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La pérdida de un ser querido puede acelerar el envejecimiento biológico
miércoles, julio 31, 2024

La pérdida de un ser querido puede acelerar el envejecimiento biológico

La muerte de un ser querido es tan intensa que te hace envejecer más rápido

La muerte de un ser querido puede dejar marcas profundas, visibles incluso a nivel celular. Por ello, puede hacer que envejezcas más rápido, según han descubierto investigadores de la Universidad de Columbia.

Las personas que han perdido a uno de sus padres, pareja, hermano, hermana o hijo tienen una edad biológica más alta que las que no han perdido a un ser querido. El envejecimiento biológico se refiere al deterioro gradual del funcionamiento de sus células, tejidos y órganos. El envejecimiento biológico se asocia a un mayor riesgo de enfermedades crónicas. Esto puede medirse mediante ciertos marcadores del ADN conocidos como relojes epigenéticos.

Impacto visible a una edad temprana

“Pocos estudios han analizado cómo afecta a estos marcadores del ADN la pérdida de un ser querido en distintas etapas de la vida”, afirma la investigadora Allison Aiello. “Nuestro estudio muestra ahora una fuerte relación entre la pérdida de seres queridos a lo largo de la vida, desde la infancia hasta la edad adulta, y un envejecimiento biológico más rápido”.

El impacto de la pérdida en el envejecimiento es evidente mucho antes de la mediana edad y puede contribuir a las disparidades sanitarias entre poblaciones. Los investigadores utilizaron datos de un estudio de salud estadounidense a largo plazo que comenzó en 1994-95. En él se siguió a los participantes desde la adolescencia hasta la edad adulta.

Grandes diferencias entre grupos de población

Los investigadores analizaron la pérdida de un ser querido en la infancia, hasta los 18 años, y en la edad adulta, entre los 19 y los 43 años. A partir de ahí, yuxtapusieron los datos de envejecimiento. Los miles de participantes fueron seguidos durante años. Durante el último estudio, entre 2016 y 2018, se visitó en casa a casi 4.500 personas, a las que se tomó una muestra de sangre para un análisis de ADN.

Casi el 40 % de los participantes de entre 33 y 43 años perdieron al menos a un ser querido. Había una gran diferencia entre las personas negras (57 %) e hispanas (41 %), por un lado, y los participantes blancos (34 %), por otro. Entre las personas que habían perdido al menos a dos seres queridos, la edad biológica era significativamente superior según múltiples relojes epigenéticos. Incluso con la pérdida de un ser querido, la edad celular seguía siendo elevada en comparación con las personas que nunca habían perdido a nadie.

“La relación entre la muerte de seres queridos y los problemas de salud a lo largo de la vida ha quedado claramente establecida”, señaló la profesora Aiello. “Pero en algunas etapas de la vida se es más vulnerable a los riesgos para la salud asociados a la pérdida. Además, la acumulación de pérdidas parece ser un factor importante”.

Más vulnerable a una edad temprana

Por ejemplo, la muerte de un padre, una madre, un hermano o una hermana a una edad temprana puede ser muy traumática y provocar problemas de salud mental, un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y una mayor probabilidad de muerte prematura. Pero perder a un ser querido a cualquier edad conlleva riesgos para la salud, y la pérdida repetida puede aumentar aún más los riesgos de cardiopatías, mortalidad y demencia. Las repercusiones pueden persistir durante mucho tiempo o hacerse patentes mucho tiempo después del fallecimiento.

Aunque la muerte de un ser querido puede tener un gran impacto a cualquier edad, las consecuencias pueden ser más graves durante etapas clave del desarrollo como la infancia o los primeros años de la edad adulta, escriben los investigadores. “Aún no entendemos del todo cómo la pérdida conduce a una peor salud y a una mayor mortalidad, pero es posible que el envejecimiento biológico sea un mecanismo que desempeñe un papel importante. Por tanto, la investigación futura debería centrarse en formas de reducir el riesgo de perder a seres queridos en grupos vulnerables. Para quienes experimentan una muerte, es esencial proporcionar recursos para sobrellevar y afrontar el trauma”, concluye Aiello.

¿Qué son los relojes epigenéticos?

La epigenética estudia el cambio en la función de un gen sin modificar la secuencia del ADN. Trata de la influencia de los cambios hereditarios en la expresión de los genes y, en particular, en los interruptores que activan o desactivan determinados genes. Los procesos ambientales también influyen. Se trata de cómo la información genética que no está fijada en el ADN se transmite, no obstante, de una generación a otra. Los relojes epigenéticos, a su vez, son los biomarcadores que utilizan patrones epigenéticos para predecir el envejecimiento a nivel celular.

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