Un reciente estudio realizado en Irlanda revela que una abrumadora mayoría, más del 80 %, de las mujeres embarazadas padece una importante carencia de hierro durante el embarazo.
Quienes piensen que un embarazo sano es algo que se da por hecho en nuestra sociedad moderna se sentirán decepcionados. Un estudio publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition revela que hasta el 80 % de las mujeres irlandesas sufren carencia de hierro en el tercer trimestre del embarazo. En el estudio se hizo un seguimiento de 641 mujeres embarazadas durante todo el embarazo.
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer trabaja más de la cuenta. Las necesidades de hierro se disparan, multiplicándose casi por diez. Este mineral es esencial para el desarrollo del feto y el bienestar de la madre. Ahora resulta que muchas mujeres tienen dificultades para satisfacer esta mayor demanda. Alrededor del 50 % de las mujeres comienzan su embarazo con una carencia de hierro, y a medida que avanza el embarazo, esta situación no hace más que empeorar. Además, al realizar mediciones de hierro en distintos momentos, los investigadores descubrieron que incluso las mujeres que iniciaban su embarazo sin anemia solían acabar con deficiencia de hierro.
Peligros ocultos
La carencia de hierro no es solo una irregularidad menor en el curso del embarazo. Puede provocar anemia, que a su vez está asociada a una serie de riesgos. Desde depresión postnatal en la madre hasta parto prematuro y bajo peso del bebé al nacer, las consecuencias pueden ser de gran alcance. Incluso sin anemia, la carencia de hierro puede afectar al desarrollo neurológico del niño a largo plazo. A pesar de su gravedad, actualmente no existe una norma universal para detectar la ferropenia en las embarazadas. En muchos casos, solo se miden los niveles de hemoglobina, lo que da una imagen incompleta. Esto puede hacer que los posibles problemas de salud pasen desapercibidos.
Se necesita más para combatir la ferropenia
Los investigadores consideran que la falta de un cribado estándar del hierro durante el embarazo es una deficiencia grave de la asistencia sanitaria. Instan a revisar las directrices actuales y piden que se realicen pruebas rutinarias a todas las mujeres embarazadas, independientemente del grado de anemia. Según el estudio, esto ya podría cambiar muchas cosas. De hecho, un hallazgo interesante del estudio fue que las mujeres que empezaron a tomar suplementos de hierro al principio del embarazo presentaban un menor riesgo de deficiencia en el tercer trimestre. Esto pone de relieve la importancia de intervenir a tiempo. Los investigadores sugieren que un nivel umbral de ferritina (una proteína que almacena hierro) puede predecir una posterior carencia de hierro.
Mientras la comunidad médica estudia estos nuevos datos, una cosa está clara: el vínculo ferropénico entre madre e hijo comienza mucho antes del nacimiento y merece toda nuestra atención y cuidado.
¿Cómo se reconoce la ferropenia?
La carencia de hierro puede manifestarse de forma sutil, pero hay algunos signos distintivos a los que hay que prestar atención. La fatiga y la debilidad persistentes suelen ser los síntomas más destacados, a menudo acompañados de palidez de la piel, especialmente visible en el interior de los párpados. Otros signos de alerta son la falta de aliento al hacer esfuerzos, dolores de cabeza o mareos frecuentes y palpitaciones inexplicables. Algunas personas experimentan una mayor sensibilidad al frío, sobre todo en manos y pies, o notan que las uñas se vuelven más quebradizas y el pelo se les cae con más rapidez. Otros síntomas menos conocidos, pero igualmente reveladores son las piernas inquietas y un deseo inusual de comer helado u otras sustancias no alimentarias. La falta de concentración y los problemas de memoria también pueden indicar carencia de hierro. Sin embargo, es crucial recordar que estos síntomas también pueden darse en otras afecciones, por lo que, en caso de duda, siempre es prudente consultar a un médico para obtener un diagnóstico profesional.
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