Pruebas nucleares revelan que las plantas almacenan más CO₂ de lo estimado, pero por menos tiempo

Imagen que muestra un bosque en la oscuridad, bosque que captura dióxido de carbono CO2

El estudio demuestra que los proyectos naturales de eliminación de carbono, como la reforestación, tienen sus limitaciones y que debemos tomar medidas más urgentes para reducir las emisiones de combustibles fósiles.

Plantar árboles se considera una medida para hacer frente al cambio climático. Esto se debe a que las plantas y los árboles absorben y almacenan CO₂. Como resultado, ayuda a reducir la cantidad de concentración atmosférica de CO₂, lo que supone una importante contribución a la reducción del efecto invernadero y el calentamiento global. Pero este método puede no ser tan eficaz, advierten ahora los investigadores.

Los científicos saben que alrededor del 30 % de las emisiones anuales de CO₂ procedentes de las actividades humanas son absorbidas por las plantas y los suelos. Esto ayuda a reducir el cambio climático y sus efectos. Sin embargo, todavía sabemos poco sobre cómo se produce exactamente este almacenamiento y cómo de estable será en el futuro.

Información valiosa, pruebas nucleares

En el nuevo estudio, el equipo utilizó radiocarbono (14C), una forma radiactiva del carbono, junto con simulaciones por ordenador para investigar cómo absorben el CO₂ las plantas de todo el mundo. De este modo se obtuvieron valiosos datos sobre la interacción entre la atmósfera y la biosfera.

El radiocarbono se produce de forma natural. Pero las pruebas nucleares de los años 50 y 60 aumentaron la cantidad de 14C en la atmósfera. Este 14C extra estaba disponible para las plantas de todo el mundo, lo que proporcionó a los científicos una herramienta eficaz para medir la rapidez con la que las plantas podían absorber este carbono. En el nuevo estudio, los investigadores estudiaron la acumulación de 14C entre 1963 y 1967. Durante este periodo no se produjeron grandes explosiones nucleares, por lo que el nivel de 14C en el sistema terrestre se mantuvo relativamente estable. Esto permitió a los investigadores analizar la rapidez con la que el dióxido de carbono se transfiere de la atmósfera a la vegetación y lo que ocurre después de ser absorbido por las plantas.

Los modelos climáticos subestiman, pero también sobreestiman

Los resultados son sorprendentes. Resulta, por ejemplo, que las plantas almacenan en realidad mucho más CO₂ de lo que se pensaba. De hecho, los modelos climáticos existentes parecen subestimar significativamente la cantidad de CO₂ que absorbe la vegetación en todo el mundo cada año. “Las plantas de todo el mundo son en realidad más productivas de lo que pensábamos”, concluye la investigadora Heather Graven.

Al mismo tiempo, también resulta que en realidad sobrestimamos el tiempo que las plantas almacenan carbono. De hecho, las plantas retienen el carbono durante menos tiempo del que se suponía. Esto significa que el carbono liberado por las actividades humanas volverá a la atmósfera antes de lo previsto.

En resumen, el estudio arroja nueva luz sobre la dinámica del almacenamiento de carbono en las plantas. Los resultados muestran que las plantas de todo el mundo absorben más carbono de lo que se pensaba, pero que este carbono también se libera más rápido de lo esperado. “Parece que el carbono se mueve más deprisa entre la atmósfera y la biosfera”, afirma el investigador Charles Koven. “Esto indica que necesitamos comprender este ciclo acelerado con mayor precisión e integrarlo en los modelos climáticos”.

La reforestación y sus limitaciones

Los resultados tienen importantes implicaciones para nuestra comprensión del papel de la naturaleza en la mitigación del cambio climático. Por ejemplo, puede que la reforestación no tenga tanto sentido como esperábamos. “Muchos de los planes desarrollados por gobiernos y empresas para hacer frente al cambio climático se basan en el uso de plantas y bosques para absorber CO₂ de la atmósfera y almacenarlo en el ecosistema”, explica Graven. “Pero nuestra investigación demuestra que el carbono almacenado en las plantas vivas no permanece allí tanto tiempo como se pensaba. Esto demuestra que los proyectos naturales para eliminar carbono tienen sus limitaciones. Debemos dejar rápidamente de usar combustibles fósiles para reducir el cambio climático”.

El estudio pone de manifiesto las limitaciones de los proyectos naturales de eliminación de carbono, como la reforestación, y reclama un planteamiento más urgente de reducción de las emisiones de combustibles fósiles para minimizar el impacto a largo plazo del cambio climático. Además, es esencial seguir mejorando nuestros conocimientos sobre cómo interactúan las plantas, los ecosistemas y la atmósfera para desarrollar estrategias más eficaces de lucha contra el calentamiento global.

Además, los investigadores sostienen que es necesario actualizar los modelos climáticos globales para comprender mejor cómo la biosfera puede ayudar a combatir el cambio climático. “Los científicos y los responsables políticos necesitan mejores estimaciones de cuánto carbono ha absorbido la tierra en el pasado”, afirma Will Wieder, coautor del estudio. “Esto es crucial para hacer predicciones precisas sobre este importante servicio ecosistémico en las próximas décadas. Nuestra investigación aporta datos esenciales sobre el funcionamiento del ciclo del carbono en la tierra, que pueden ayudar a mejorar los modelos utilizados para predecir el cambio climático”.

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