Aunque suene a ciencia ficción, la idea de usar bombas nucleares contra asteroides se remonta a la década de 1960, cuando Carl Sagan propuso un método similar para desviar su trayectoria. Esta propuesta, aunque controvertida, ha influido en las discusiones modernas sobre la defensa planetaria.
Hasta ahora, los astrónomos han detectado y analizado la mayoría de los asteroides grandes y potencialmente peligrosos. Y, por ahora, no parece haber motivos de preocupación. Sus hallazgos muestran que actualmente no se conoce ningún asteroide que suponga una amenaza grave para la Tierra en los próximos 100 años.
No obstante, los investigadores no se arriesgan y estudian formas de proteger nuestro planeta de posibles impactos de rocas espaciales. Y a pesar de los prometedores resultados de la misión DART, los expertos se plantean si una intervención con una bomba nuclear algo más rigurosa podría ser una solución aún más eficaz.
Bomba nuclear, impacto contra asteroide
“Aunque la probabilidad de impacto de un gran asteroide durante nuestra vida es pequeña, las consecuencias potenciales podrían ser enormemente devastadoras”, afirma la investigadora Megan Bruck Syal. Por eso, ella y sus colegas están estudiando si posiblemente una explosión nuclear podría proporcionar una ayuda. “Las armas nucleares tienen la mayor proporción de densidad de energía por masa de cualquier tecnología humana”, explica la autora principal, Mary Burkey. “Esto las podría hacer extremadamente valiosas para mitigar las amenazas causadas por los asteroides potencialmente peligrosos”.
En el nuevo estudio, los investigadores han desarrollado un modelo para ver si es posible utilizar un arma nuclear para proteger a la Tierra de los impactos destructivos de asteroides. Y los resultados son prometedores. “Si tenemos suficiente tiempo de aviso, podríamos disparar un arma nuclear y enviarla a un asteroide situado a millones de kilómetros de distancia en su camino hacia la Tierra”, afirma Burkey. “Entonces detonaríamos el artefacto, haciendo que el asteroide cambiara de rumbo. Esto mantendría intacto al asteroide, pero le daría un empujón controlado para alejarlo de la Tierra. Otra opción es perturbar el asteroide, haciendo que se rompa en trozos pequeños y rápidos, que también pasarían de largo de nuestro planeta”.
Con este modelo, los científicos se basan en las lecciones aprendidas durante la reciente misión DART de la NASA. Durante esta misión, que tuvo lugar en septiembre de 2022, se envió deliberadamente una sonda espacial a un asteroide para cambiar su órbita. Gracias a esta misión, aprendimos mucho sobre lo que se necesita para redirigir un asteroide peligroso. Y aunque la misión DART tuvo éxito, una estrategia de este tipo también tiene algunos inconvenientes. Por ejemplo, solo podemos enviar al espacio una cantidad limitada de masa. Por ello, los científicos siguen estudiando el uso de la desviación nuclear como posible alternativa.
Más información sobre la misión DART
Si un asteroide se dirige directamente hacia la Tierra, los científicos prefieren una misión en la que quieren cambiar la órbita del asteroide. Durante una misión de este tipo, se toca suavemente el asteroide, lo que provoca un pequeño cambio en la velocidad orbital. De este modo, se mantiene unida la mayor parte del asteroide, pero se desvía suavemente la órbita, lo que impide que el asteroide colisione con la Tierra. Este enfoque se puso a prueba durante la misión DART, en la que una nave espacial puso rumbo al asteroide Didymos para intentar cambiar la órbita de la luna Dimorphos, chocando contra la roca espacial. Y con éxito. Antes del impacto de DART, la pequeña luna Dimorphos completaba una órbita alrededor de su cuerpo mayor, Didymos, cada 11 horas y 55 minutos. Pero ahora Dimorphos gira alrededor de Didymos en 11 horas y 23 minutos. Esto significa que su período orbital se ha reducido en 32 minutos.
Con el nuevo modelo, los investigadores pueden simular realmente lo que ocurre cuando se detona una bomba nuclear cerca de un asteroide. Esta herramienta contribuye a comprender mejor cómo reacciona la radiación de una explosión nuclear en la superficie de una roca espacial y también explora la dinámica de las ondas de choque que pueden afectar al interior de la roca. Esto nos ayudará a comprender mejor cómo actúa la radiación cuando se utiliza un arma de este tipo para cambiar el rumbo de un objeto celeste.
Simulaciones de gran precisión
El artículo incluye una útil y precisa recopilación de información sobre cómo absorben los rayos X las superficies. Se utilizaron simulaciones de gran precisión para seguir la trayectoria de los fotones a medida que penetraban en la superficie de materiales similares a los asteroides, como roca, hierro y hielo. El modelo tiene en cuenta distintas condiciones, como la composición de los materiales, la diferente porosidad y el ángulo con el que incide la radiación. Esto hace que el modelo sea útil para varios escenarios posibles.
Las nuevas simulaciones ofrecen a los científicos más información y más opciones en caso de que una roca espacial se dirija inesperadamente hacia la Tierra. “Si alguna vez se produce una situación de emergencia real en la que haya que defender la Tierra, es crucial disponer de modelos de simulación muy precisos”, afirma la investigadora Megan Bruck Syal. “Estos modelos pueden proporcionar información valiosa a los responsables de la toma de decisiones. Con ellos, pueden prevenir posibles impactos de asteroides, proteger infraestructuras vitales y salvar vidas”.
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