La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha tomado la decisión de posponer el próximo alunizaje, poniendo a prueba aún más nuestra paciencia, todo ello en aras de priorizar la seguridad en esta ambiciosa misión lunar.
La agencia espacial estadounidense tiene una misión: volver a poner humanos en la Luna. Se trata de un plan bastante ambicioso, a pesar de que, obviamente, los estadounidenses ya lo han hecho antes (véase el recuadro). Aun así, la NASA pensó en un principio que podría lograrlo en algún momento de 2024. Pero pronto resultó ser demasiado ambicioso.
Ya en 2021, la NASA insinuó que 2024 era demasiado pronto, porque no solo se había retrasado el desarrollo del sistema de lanzamiento y del módulo de aterrizaje lunar; los trajes espaciales desarrollados especialmente para la nueva misión lunar no estarían listos hasta 2025 como muy pronto. Por lo tanto, un vuelo espacial tripulado a la superficie lunar en 2024 quedaba descartado.
Programa espacial Apolo
Dentro del programa espacial Apolo, la agencia espacial estadounidense NASA trabajó en alunizajes tripulados entre 1961 y 1972. El primer alunizaje tripulado tuvo lugar en julio de 1969: los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin fueron los primeros en pisar nuestro satélite natural. Siguieron cinco alunizajes más, el último de los cuales tuvo lugar en diciembre de 1972. Ahora que han pasado 52 años, los estadounidenses vuelven a tener ganas, y por eso el programa Apolo tiene una hermana: el programa Artemis, cuyo objetivo es volver a la Luna. Pero, ¿por qué los estadounidenses tienen tantas ganas de volver a nuestro satélite natural? En realidad, volver a la Luna no es un objetivo en sí mismo, sino una especie de escala en el camino hacia un destino más lejano: Marte. Con el tiempo, la NASA espera establecer una base permanente en la Luna donde la gente pueda pasar largos periodos de tiempo, adquiriendo los conocimientos y habilidades necesarios para embarcarse en una aventura similar en Marte más adelante.
Así que un alunizaje tripulado en 2024 pronto resultó ser un puente demasiado lejano. Pero, ¿quizás sería factible en 2025? Sin embargo, desde hace unos días se han desvanecido las últimas esperanzas al respecto. En efecto, en un comunicado, la agencia espacial estadounidense reveló que un alunizaje tripulado no será posible hasta septiembre de 2026.
Razones de seguridad
El alunizaje tripulado se ha pospuesto por razones de seguridad, explicó el jefe de la NASA, Bill Nelson. “Estamos volviendo a la Luna de una forma totalmente nueva y la seguridad de nuestros astronautas es una prioridad absoluta”.
Para quienes hayan seguido un poco el programa Artemis, el aplazamiento de la primera misión tripulada a la superficie lunar (también denominada Artemis III) no constituye sin duda ninguna sorpresa. Al fin y al cabo, el aterrizaje tiene bastantes problemas. Por un lado, la NASA (como Nelson señaló anteriormente) va a la Luna de una manera totalmente nueva, utilizando un sistema de lanzamiento totalmente nuevo (SLS), una nave espacial totalmente nueva (Orion) y también un módulo de aterrizaje lunar totalmente nuevo, cuya construcción, por cierto, ha sido subcontratada por la NASA. El desarrollo de SLS y Orion no siempre fue un color de rosas, y el primer vuelo de prueba también acabó teniendo lugar más tarde de lo previsto; concretamente durante 2022, en lugar de 2021. Ese vuelo de prueba no tripulado tampoco fue del todo bien. Por ejemplo, hubo algunos problemas con el escudo térmico de Orión (esencial durante la reentrada en la Tierra) que todavía se están investigando. Los resultados de esa investigación no se esperan hasta la primavera. Además, durante el vuelo de prueba surgieron algunos problemas con los sistemas de ventilación y el control de la temperatura que aún no se ha resuelto.
Solo cuando la NASA esté realmente segura de que SLS y Orion son suficientemente seguros para transportar astronautas hacia la Luna, será el momento de Artemis II. Durante esta misión, los astronautas se sentarán por primera vez en Orión y volarán alrededor de la Luna. Esta misión (según el calendario anunciado ayer) está prevista provisionalmente para septiembre de 2025. Al programar entonces la misión subsiguiente (Artemis III: la misión lunar tripulada) un año más tarde, la NASA espera tener tiempo suficiente para aplicar las lecciones aprendidas de Artemis II a Artemis III.
Socios comerciales
Pero con el nuevo calendario, la NASA no solo se concede más tiempo a sí misma. Porque, a diferencia del programa Apolo, la NASA no está llevando a cabo el programa Artemis en solitario; la agencia espacial estadounidense cree que solo podrá hacer realidad sus ambiciosos planes con la ayuda de empresas espaciales. Por ejemplo, SpaceX ha recibido el encargo de desarrollar un módulo de aterrizaje lunar. La idea entonces es que los astronautas sean lanzados al espacio por el SLS y el Orion de la NASA, se transfieran allí al módulo de aterrizaje lunar fabricado por SpaceX y lo utilicen para descender a la superficie lunar. Al retrasar la primera misión lunar tripulada, la NASA también está dando a SpaceX (y a otros socios comerciales que participan en el programa Artemis) más tiempo para probar y mejorar la seguridad de su producto.
Así pues, nuestra paciencia se pondrá a prueba durante un tiempo más. Y no solo en lo que respecta a las primeras misiones tripuladas Artemis. En efecto, la construcción del Portal Lunar (ver recuadro) también se retrasa.
El futuro Lunar Gateway
Con el fin de establecer una base permanente en la Luna, la NASA (junto con la Agencia Espacial Europea, entre otros) también está trabajando en una Lunar Gateway: una estación espacial que pronto orbitará alrededor de la Luna. La estación espacial debería permitir la comunicación entre la Tierra y la base lunar, además de utilizarse para la investigación espacial. Además, la NASA planea lanzar futuras misiones a Marte desde la Lunar Gateway.
En un principio, la construcción del Portal Lunar debía comenzar en octubre de 2025. Pero incluso eso es demasiado ambicioso, tiene que reconocer la NASA. Así que ahora está investigando qué fecha de inicio posterior es factible. No obstante, la NASA tiene en mente Artemis IV: durante esta misión, prevista actualmente para 2028, el espacio vital y de trabajo para los astronautas deberá estar unido a los primeros componentes de la Lunar Gateway. Por lo tanto, antes de esa fecha, al menos los primeros componentes de la Lunar Gateway deberán ponerse en órbita.
Así pues, hay un nuevo calendario para Artemis. Pero parece prudente anotarlo de momento en el calendario. Porque la NASA ha anunciado simultáneamente comprobaciones periódicas sobre si ese nuevo calendario sigue siendo factible. Como ya se ha dicho, eso depende no solo de los progresos de la agencia espacial estadounidense, sino también de los de otras empresas que deben (ser capaces de) entregar cierto hardware a tiempo. Por ello, la NASA mantiene un perfil bajo. Pero, al mismo tiempo, la agencia espacial estadounidense señala casi poéticamente que, mientras tanto, hoy estamos más cerca que nunca de volver a la Luna. Y, por supuesto, no hay duda de ello.
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