Todo lo que necesitamos es una gran lente y algo de luz solar, una idea que no solo revoluciona la forma en que concebimos la exploración lunar, sino que también allana el camino para futuras misiones espaciales sostenibles y económicamente viables
Así lo afirma la revista Scientific Reports. En la revista, los científicos escriben que han conseguido fundir polvo lunar simulado en una sustancia sólida y estratificada utilizando un láser. De este modo, han demostrado que es relativamente fácil construir calles o pistas de aterrizaje en la Luna con las materias primas disponibles.
Los científicos basan sus conclusiones en experimentos con simulante lunar. Se trata de un material que tiene su origen en la Tierra, pero que es muy similar al polvo que se encuentra en la superficie lunar. Utilizando un láser de dióxido de carbono, los investigadores fundieron ese polvo lunar simulado en formas geométricas huecas de 250 milímetros de tamaño. Según los investigadores, si se entrelazan estas formas (al estilo de la pavimentación decorativa de la Tierra), en teoría se podría “pavimentar” un área bastante grande de la Luna, creando carreteras o plataformas de aterrizaje para naves espaciales.
Las carreteras no son un lujo
La investigación llega en el momento oportuno. Tal y como están las cosas, pronto volveremos a pisar la Luna. Y esta vez, incluso debería llegar a crearse una base real en la Luna, donde la gente pueda permanecer durante más tiempo. Y entonces las carreteras no solo serán convenientes, sino posiblemente incluso necesarias. Porque cuando se camina por la Luna o se recorre su superficie en un vehículo lunar, se levanta mucho polvo. Y debido a la gravedad limitada de la Luna, ese polvo también flota durante bastante tiempo.
Esto no solo es molesto, sino también peligroso, debido a la naturaleza viciosa del polvo lunar. Porque el polvo lunar es estático y se pega a todo. Además, el polvo (por ser muy fino) también penetra en todas partes sin esfuerzo, como aprendimos durante las misiones tripuladas Apolo de los años sesenta y setenta. Así, las partículas de polvo (que también son superafiladas) consiguieron incluso penetrar en los trajes espaciales de los astronautas, dejándolos a veces inservibles. Y para colmo, las partículas de polvo también llegaron a los pulmones de los astronautas, donde provocaron una auténtica “fiebre del heno lunar”.
Ni que decir, hay que evitar lo más posible el polvo lunar. Y al construir carreteras pavimentadas y lugares de aterrizaje, la idea es limitar la explosión y el contacto con ese polvo lunar.
Materias primas
Aunque en sus experimentos utilizaron polvo lunar simulado, los investigadores confían en que su método también funcione en la Luna, con polvo lunar real. Sería una buena noticia. Porque eso significaría que podríamos construir carreteras utilizando las materias primas disponibles en la Luna. Y eso sería mucho más barato y fácil que si primero tuviéramos que transportar esas materias primas de la Tierra a la Luna.
En caso de que los futuros colonos lunares se lancen a las calles de Marte, los investigadores sugieren que, en lugar de láseres, se podría utilizar una lente para concentrar la luz solar. Según sus cálculos, una lente de poco más de 2 metros cuadrados podría sustituir al láser y fundir el polvo lunar. El transporte de una lente de este tipo de la Tierra a la Luna sigue siendo factible, por lo que nada parece oponerse a que construyamos carreteras también en la
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