Estar constantemente preocupado por lo feliz que se es puede ser contraproducente, según los estudios realizados. Pero, ¿cómo ser feliz?
En Occidente se da mucha importancia a la felicidad. Hay muchas normas y expectativas sociales que sugieren que la gente necesita ser feliz constantemente para llevar una vida satisfactoria y plena. Pero la idea de que la felicidad es un objetivo esencial puede generar presión y estrés, sobre todo cuando las personas sienten que no cumplen estas normas, según demuestra un nuevo estudio.
La búsqueda de la felicidad
Según la investigadora Felicia Zerwas, la búsqueda de la felicidad está fuertemente arraigada en nuestra sociedad. “Siempre me ha parecido interesante la importancia que se da al hecho de ser feliz”, explica. “Las fotos de abajo lo ilustran. La primera la tomé durante un paseo y la segunda es de un cuaderno que me regalaron. También he visto innumerables mensajes de amigos en las redes sociales sobre la búsqueda de la felicidad. Tengo la impresión de que la gente cree que hay que ser feliz todo el tiempo para tener una buena vida. Cuando no nos sentimos felices, nos apresuramos a pensar que algo va mal. Esto me despertó la curiosidad sobre cómo este fuerte enfoque en la felicidad también podría tener efectos negativos”.
Imagen: Felica Zerwas |
Estudio realizado
En tres experimentos con más de 1800 participantes, los voluntarios respondieron a preguntas sobre sus creencias acerca de la felicidad, su bienestar psicológico y síntomas de depresión. Y los resultados mostraron que preocuparse por la propia felicidad se asociaba a menudo con una menor satisfacción vital y bienestar psicológico. Estas personas también eran más propensas a sufrir depresión. Esto se debe en parte a que las personas se vuelven más negativas y se decepcionan más con los acontecimientos positivos. “Juzgar el propio nivel de felicidad puede ser problemático porque añade negatividad al proceso de búsqueda de la felicidad”, explica Zerwas. “Esto va en contra del objetivo de ser realmente feliz”.
Sentimientos negativos
Puede parecer un poco contraintuitivo que buscar la felicidad pueda en realidad hacerte infeliz. “En teoría, evaluar tu felicidad puede ayudarte a descubrir por qué no eres tan feliz como te gustaría”, dice Zerwas. “Esto puede ser una información valiosa para mejorar tu enfoque. Sin embargo, la evaluación de la propia felicidad también puede generar sentimientos negativos sobre el propio progreso. En algunos casos, esto puede ser útil. Por ejemplo, si quieres rendir bien en los estudios, la decepción por una mala nota puede motivarte para alcanzar tu objetivo. Pero cuando te esfuerzas por ser feliz, esta emoción negativa puede interponerse en tu camino”.
Un ejemplo. “Imagínese que recibe un ascenso muy esperado”, explica Zerwas. “Pensabas que este ascenso te haría completamente feliz y realizado. Aunque ciertamente estás contento, también sientes cierta ansiedad al pensar en los muchos retos que te deparará el nuevo puesto. Algunas personas se preguntan: ¿Por qué no puedo sentirme feliz? Este tipo de pensamientos añaden más negatividad a la experiencia. Y con el tiempo, añadir negatividad a momentos que de otro modo serían positivos puede acumularse y minar tu bienestar. Para evitar caer en esta contradicción, es mejor aceptar que a menudo lleva tiempo acostumbrarse a una nueva posición y, por tanto, es mejor centrarse en los progresos realizados”.
Según Zerwas, es importante darse cuenta de que nuestras expectativas y objetivos a menudo no coinciden del todo con la realidad. “Y eso está bien”, dice. “Casi ningún momento nos traerá solo felicidad. Aferrarse al lado menos perfecto de las experiencias positivas puede acabar estropeando esos momentos. Es mejor aceptar las emociones que sientes en ese momento, para poder seguir adelante sin añadir negatividad extra a la experiencia”.
Aceptar las emociones
Las conclusiones del estudio demuestran que es más útil aceptar las emociones tal y como son. “Lo mejor es dejar de lado las expectativas y limitarse a vivir el momento, en lugar de vigilar constantemente tus sentimientos”, aconseja Zerwas. “Experimenta tus emociones, sean positivas o negativas, con una actitud de aceptación. Todas las emociones pueden aportar información valiosa, incluidos sentimientos como la tristeza, la ira o la culpa. Si nos juzgamos por estos sentimientos en lugar de aceptarlos, perdemos la oportunidad de procesar estas emociones y, en última instancia, sentirnos mejor. Por tanto, la aceptación puede ayudarte a buscar la felicidad y mejorar tu bienestar”.
En resumen, el estudio señala que la presión social para ser feliz todo el tiempo puede crear un ideal poco realista, que puede socavar la experiencia personal de la felicidad. La clave de la felicidad, por tanto, parece ser no preocuparse demasiado por el propio nivel de felicidad en particular. En última instancia, la verdadera felicidad reside en dejar de buscar la perfección y abrazar el momento tal y como es.
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