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Cómo los adultos mayores aprenden nuevos entornos puede revelar su riesgo de demencia
miércoles, junio 12, 2024

Cómo los adultos mayores aprenden nuevos entornos puede revelar su riesgo de demencia

Los científicos están investigando si el modo alterado de explorar entornos en personas de mediana edad puede establecerse también en personas con mayor riesgo de Alzheimer

Muchas personas suspiran a veces por no tener sentido de la orientación. Esto no es del todo cierto: todos los días utilizamos nuestro sentido espacial para encontrar el camino de A a B. Esta habilidad disminuye con los años y puede ser una señal de deterioro cognitivo o incluso de demencia.

El declive de nuestro sentido de la orientación siempre se ha atribuido al deterioro de la memoria espacial debido a los cambios cerebrales que se producen a medida que envejecemos. Pero también podría tener que ver con una forma alterada de aprender sobre un nuevo entorno. Esto ya se ha observado en animales mayores, desde insectos a roedores y peces. Ahora, por primera vez, también se ha demostrado en humanos de mediana edad.

“En comparación con los jóvenes, las personas de mediana edad suelen explorar peor un laberinto nuevo, parecen dar prioridad al aprendizaje de lugares claves específicos del laberinto en lugar de todo el trazado”, explica Vaisakh Puthusseryppady, investigador principal de la Universidad de California.

Un laberinto clásico

Junto con otros colegas, pidió a 87 personas de 50 años de media y a 50 jóvenes de 19 años de media que aprendieran un laberinto en realidad virtual. El área consistía en intersecciones y pasillos separados por setos, exactamente como suelen ser los laberintos. Se colocaron objetos por todas partes en lugares estratégicos a modo de puntos de referencia. En la primera fase del experimento, los participantes podían explorar libremente el laberinto y aprender la ubicación de los objetos.

En la segunda fase, los voluntarios tenían que aplicar lo aprendido y encontrar el camino de un objeto a otro en 45 segundos. Como era de esperar, los jóvenes lo hicieron mejor, pero lo más interesante fue que la diferencia de éxito se explicaba en parte por cómo aprendieron el laberinto los participantes jóvenes y los de mediana edad.

Una gran diferencia entre jóvenes y mayores

“En comparación con los jóvenes, los participantes de más edad exploraron el laberinto en mucha menor medida. Recorrieron distancias más cortas, se detuvieron más tiempo en las intersecciones y visitaron más objetos que los jóvenes”, explica la profesora de psicología Mary Hegarty, de la Universidad de California. Las diferencias eran tan grandes que los investigadores pudieron utilizar la inteligencia artificial para predecir si un participante era joven o viejo.

La pregunta sigue siendo: ¿cuál es la causa de este cambio en la forma en que las personas conocen su entorno? Los científicos creen que tiene que ver con el envejecimiento de la red de navegación del cerebro, pensemos en el lóbulo temporal medio y los lóbulos parietales.

Entrenar a los mayores

Es importante saberlo porque permitirá desarrollar un entrenamiento para mejorar la capacidad de navegación de las personas mayores y frenar el deterioro cognitivo. “Si podemos entrenar a personas de mediana edad para que conozcan mejor un nuevo entorno de una forma más inspeccionable, centrándonos en recorrer mayores distancias para encontrar los caminos adecuados, esto podría conducir a una mejor memoria espacial y ralentizar su deterioro cognitivo”, afirma la investigadora Daniela Cossio.

Y en su estudio de seguimiento, los estadounidenses van un paso más allá, explica su colega Elizabeth Chrastil. “Ahora estamos investigando si esta forma alterada de explorar el entorno puede establecerse en personas con mayor riesgo de Alzheimer y en personas que ya padecen Alzheimer. Sospechamos que el deterioro del comportamiento de exploración puede acabar convirtiéndose en un nuevo marcador del deterioro cognitivo precoz relacionado con el Alzheimer”, concluye.

Por cierto, en realidad no es cierto que si uno no sabe orientarse durante un tiempo deba temer inmediatamente que se va a volver demente. A algunas personas se les da mejor que a otras. Además, se trata de una forma mucho más compleja de comportamiento de navegación en la que se absorbe el nuevo entorno con menos intensidad y de forma diferente. Eso tendrán que determinarlo los profesionales, y todavía no han llegado a ese punto.

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