El traje, inspirado en la película estadounidense de ciencia ficción Dune, permite a los astronautas convertir la orina en agua potable. Dos pájaros de un tiro, en otras palabras.
Durante los paseos espaciales, los astronautas tienen que hacer sus necesidades en sus trajes espaciales. Esto no solo es un poco incómodo y antihigiénico, sino también un derroche, ya que el agua de la orina no se reutiliza como en la Estación Espacial Internacional. Una posible solución podría ser un traje completamente envolvente, similar al “stillsuit” de la película estadounidense de ciencia ficción Dune. Este traje puede recoger y purificar el agua que se pierde con el sudor y la orina, y luego convertirla en agua potable. Y ahora los científicos están haciendo realidad la ciencia ficción.
El traje desarrollado ¿Cómo funciona?
Los investigadores han desarrollado su propio “stillsuit” que recoge y filtra la orina. El traje incluye ropa interior, hecha de múltiples capas de tejido flexible. Esta ropa interior está conectada a un recipiente colector de silicona moldeada, de tamaño diferente para hombres y mujeres, que se ajusta perfectamente a los genitales. El interior del recipiente tiene un forro de microfibra de poliéster o una mezcla de nailon y elastano. Estos materiales ayudan a dirigir la orina fuera del cuerpo hacia el interior del recipiente, donde una bomba de vacío la aspira. Una etiqueta RFID conectada a un hidrogel absorbente se activa en cuanto detecta humedad, lo que pone en marcha la bomba.
Una vez recogida la orina, pasa al sistema de filtración de orina. Allí se somete a un proceso de filtración en dos pasos: primero con ósmosis directa y luego inversa, con una eficacia del 87 %. Este proceso utiliza un gradiente de concentración para eliminar el agua de la orina, ayudado por una bomba para separar el agua de las sales. A continuación, el agua purificada se enriquece con electrolitos y se bombea de nuevo a la bolsa de bebida del envase, lista para su consumo. El proceso completo de recogida y purificación de 500 ml de orina dura solo cinco minutos.
“En pocas palabras, el diseño incluye un catéter externo que funciona al vacío y está conectado a una combinación de unidades de ósmosis inversa y directa”, explica la investigadora Sofia Etlin. “Esto asegura un suministro constante de agua potable, con varios mecanismos de seguridad para garantizar la salud del astronauta”.
El sistema incluye bombas de control, sensores y una pantalla LCD, todo ello alimentado por una batería de 20,5 V con una capacidad de 40 amperios-hora. Es compacto, con unas dimensiones de 38 por 23 por 23 cm, y pesa unos ocho kilogramos, lo que facilita su transporte a la espalda.
La necesidad de este traje espacial futurista es grande. Y es que los astronautas llevan mucho tiempo quejándose de la falta de comodidad e higiene del sistema existente en el traje espacial tradicional de la NASA, conocido como prenda de máxima absorción (MAG). Este sistema, que se utiliza desde finales de los años 70, funciona como un pañal para adultos de varias capas fabricado con polímero superabsorbente. “Ha habido informes de fugas con la MAG, lo que ha causado problemas de salud como infecciones del tracto urinario y molestias gastrointestinales”, dice Etlin. “Además, actualmente los astronautas solo disponen de un litro de agua en las bolsas de bebida del traje. Esto no es suficiente para los largos paseos lunares previstos, que pueden durar hasta 10 horas, y pueden prolongarse hasta 24 horas incluso en caso de emergencia”.
Misiones lunares y marcianas
El nuevo sistema se ha desarrollado específicamente para las próximas misiones lunares y a Marte. De hecho, la NASA planea volver a la Luna en 2025 y 2026, con astronautas que primero rodearán la Luna antes de aterrizar en el Polo Sur. A estas misiones seguirán expediciones tripuladas a Marte, previstas para principios de la década de 2030. Y entonces, por supuesto, resultará muy útil un nuevo traje capaz de convertir eficazmente la orina en agua potable.
El estudio, publicado en la revista Frontiers in Space Technology, supone un importante paso adelante en el desarrollo de tecnologías espaciales avanzadas. Con el prototipo listo, el nuevo diseño puede probarse ahora en condiciones simuladas y, más adelante, durante caminatas espaciales reales. “Nuestro sistema se probará en condiciones simuladas de microgravedad, ya que este es el factor espacial más importante que debemos tener en cuenta”, afirma el investigador Christopher Mason. “Estas pruebas garantizarán que el sistema funciona correctamente y es seguro antes de utilizarlo durante misiones espaciales reales”.
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