Entre otras cosas, albergan el hongo Aspergillus fumigatus, que la OMS identifica como una grave amenaza para la salud pública.
El verano está en pleno apogeo, y eso significa que mucha gente puede encontrarse de nuevo en sus jardines. Pero cuidado con esa bolsa de abono que compró en la ferretería. Al fin y al cabo, puede contener algo más que tierra. “La jardinería es una actividad relajante y agradable”, afirma la investigadora Marin Brewer. “Pero me preocupa que la gente no sea consciente de los riesgos para la salud que puede conllevar trabajar con compost y bulbos”.
Hongos multirresistentes
Una nueva investigación ha demostrado que el compost, la tierra y los bulbos de flores disponibles en el mercado contienen hongos multirresistentes. Y eso es bastante preocupante. “Sobre todo porque los encontramos en cantidades tan grandes, sin que la gente sea consciente de los riesgos”, explica Brewer. “Nuestros hallazgos muestran que podría haber decenas de miles de cepas de hongos potencialmente resistentes en una sola bolsa de compost”.
Los investigadores llegan a esta preocupante conclusión tras tomar muestras de varios productos como compost, tierra, bulbos de flores y diversos alimentos. Estas muestras se tomaron entre 2019 y 2021 en las principales cadenas minoristas. El equipo descubrió más de 500 cepas del hongo Aspergillus fumigatus en varios productos, de diferentes marcas. La mayoría de las cepas de hongos multirresistentes se encontraron en la tierra, el compost de estiércol y bulbos de flores como narcisos, dalias, gladiolos y tulipanes. “Nos sentimos aliviados al no encontrar cepas multirresistentes de Aspergillus fumigatus en alimentos y frutos secos comprados”, afirma Brewer. “Pero su elevada presencia en el compost y los bulbos es preocupante. La gente no asocia los tulipanes con nada mortal, pero podría ser el caso”.
Que los investigadores den la voz de alarma no es sorprendente. Hace unos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un catálogo en el que enumeraba los 19 hongos más preocupantes que suponen una amenaza creciente e infravalorada para la salud pública. Y uno de los hongos incluidos en la lista era el Aspergillus fumigatus. La OMS está especialmente preocupada por la resistencia, o el hecho de que este hongo sea cada vez más resistente a los fármacos existentes. Solo existe un puñado de fármacos antifúngicos y cada vez parece que los hongos se dejan impresionar menos por ellos. El Aspergillus fumigatus es un buen ejemplo de ello. Cada año, el Aspergillus fumigatus infecta a más de dos millones de personas en todo el mundo. La aspergilosis, la enfermedad causada por este hongo, es una de las principales causas de muerte en pacientes con sistemas inmunitarios debilitados. Pero el hongo también ataca a personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), fibrosis quística, diabetes de tipo 2, VIH/SIDA e incluso COVID-19. Los enfermos de cáncer y los que toman fármacos inmunosupresores también están en riesgo.
Más sobre Aspergillus fumigatus
Aspergillus fumigatus es un hongo omnipresente. De hecho, se cree que inhalamos cientos de esporas de esta especie cada día. Aspergillus fumigatus se encuentra en todas partes en el medio ambiente y también se encuentra en la nariz, la garganta y la faringe de las personas sanas. Aunque no siempre causa problemas de salud apreciables, millones de personas enferman cada año. El hongo puede causar aspergilosis alérgica broncopulmonar en personas con sistemas inmunitarios debilitados. Los síntomas de la enfermedad incluyen fiebre, debilidad, dolor torácico, pérdida de peso inexplicable, dolor de cabeza, soplo cardíaco, sangre en la orina o color anormal de la orina y líneas rectas y estrechas de vasos sanguíneos rotos bajo las uñas. Dado que la infección no puede controlarse con los medios existentes, este hongo se cobra regularmente vidas humanas: aproximadamente ocho de cada 10 pacientes con aspergilosis no sobreviven.
¿Cómo llegan los hongos al compost?
La cuestión es cómo llega exactamente este peligroso hongo a las bolsas de compost. “Este hongo se encuentra en el material vegetal descompuesto”, explica Brewer cuando se le pregunta. “Soporta bien el calor y por eso prospera en las pilas de compost. Las investigaciones han demostrado que este hongo se ha vuelto multirresistente debido al uso de fungicidas en la agricultura que tienen modos de acción similares”. Y eso son malas noticias. “Se han descubierto cepas de Aspergillus fumigatus resistentes al voriconazol, al itraconazol y al posaconazol”, dice Brewer. “Se trata de una preocupación sanitaria importante porque estos fármacos suelen utilizarse como primera elección en el tratamiento de la aspergilosis”.
Debemos tomar precauciones
Prevenir la infección por este hongo es especialmente difícil. “El hongo está muy extendido en la naturaleza y se encuentra en muchos lugares”, afirma Brewer. Además, se puede contraer la infección con solo respirar las esporas del hongo. Por ello, los investigadores recomiendan encarecidamente que las personas con sistemas inmunitarios debilitados tomen precauciones al trabajar en el jardín y consulten los posibles riesgos con su médico. Los jardineros ávidos también pueden usar una mascarilla bucal para protegerse.
La industria agrícola está trabajando para resolver este problema. Mientras tanto, Brewer ha declarado personalmente que no plantará bulbos de flores y que probablemente no utilizará compost comercial. Al mismo tiempo, espera que este estudio aumente la concienciación sobre los peligros potenciales de los patógenos multirresistentes en los productos de jardinería, para que más gente pueda ser consciente de los riesgos y tomar medidas para protegerse.
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