Hasta el 40 % de los pacientes con cáncer sufren dolor. Hay fármacos para ello, por ejemplo los opiáceos, pero tienen efectos secundarios considerables. La respiración consciente, que consiste en centrar toda la atención en la respiración, es una alternativa interesante. Una sola sesión de 20 minutos basta para reducir el dolor.
El dolor de los enfermos de cáncer se debe a varias causas: a tumores que comprimen o invaden el tejido circundante, a dolores nerviosos debidos a daños en el sistema nervioso y a efectos secundarios de los tratamientos drásticos, como la quimioterapia y la radioterapia. En este sentido, los investigadores afirman que la respiración consciente es un valioso complemento al tratamiento convencional del dolor, no tiene efectos secundarios desagradables y ofrece más opciones a los enfermos de cáncer.
Bloqueo nervioso
En las últimas décadas, se ha avanzado mucho en el control y manejo de los síntomas del dolor. Existen todo tipo de fármacos y tratamientos. Pero a pesar de todas las opciones, el tratamiento eficaz del dolor sigue siendo un reto importante para los médicos tratantes. Los tratamientos complementarios, como la terapia cognitivo-conductual, los masajes, la acupuntura y diversas formas de ejercicio, se reconocen cada vez más como complementos valiosos. El mindfulness es un método que también ha cobrado protagonismo en los últimos años.
Breve pero eficaz
Las primeras investigaciones sobre la respiración consciente para aliviar el dolor en pacientes se centraron principalmente en programas de varias semanas o, por el contrario, en sesiones ultracortas de cinco a diez minutos. A veces se obtenían resultados alentadores, pero estos estudios no solían incluir a pacientes con cáncer. El equipo científico del Centro Médico Subang Jaya de Malasia tenía curiosidad por saber si una sola sesión de 20 minutos de respiración consciente podía tener el mismo efecto reductor del dolor en pacientes con cáncer, y se puso manos a la obra.
Para obtener una respuesta a su pregunta de investigación, preguntaron a 259 pacientes si estaban interesados en participar en el estudio, tras lo cual el equipo seleccionó al azar a 40 voluntarios. Estas personas padecían distintos tipos de cáncer, y todas declararon una puntuación de dolor igual o superior a 4 (en una escala de 0 a 10). Los 40 participantes se dividieron en dos grupos. El primer grupo recibió una sesión de veinte minutos de respiración consciente, incluida la orientación de un médico formado en ejercicios de atención plena. El segundo grupo asistió a una sesión de escucha individual de veinte minutos, durante la cual un médico les hizo preguntas sobre sus experiencias con la enfermedad y los sujetos pudieron hablar libremente.
Antes y después de cada intervención, se midió la intensidad del dolor en una escala de 0 a 10 puntos. También determinaron el estado de ánimo de los sujetos antes y después de la intervención mediante la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HADS). Además, los científicos extrajeron datos médicos relevantes sobre los pacientes de los registros hospitalarios, como el tipo de cáncer, el estadio y el uso de analgésicos.
Los resultados fueron sorprendentes: el grupo que había realizado los ejercicios de respiración consciente registró una fuerte reducción de la intensidad del dolor en comparación con el otro grupo. Además, su puntuación en el HADS descendió significativamente, lo que indica una reducción sustancial de la ansiedad.
Se necesita más investigación, pero hay mucho potencial
Los investigadores señalan que el estudio es de pequeño alcance y se llevó a cabo en un solo hospital, pero concluyen que hay mucho potencial en la intervención rápida, sencilla y eficaz de mindfulness. “Nuestro enfoque es seguro y factible en la práctica. Prueba de ello es que todos los participantes en nuestro estudio mostraron resultados positivos. Por lo tanto, los efectos secundarios desagradables estuvieron ausentes después de completar los ejercicios de respiración mindfulness de 20 minutos”, escriben.
El estudio demuestra que este método accesible de tratamiento del dolor en el cáncer tiene potencial. Además, sugiere que el estado físico y mental de los participantes mejoró sin necesidad de medicación. “Se necesitan más investigaciones para confirmar nuestros hallazgos. No obstante, podemos concluir de nuestro estudio que esta intervención a corto plazo es prometedora para reducir la intensidad del dolor y aliviar la ansiedad en pacientes con cáncer”, concluyen los investigadores.
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