Por eso, investigadores de la Universidad de Edimburgo sometieron a personas con un bulto lingüístico a un escáner y comprobaron que algo especial ocurre en sus cerebros cuando oyen su lengua materna.
Los multilingües son personas que hablan con fluidez otro idioma además de su lengua materna. En el momento en que alguien puede hablar más de cinco lenguas, se le llama “políglota”. Pero no importa cuántos idiomas hables (con fluidez o sin ella), siempre se siente algo diferente a tu primera lengua. Basta pensar en expresar emociones concretas u opiniones matizadas. A menudo es más fácil hacerlo en la lengua materna.
Esto tiene que ver en parte con el hecho de que la primera lengua se aprende de una manera distinta a la segunda. Es decir, estando completamente rodeado de ella de niño, 24 horas al día, 7 días a la semana, durante años. En cambio, una segunda lengua se aprende traduciendo cosas o explicando cómo funciona (para lo cual es necesario disponer de una primera lengua). Pero la diferencia entre una primera y una segunda lengua puede observarse en el cerebro. Así lo observaron investigadores de la Universidad de Edimburgo tras examinar a políglotas mediante escáneres cerebrales.
Experimento, escuchando clips de audio
Para el estudio, los investigadores reclutaron a 34 de estos políglotas. Dieciséis de ellos hablaban 10 o más idiomas, incluido uno que se las apañaba en 54 lenguas (a partir de 11 idiomas, por cierto, se le llama “hiperpolíglota”). En el estudio se escanearon los cerebros de los multilingües mediante IRMf, una técnica que puede determinar la localización de la actividad cerebral. Mientras tanto, los participantes escucharon clips de audio de su lengua materna y de otras siete lenguas que dominaban en distintos grados.
Luego escucharon cuatro idiomas que no hablaban en absoluto. Dos de ellas pertenecían a la misma familia lingüística que su lengua materna y las otras dos eran completamente distintas. Por lo demás, las historias tenían un tono y un contenido neutros para evitar emociones u otros factores que influyeran en la actividad cerebral. Algunos de los fragmentos eran, por ejemplo, pasajes de la Biblia, y otros consistían en partes de Alicia en el País de las Maravillas.
Hallazgo, cerebros más activos
El estudio demostró: cuanto mejor conocía un idioma el participante, más activa estaba la región cerebral que procesa el lenguaje. En sí mismo, esto parece lógico; después de todo, también ocurría lo contrario: cuando los políglotas escuchaban idiomas que no hablaban, su red lingüística seguía siendo ligeramente más activa cuando estos eran algo parecidos a un idioma que sí entendían, que cuando escuchaban un idioma completamente desconocido. “Lo que vemos es que nuestra ‘red lingüística’ en el cerebro responde con más fuerza cuando se entiende mejor lo que se lee o escucha”, afirma la investigadora Saima Malik-Moraleda. Los investigadores no midieron si los participantes entendían realmente mejor las lenguas desconocidas. “Sí tenemos previsto investigar en el futuro hasta qué punto la gente entiende realmente los pasajes que escucha y cómo se relaciona esto con la activación de la red lingüística”.
La excepción con el idioma materno
La excepción a la regla, sin embargo, fue la lengua materna. A pesar de que, obviamente, los participantes dominaban mejor esta lengua, los investigadores observaron que la actividad de la red lingüística disminuía significativamente cuando escuchaban este idioma. Por tanto, parece que hay algo especial en nuestra primera lengua. “Algo hace que sea más fácil procesarla”, dice la investigadora Evalina Fedorenko. “Quizá es que has pasado más tiempo usando esa lengua y por eso se produce un descenso de la actividad cerebral para la lengua materna en comparación con otros idiomas que hablas bien”.
Tarea cognitivamente exigente
Los investigadores también descubrieron que una red cerebral conocida como red de demanda múltiple (que se activa cuando el cerebro realiza una tarea cognitivamente exigente) también se activa cuando se escuchan lenguas distintas a la materna. “Probablemente, porque, de todos modos, se trata de una tarea más difícil”, afirma Malik-Moraleda.
En el futuro, los investigadores esperan estudiar a personas que aprendieron varios idiomas desde una edad temprana para ver si eso sigue causando diferencias. También planean estudiar a personas cuya lengua materna haya cambiado, por así decirlo. Se trata, en concreto, de personas que aprendieron un solo idioma en la infancia, pero emigraron a una edad muy temprana y experimentaron ese nuevo idioma de niños como dominante.
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