Según los investigadores, existe una “paradoja de la protección solar”. La gente cree que si utiliza protección solar está totalmente protegida contra el cáncer de piel, lo que genera una falsa sensación de seguridad.
Todos sabemos muy bien que ese sol radiante también tiene un lado oscuro. Si no nos protegemos adecuadamente de los rayos UV, corremos el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Por eso siempre se recomienda aplicar una protección solar adecuada cuando se sale al sol. Afortunadamente, mucha gente hace caso de este consejo y el uso de protectores solares va en aumento. Sin embargo, resulta sorprendente que, al mismo tiempo, cada vez más personas contraigan cáncer de piel. Y ahora unos investigadores canadienses han encontrado una explicación a este fenómeno.
En todo el mundo aumenta el número de casos de cáncer de piel. En Canadá, por ejemplo, se calcula que uno de cada tres canadienses se enfrentará a algún tipo de cáncer de piel en algún momento de su vida. Las provincias de la costa atlántica, concretamente la Isla del Príncipe Eduardo y Nueva Escocia, presentan las tasas de melanoma más elevadas de todo el país.
¿Sabía qué...?
Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de exponerse al sol y protegen mejor su piel. Por término medio, los hombres son más propensos a declarar que se han quemado la piel a lo largo de su vida, y también pasan más tiempo al sol, tanto por ocio como por trabajo. Esto explica por qué los hombres son más propensos a desarrollar melanoma y otras formas de cáncer de piel. Al mismo tiempo, las mujeres suelen caminar al sol con los brazos y las piernas al descubierto y utilizan más las camas solares. Esto podría explicar por qué las mujeres son más propensas a desarrollar melanoma en las extremidades.
En un estudio reciente, los científicos trataron de entender por qué existen diferencias tan grandes en las tasas de melanoma en las provincias costeras atlánticas de Canadá. Para investigarlo, organizaron 23 entrevistas en grupo.
El estudio reveló que los habitantes de la Isla del Príncipe Eduardo y Nueva Escocia utilizaban protección solar con más frecuencia, eran más conscientes de los riesgos de la exposición al sol y seguían más de cerca el índice UV. Sin embargo, a pesar de estas precauciones, estaban más expuestos al sol debido a las temperaturas más altas y a su costumbre de realizar actividades al aire libre. En otro estudio en el que se examinaron datos del Biobanco del Reino Unido, los investigadores descubrieron con sorpresa que el uso de protección solar se asociaba con más del doble de riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Quemaduras solares: Falsa sensación de seguridad
“Los resultados combinados sugieren una paradoja de las quemaduras solares”, afirma el investigador Ivan Litvinov. Esto significa que, mientras aumenta el uso de protectores solares, también lo hace el número de melanomas y cánceres de piel. ¿Cómo es posible?
Las personas más expuestas al sol también parecen utilizar más crema solar y otras medidas de protección, pero posiblemente no en grado suficiente. “Esto les da falsamente la idea de que están bien protegidos del sol”, afirma Litvinov.
Por ello, los investigadores advierten contra una “falsa sensación de seguridad”. “Aunque la protección solar es importante, en realidad es el método menos eficaz para proteger la piel en comparación con llevar ropa protectora y evitar la luz solar directa”, explica Litvinov. “El problema es que la gente utiliza la protección solar como un ‘permiso’ para broncearse. La gente cree que está protegida contra el cáncer de piel porque utiliza un producto comercializado específicamente para prevenirlo. Pero la mayoría de la gente no se aplica suficiente protección solar o permanece al sol durante horas después de habérsela aplicado solo por la mañana. Esto hace que la gente piense que está a salvo cuando en realidad no lo está”.
Medidas por abordar
Según los investigadores, hay, por tanto, una importante lección que aprender aquí. Según los investigadores, las medidas para abordar la falta de conocimientos y prácticas adecuadas en materia de protección solar y prevención del cáncer de piel deberían tener más en cuenta esta paradoja. “Además, debería prestarse más atención a los diferentes hábitos y creencias de las comunidades de todo el mundo”, afirma Litvinov.
Así pues, aunque el equipo reconoce que la protección solar es importante, no es la forma más eficaz de proteger la piel. Otras medidas, como llevar ropa de protección solar y evitar la exposición excesiva al sol, por ejemplo, son mucho más eficaces. “Sin duda, la gente puede divertirse al aire libre, pero debe evitar quemarse con el sol o tener la piel demasiado bronceada”, concluye Litvinov.
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