De nuevo, tendremos que contar con la subida del nivel del mar y otras consecuencias desastrosas que podrían durar miles de años.
En el Acuerdo del Clima de París se acordó limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados, e incluso hacer todo lo posible para que la Tierra no se calentara más de 1,5 grados. Pero ahora mismo, no parece que vayamos a cumplir esos acuerdos. Así pues, el mundo se encamina hacia un calentamiento de entre dos y tres grados centígrados. Algunos creen que superar temporalmente la marca de 1,5 grados, con un rápido descenso posterior de las temperaturas, no haría tanto daño. Pero un nuevo estudio descarta esa suposición.
Estudio: límite de 1,5 grados
El estudio es fruto de un proyecto de tres años y medio centrado en los llamados escenarios de rebasamiento. Se trata de escenarios en los que las temperaturas globales superan temporalmente la marca de 1,5 grados, para volver a descender a medida que eliminamos más CO₂ del que emitimos. “Nuestra investigación refuta la idea de que una superación temporal del límite de 1,5 grados tendría un efecto similar sobre el clima que un futuro en el que hubiéramos hecho más por limitar antes el aumento de la temperatura”, subraya el investigador Carl-Friedrich Schleussner.
El objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados parece cada vez más lejano. De hecho, para ello sería necesario reducir ya casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030. Pero en la actualidad, estas emisiones siguen aumentando. Por ello, los científicos y los responsables políticos consideran cada vez más inevitable un rebasamiento de 1,5 grados centígrados. El nuevo estudio, publicado en la revista científica Nature, advierte contra el “exceso de confianza” en tal escenario, sobre todo si no se conocen bien los riesgos.
Efectos climáticos irreversibles
Según los investigadores, incluso una superación a corto plazo del límite de 1,5 grados tendrá efectos climáticos irreversibles. Por ejemplo, podría tener graves consecuencias durante cientos o incluso miles de años. En este caso, podríamos superar importantes puntos de inflexión en el clima, lo que podría dar lugar a cambios importantes en el sistema climático de los que sería difícil recuperarse. Esto podría significar, por ejemplo, que empiecen a descongelarse el permafrost y las turberas, zonas ricas en carbono que, de perderse, liberarían enormes cantidades de gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Pero esto no es lo único. De hecho, los autores escriben que el nivel del mar también podría subir 40 centímetros si se supera el límite de 1,5 grados durante un siglo, lo que tendría un profundo impacto en las vulnerables islas bajas. “Incluso si logramos invertir el aumento de las temperaturas globales tras superar temporalmente el límite de 1,5 grados, algunos daños climáticos, como el aumento del nivel del mar, serán irreversibles”, afirman los investigadores.
¿Qué son los puntos de inflexión?
Sabemos que el cambio climático provocará algunos puntos de inflexión en los sistemas naturales de la Tierra. Un punto de inflexión en el clima es un umbral crítico en el que una perturbación (relativamente) pequeña puede cambiar drásticamente el estado de partes importantes del sistema terrestre. Esencialmente, un punto de inflexión es una transición de un estado a otro. Como puede imaginarse, estos puntos de inflexión son muy preocupantes. Además, el camino de vuelta al estado original suele ser lento. Un ejemplo de ello es el deshielo de los casquetes polares, que ha provocado un rápido aumento del nivel del mar (metros). Otro ejemplo es la acidificación de los océanos. Los registros históricos muestran que, en el pasado, los océanos se acidificaron en apenas mil años, mientras que la recuperación tardó unos 200 000 años.
Como ya se ha dicho, actualmente nos encaminamos hacia un calentamiento de entre dos y tres grados centígrados. A partir de ahí, si queremos retroceder a 1,5 grados centígrados, necesitamos eliminar grandes cantidades de CO₂ de la atmósfera con tecnología. Este proceso, denominado eliminación de carbono, debe ampliarse a gran escala para volver a bajar las temperaturas globales en caso de superación. Sin embargo, no está nada claro si esto tendrá éxito y producirá los resultados deseados. “No podemos garantizar que una reducción de la temperatura tras un rebasamiento sea factible en los plazos previstos actualmente”, escriben los investigadores en su estudio.
Acciones urgentes
Los investigadores señalan la urgente necesidad de que los gobiernos tomen medidas ahora (no más tarde) para reducir las emisiones. “Solo invirtiendo mucho más en la reducción de emisiones y manteniendo las temperaturas máximas lo más bajas posible en esta década crucial podremos limitar realmente los daños”, argumenta Schleussner. Además, afirman, es inevitable que necesitemos una capacidad significativa de emisiones negativas netas. Por tanto, tenemos que minimizar al máximo nuestras emisiones restantes. “No podemos desperdiciar la eliminación de dióxido de carbono para compensar emisiones que podemos evitar”, afirma Gaurav Ganti, coautor del estudio.
En definitiva, no podemos dar por sentado ciegamente que seremos capaces de volver a enfriar la Tierra una vez superado el límite de calentamiento de 1,5 grados centígrados. E incluso si eso es posible, ya habrá muchos daños y consecuencias irreversibles. “Si se quieren abordar seriamente los riesgos del cambio climático, hay que ver la carrera hacia el cero neto como lo que realmente es: un sprint”, concluye Schleussner.
Sin comentarios