Desde la crisis del coronavirus, el fantasma de los virus locos está en el aire. Y con razón. Según una nueva investigación, hay cuatro tipos de virus que se están volviendo más peligrosos a “un ritmo exponencial”. De seguir así, esas enfermedades juntas matarán en 2050 a 12 veces más personas que en la actualidad.
En general, las epidemias causadas por virus de origen animal son ahora mucho más comunes y graves que en el pasado. Los investigadores observaron un rápido aumento de cuatro tipos de infecciones que saltaban de los animales a los humanos: los filovirus, como los mortales Ébola y Marburgo, el coronavirus 1 del SARS, el virus Nipah y el virus Machupo.
En general, se observó un patrón de epidemias más grandes y frecuentes, según un análisis de 60 años de datos sobre brotes de virus. Y esos brotes son también mucho más mortíferos, advierten los científicos.
Se propagan a mayor distancia
El problema es que los virus se propagan más fácilmente a grandes distancias. Los investigadores explican que esto se debe en parte al cambio climático y al cambio en el uso del suelo, derivado de una mayor densidad de población y una mayor movilidad. Normalmente, una epidemia está causada por un virus que ha saltado de un animal a un ser humano, lo que se conoce como zoonosis.
Que las zoonosis son más comunes está claro, pero aún era difícil estimar lo que esto significa para el futuro de la salud pública en todo el mundo, ya que hay pocos datos históricos sobre la frecuencia anual y la gravedad de tales brotes, argumentan los investigadores. Para solucionarlo, examinaron su propia y extensa base de datos epidemiológicos, con la esperanza de descubrir tendencias en los brotes de virus zoonóticos que pudieran aclarar lo que podemos esperar en las próximas décadas.
Gran peligro para la salud y la sociedad: cada vez más muertes
La base de datos utilizada incluía una amplia gama de fuentes oficiales, como informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre virus, brotes causados por un virus que mató a más de 50 personas y brotes de virus de importancia histórica, como las pandemias de gripe de 1918 y 1957.
Los investigadores se centraron en los filovirus, los coronavirus, el virus nipah y el virus Machupo, causante de la fiebre hemorrágica boliviana. Eligieron precisamente estos virus porque pueden suponer una gran amenaza para la salud pública, así como para la estabilidad económica y política. En total, analizaron 3150 brotes de virus y epidemias entre 1963 y 2019. De este modo, esperaban descubrir tendencias en el número de brotes y el número asociado de muertes causadas por estos virus.
Al final, encontraron 75 brotes de virus de origen animal en 24 países durante este periodo. En ellos murieron más de 17 230 personas, de las cuales más de 15 700 fallecieron durante 40 brotes de filovirus, principalmente en África. Y lo peor de todo es que el número de zoonosis y de muertes debidas a estas enfermedades aumentó un 5 % y un 9 % anualmente entre 1963 y 2019, respectivamente, sin contar la pandemia del coronavirus.
“Si este aumento anual continúa, esperamos que los virus analizados causen cuatro veces más brotes y 12 veces más muertes en 2050, en comparación con 2020”, estiman los investigadores.
La punta del iceberg
Y esto es solo la punta del iceberg. Al fin y al cabo, solo se analizaron cuatro tipos de virus y se aplicaron criterios enormemente estrictos para lo que contaba como brote. Además, ni siquiera se incluyó el peor de todos, el Covid-19.
Aun así, fue suficiente para demostrar que tenemos mucho que temer de estas zoonosis. “Nuestra revisión de las pruebas históricas muestra que la serie de epidemias recientes causadas por zoonosis no son una anomalía ni un cúmulo aleatorio, sino una tendencia a lo largo de varias décadas en las que tales epidemias no solo son mayores, sino también más frecuentes”, señalaron los investigadores.
Medidas necesarias
“Todavía no se conoce el paquete perfecto de medidas para mejorar la preparación y la resistencia mundiales frente a las epidemias. Sin embargo, lo que está claro a partir de las tendencias históricas es que se necesitan medidas inmediatas para hacer frente a un riesgo para la salud pública mayor y creciente”, concluyen.
Sin comentarios