Los científicos han desarrollado un método de producción que podría reducir considerablemente el coste de la carne de cultivo. En teoría, podría alcanzar así el mismo precio que la carne convencional.
Aunque la carne de cultivo se presenta a menudo como una solución prometedora a la creciente demanda de carne sostenible, aún no se ha abierto camino debido a algunos obstáculos importantes. El elevado precio de coste, las dificultades técnicas para aumentar la producción y la todavía limitada aceptación pública son los principales factores que dificultan la introducción a gran escala de la carne de cultivo. A pesar de los avances tecnológicos, sigue siendo difícil conseguir que la carne cultivada esté disponible a un precio competitivo y a gran escala.
Hasta ahora, uno de los mayores obstáculos para la producción asequible de carne de cultivo ha sido el elevado coste del medio de cultivo. Es decir, la solución nutritiva utilizada para estimular el crecimiento de las células en el laboratorio. Científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén creen haber resuelto esta parte del rompecabezas. Han abordado el problema desarrollando un nuevo medio que no contiene componentes animales y solo cuesta 63 céntimos de dólar por litro. Esto supone un enorme ahorro con respecto a los medios de cultivo anteriores.
Carne cultivada a la carrera
El equipo dice haberse inspirado en la cadena de montaje de Henry Ford. Desarrollaron un proceso de producción continua que utiliza la filtración de flujo tangencial (TFF). Se trata de una técnica que permite cultivar grandes cantidades de células de forma eficiente y cosecharlas a diario, sin tener que interrumpir el proceso de producción. Además, la técnica permite cultivar un mayor número de células cárnicas por unidad de volumen que las técnicas convencionales.
Con esta técnica, el precio de producción del pollo de cultivo podría bajar a unos 6,20 dólares por libra (450 g), lo que se traduce en unos 5,58 euros, afirman los científicos. Esta cifra se aproxima al precio del pollo ecológico. “Nuestros hallazgos demuestran que la producción continua permite producir carne cultivada a una fracción del coste actual, sin recurrir a la modificación genética ni a las megafábricas. Esta tecnología nos acerca a hacer de la carne de cultivo una alternativa viable y sostenible a la ganadería tradicional”, afirma el profesor Yaakov Nahmias, uno de los investigadores. Nahmias y su equipo publicaron un estudio sobre esta tecnología en la revista especializada Nature Food.
¿Por qué es importante?
El impacto de este avance va más allá del bolsillo de los consumidores. La carne cultivada podría desempeñar un papel importante en la reducción del impacto ambiental de la producción de carne (aunque algunos estudios lo ponen en duda) y en la mejora del bienestar animal. Además, ofrece una posible solución a la creciente demanda mundial de proteínas animales, que se espera se duplique para el año 2050.
Es evidente que esta demanda creciente no puede satisfacerse solo con carne. La producción ganadera mundial ya está teniendo un gran impacto en nuestro planeta. Cada semana desaparece una superficie de bosque del tamaño de Singapur, en gran parte porque la tierra se convierte en pastos o campos para el ganado y el forraje. Esto provoca deforestación, pérdida de biodiversidad y degradación del suelo. Además, los bosques son importantes para almacenar carbono, por lo que su destrucción contribuye al calentamiento global.
La industria cárnica es responsable de cerca del 15 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Esto convierte a la producción de carne en la mayor fuente de emisiones contaminantes en la producción de alimentos. En efecto, las vacas, los cerdos y las ovejas emiten cantidades importantes de gases de efecto invernadero. Además, la producción ganadera intensiva también provoca lluvia ácida.
El futuro mostrará si la carne cultivada asequible puede ser parte de la solución. Pero tanto si es buena para el clima como si no, una cosa es segura: la carne de laboratorio pronto dejará de ser ciencia ficción para convertirse en una realidad asequible.
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