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¿Son las plantas más inteligentes de lo que creemos? Un estudio plantea el debate
jueves, junio 13, 2024

¿Son las plantas más inteligentes de lo que creemos? Un estudio plantea el debate

Las plantas de vara de oro, cuando son atacadas por escarabajos, segregan compuestos químicos que advierten a otras plantas vecinas, las cuales activan sus propios mecanismos de defensa.

Las conclusiones de un nuevo estudio nos desafían a replantearnos nuestras concepciones tradicionales de la inteligencia, no solo en el ámbito de los animales, sino también en el de las plantas.

Cuando oímos la palabra “inteligencia”, probablemente pensamos en la capacidad de resolver problemas complejos, pensar de forma abstracta y razonar. A menudo se considera un rasgo exclusivo de los humanos, y quizá de un pequeño grupo de animales. Pero al hacerlo, se pasa por alto a las plantas. Entonces, ¿no son inteligentes? Quizá sí, después de todo…

¿Qué es la inteligencia?

En realidad, la inteligencia es un concepto bastante vago. “Se han propuesto más de 70 definiciones de inteligencia”, afirma el investigador Andre Kessler. “Pero no hay consenso sobre su significado exacto, ni siquiera dentro de campos de estudio específicos”.

Kessler sugiere ahora que las plantas también son inteligentes a su manera. Como ejemplo, señala la vara de oro, un género de más de 100 especies de la familia de las compuestas. La vara de oro puede “sentir” a otras plantas cercanas sin tocarlas, por la luz que reflejan sus hojas. Además, cuando la vara de oro es devorada por los animales, reacciona de forma diferente según haya o no otras plantas cerca. ¿Esta respuesta flexible, inmediata y adaptable indica inteligencia en las plantas?

Sistema nervioso central

Mucha gente piensa que la inteligencia solo es posible con un sistema nervioso central, que utiliza señales eléctricas para procesar la información. Algunos expertos en botánica comparan el sistema vascular de las plantas con el sistema nervioso central. Sugieren que existe algún tipo de entidad central en las plantas que les permite procesar la información y responder. Pero Kessler discrepa por completo. “No hay pruebas convincentes de estructuras similares al sistema nervioso en las plantas”, subraya, “a pesar de que sí observamos señales eléctricas en ellas. La cuestión esencial es hasta qué punto estas señales son cruciales para la capacidad de las plantas de procesar la información de su entorno”.

En un nuevo estudio publicado en la revista Plant Signalling and Behavior, Kessler y sus colegas han simplificado la definición de inteligencia a su núcleo: “La capacidad de resolver problemas utilizando información del entorno, con un objetivo específico en mente”, dice Kessler. En este caso, al menos algunas plantas podrían considerarse inteligentes.

Escarabajos en las hojas de la vara de oro

Y la vara de oro, probablemente sea una de ellas. Porque esta planta hace algo extraordinario cuando la atacan las plagas. Cuando las larvas de los escarabajos comen las hojas de la vara de oro, la planta segrega una sustancia química que advierte a los insectos de que la planta es dañina y no es una buena fuente de alimento. Estas sustancias químicas, llamadas compuestos orgánicos volátiles (COV), flotan en el aire y son detectadas por las plantas de vara de oro vecinas. Esto las estimula a activar sus propios mecanismos de defensa contra las larvas del escarabajo de la hoja. De este modo, la vara de oro desplaza eficazmente a los herbívoros hacia otras plantas cercanas y minimiza los daños.

Además, los investigadores descubrieron anteriormente que la vara de oro es capaz de percibir proporciones bastante elevadas de luz roja lejana procedente de plantas vecinas. Cuando hay otras plantas cerca y la vara de oro es atacada por escarabajos, estas crecen más deprisa y producen sustancias para defenderse de los escarabajos. Sin plantas vecinas, no muestran este crecimiento acelerado y responden de forma diferente a los escarabajos. Además, las plantas de vara de oro vecinas pueden detectar sustancias químicas que indican una futura depredación. Así que pueden utilizar una señal ambiental para predecir una situación futura y reaccionar en consecuencia. “Esto encaja en nuestra definición de inteligencia”, afirma Kessler. “La planta adapta su comportamiento normal en función de la información que recibe del entorno”.

Plantas funcionando como las colmenas

Una idea que intriga a Kessler procede de unos matemáticos de los años veinte. Propusieron que las plantas podían funcionar como colmenas, en las que cada célula actuaba como una abeja individual y toda la planta era análoga a una colmena. “Esto implica que en la planta, las funciones colectivas de todas las células desempeñan el papel de cerebros, sin necesidad de coordinación central”, dice Kessler. En lugar de señales eléctricas, hay comunicación química dentro de todo el organismo. Las investigaciones de otros científicos han demostrado que cada célula de una planta puede percibir una amplia gama de luz y tiene moléculas sensoriales para detectar compuestos volátiles específicos de plantas vecinas. “Sospechamos que cada célula tiene la capacidad de percibir su entorno con gran precisión”, afirma Kessler. “Aunque las células pueden estar especializadas, todas tienen la misma capacidad para detectar su entorno. Se comunican entre sí mediante señales químicas para desencadenar una respuesta coordinada en el crecimiento o el metabolismo. Este concepto me atrae mucho”.

En definitiva, los investigadores sugieren replantearse el concepto de inteligencia. Porque es muy posible que esa planta que está en el marco de tu ventana también sea inteligente a su manera. Los hallazgos dan mucho que pensar y nos desafían a replantearnos nuestros puntos de vista tradicionales.

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