida o no. “Solo cuando tengamos nombres para estas especies que luego se registren en nuestras bases de datos científicas podremos averiguar dónde crecen estas plantas en otros lugares y cuál es su riesgo de extinción”, afirma White.
Los herbarios
Ecuador, aunque pequeño, es increíblemente diverso y constituye un buen ejemplo de lo difícil que resulta para los científicos vigilar y proteger la biodiversidad tropical. El país contiene más de 20 000 especies de plantas, de las cuales 4000 no se encuentran en ningún otro lugar del planeta, cientos aún no tienen nombre y ninguna ha sido cartografiada por completo.
Los herbarios, bases de datos en las que se almacenan y describen plantas secas, son, por tanto, cruciales. “Los herbarios nos proporcionan el qué y el dónde fundamentales de la diversidad vegetal”, afirma el coinvestigador Juan Guevara, de la Universidad de Las Américas de Quito. “Permitieron resolver este misterio y constituyen la base de todo lo que sabemos sobre qué plantas están amenazadas de extinción”.
Ocho nuevas especies
Los autores también descubrieron que los bosques de Centinela son más resistentes de lo que se pensaba. Recientes trabajos de campo en pequeños lugares remotos han descubierto muchas especies que se consideraban extinguidas, pero también han hallado abundantes plantas nuevas no descritas. En los últimos cinco años, los investigadores han descrito o descubierto ocho nuevas especies, que van desde diminutas flores silvestres hasta enormes gigantes forestales. “Uno de nuestros descubrimientos más extraordinarios es una especie totalmente nueva de árbol de la familia del algodón”, afirma un investigador. “Es uno de los árboles más altos que hemos encontrado, pero es extremadamente raro: solo quedan 15 ejemplares vivos en Centinela. La especie está ahora activamente amenazada por la tala local, así que nos apresuramos a describir esta nueva especie de árbol y a cultivar sus semillas en jardines botánicos”.
45 000 especies amenazadas
Que estas especies vegetales especiales no se hayan extinguido y que la historia resulte ser un mito es, por supuesto, una buena noticia, pero desde luego no significa que el estudio ponga en entredicho la crisis mundial de la biodiversidad. Según la Lista Roja de la UICN, más de 45 000 especies de la Tierra están actualmente amenazadas de extinción, entre ellas casi la mitad de todos los anfibios, un tercio de todos los corales y una cuarta parte de todos los mamíferos. Es muy probable que más de 800 especies de plantas ya se hayan extinguido.
“Las plantas de la costa de Ecuador y de muchos otros lugares muy castigados de los trópicos consiguen sobrevivir en los últimos recovecos”, concluye el investigador Nigel Pitman, del Museo Field de Historia Natural. “Sin embargo, no duran mucho en esas condiciones, pero aún estamos a tiempo de actuar antes de que desaparezcan definitivamente”.
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