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La triste realidad de la deforestación: los niños pagan el precio más alto
jueves, febrero 29, 2024

La triste realidad de la deforestación: los niños pagan el precio más alto

El estudio se centra en los efectos de la deforestación en la salud de los niños en Camboya, un país donde la tala de árboles está ocurriendo a un ritmo alarmante. Aunque se enfoca en una región específica, los hallazgos sugieren que los impactos negativos de la deforestación en la salud infantil podrían ser aplicables a otras áreas afectadas por la pérdida de bosques en todo el mundo.

La deforestación es mala para el clima y los ecosistemas. Pero eso no es todo, también parece tener efectos nocivos en los niños de los países en desarrollo. Los investigadores solo se fijaron en Camboya, pero probablemente también se aplique a otros países.

Las selvas tropicales tienen un valor inimaginable para las personas, los animales y el planeta en su conjunto. Sin embargo, cada segundo se talan en la Tierra una media de 169 árboles. Esto supone una grave amenaza para la biodiversidad. Las plantas, los animales y también (directa e indirectamente) los seres humanos están amenazados por la deforestación masiva. Durante décadas se ha prestado mucha atención al impacto negativo sobre el medio ambiente, las especies vegetales y animales en peligro de extinción y el calentamiento global, pero se ha prestado poca atención al impacto sobre la salud humana.

Paludismo y malnutrición en Camboya

Sin embargo, existe una clara relación, especialmente en los países pobres: los niños que viven en zonas donde se talan muchos árboles corren un mayor riesgo de contraer malaria, enfermedades respiratorias, diarrea y desnutrición, por ejemplo. Y lo que es peor, suelen vivir en regiones económicamente desfavorecidas. Esto no hace, sino, aumentar la brecha sanitaria existente entre ricos y pobres.

Se sabe muy poco sobre el impacto de la exposición prenatal a la deforestación y sus efectos en la salud de los niños pequeños. Por eso, el investigador principal, Gabriel Fuentes Córdoba, de la Universidad Sophia de Tokio, se desplazó a Camboya para estudiar precisamente este grupo vulnerable de niños en zonas recientemente deforestadas.

Este país del sudeste asiático es el lugar perfecto para el estudio porque sus bosques están desapareciendo a un ritmo récord y una proporción alarmantemente alta de niños están desnutridos y presentan déficits de crecimiento. Millones de hectáreas de bosques han desaparecido en las últimas décadas en Camboya, mientras que el número de niños con retraso del crecimiento o desnutrición apenas disminuye.

El equipo de investigación utilizó datos de encuestas demográficas de salud camboyanas y los combinó con datos sobre la tala de árboles. “Demostramos que, entre otras cosas, la altura y el peso de los niños son menores si la deforestación tuvo lugar un año antes”, afirma el equipo. “El estudio también muestra que la tala de árboles tiene un impacto negativo en la salud de las mujeres embarazadas, otro grupo de población vulnerable en Camboya”, dijo Fuentes Córdoba.

Un menor peso al nacer

El investigador analizó los periodos críticos de exposición a la deforestación, tanto antes del nacimiento como después y hasta los 5 años de edad. Para ello, el científico examinó indicadores clave como el peso al nacer, la altura por edad y el peso por edad para evaluar el impacto de la deforestación en la nutrición y el crecimiento de los niños. En todos los casos, se comprobó que la deforestación tenía un impacto negativo, al igual que la relación entre la desaparición de los bosques y la salud materna. Las mujeres embarazadas de zonas deforestadas tienen más probabilidades de sufrir anemia, un indicio de infección por paludismo.

Esto demuestra que la malaria placentaria puede desempeñar un papel importante en los problemas de salud infantil en las regiones de deforestación. “Podemos concluir de nuestra investigación que la deforestación tiene un gran impacto en las poblaciones más vulnerables, especialmente los niños y las mujeres embarazadas. Es muy importante tener en cuenta estas consecuencias aún relativamente desconocidas de la tala de árboles”, ha declarado Fuentes Córdoba.

Más distribución de mosquiteras

Los científicos abogan por un enfoque específico para reducir las infecciones de malaria entre las embarazadas en las zonas de deforestación. Por ejemplo, recomiendan aumentar la distribución de mosquiteras y fomentar el uso de aerosoles antimosquitos en interiores.

“Esta investigación demuestra lo perjudicial que es la deforestación masiva para la salud de los niños. Este impacto negativo puede persistir hasta la edad adulta y afectar negativamente a muchos otros aspectos de la vida y el bienestar, como el nivel educativo e incluso los ingresos en etapas posteriores de la vida. Es importante que todos estos aspectos se sigan investigando en un futuro próximo”, concluye Fuentes Córdoba.

Además de los impactos directos en la salud humana, la deforestación también puede afectar la calidad del agua. La eliminación de árboles de las cuencas hidrográficas puede llevar a la erosión del suelo y al aumento de la sedimentación en los cuerpos de agua, lo que afecta la disponibilidad de agua limpia y segura para las comunidades locales. Esta conexión entre la deforestación y la calidad del agua es crucial para comprender los efectos integrales de la pérdida de bosques en los ecosistemas y en la salud humana.

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