Las plantas de café y cacao no solo están amenazadas por la sequía y las enfermedades, sino que la fuerte disminución de insectos polinizadores también está causando graves problemas.
El futuro del café y el chocolate es incierto desde hace años. En parte se debe al cambio climático. Además, lo que tampoco ayuda es que las plantas de café son muy susceptibles a una enfermedad fúngica que hace estragos en muchos cafetales de América Central y del Sur y causa la roya del cafeto. Los cacaoteros, por su parte, están siendo atacados por el virus del brote hinchado del cacao (CSSV, por sus siglas en inglés), que hacía estragos en África Occidental hace tan solo unos años.
Y por si todo esto fuera poco, la situación es ahora aún más grave. El fuerte declive de los insectos puede hacer aún más difícil conseguir nuestras queridas tazas de café y deliciosas tabletas de chocolate.
La importancia de los insectos polinizadores para la industria del café y el cacao
Los insectos polinizadores desempeñan un papel crucial en la producción de café y cacao. Las plantas de café y cacao dependen de la polinización para reproducirse y producir frutos. Insectos como las abejas y las mariposas transportan el polen de una flor a otra, provocando la fecundación. Este proceso es esencial para el desarrollo de las bayas de café y los frutos de cacao de los que se cosechan los granos de café y de cacao.
En un nuevo estudio, un equipo de investigadores se centró en la compleja relación entre el cambio climático, los cambios en el uso de la tierra y su impacto en la diversidad de insectos polinizadores. En última instancia, estas dinámicas tienen importantes implicaciones para la polinización de los cultivos en todo el mundo.
Para saber más al respecto, los investigadores recopilaron información de 1507 lugares de cultivo de todo el mundo. También recogieron datos de hasta 3080 insectos polinizadores diferentes. Los resultados del estudio apuntan a un hecho alarmante: la combinación del cambio climático y las prácticas agrícolas ha provocado una disminución significativa tanto del número como de la diversidad de insectos polinizadores. Y esto tiene consecuencias de gran alcance. “Si los insectos desaparecen porque no pueden hacer frente a los efectos combinados del cambio climático y los cambios en el uso de la tierra, los cultivos que dependen de estos insectos para su polinización también disminuirán”, afirma el investigador Joe Millard.
Mayor peligro en los trópicos
Es un descubrimiento preocupante. Sobre todo si se tiene en cuenta que cerca del 75 % de todos los cultivos dependen en cierta medida de la polinización animal. Los investigadores analizaron qué cultivos corren más peligro y en qué zonas. “Nuestra investigación muestra que los cultivos de las regiones tropicales son los que corren mayor riesgo”, afirma Millard. Se trata sobre todo de zonas del sudeste asiático, América del Norte y del Sur y el África subsahariana, donde las temperaturas están aumentando drásticamente.
¿De qué cultivos tropicales se trata exactamente? El café y el cacao, entre otros, pero también el mango y la sandía, según descubrieron los investigadores. Y eso no solo significa que podría producirse escasez, lo que a su vez podría afectar a los precios. De hecho, estas plantas también son esenciales tanto para las economías locales como para el comercio mundial. Si su rendimiento disminuye, muchos pequeños agricultores de estas regiones se enfrentan a la inseguridad de sus ingresos.
Hay varias razones por las que estos cultivos están en peligro. Por ejemplo, es bien sabido que cultivar árboles de cacao es todo un reto. Estos árboles tienen flores que viven poco tiempo y son polinizados casi exclusivamente por una especie específica de mosquito. El problema es que los ambientes sombríos y húmedos que le gustan a este mosquito son cada vez más escasos. Además, el calentamiento global está afectando al tamaño de las mariposas. Algunas especies son cada vez más grandes, mientras que otras son cada vez más pequeñas. Esto afecta a su capacidad para volar y alcanzar las plantas de las que dependen. Además, estas mariposas mueren regularmente en días de calor extremo. Por cierto, muchos insectos no soportan el calor extremo. Por ejemplo, muchas abejas y moscas planeadoras tienen pelos que retienen el polen, pero estos pelos también retienen el calor. Esto significa que estos insectos no soportan bien las altas temperaturas.
El estudio demuestra inequívocamente que los insectos polinizadores desempeñan un papel vital en el mantenimiento de la producción y disponibilidad de café y chocolate. Mientras el mundo se enfrenta a los complejos retos del cambio climático, el cambio en el uso de la tierra y la pérdida de diversidad de especies vegetales y animales, este estudio es un importante recordatorio de cómo todo en la naturaleza está conectado. También pone de relieve el papel vital que desempeñan los polinizadores en el mantenimiento de la agricultura y la seguridad del suministro de alimentos.
Medidas urgentes
Afortunadamente, podemos hacer algo para detener la marea. Un posible enfoque es cultivar parcelas con hábitats naturales en medio de tierras agrícolas. Estas zonas pueden servir de refugio a los insectos polinizadores y contribuir a que las condiciones (el microclima) sean más favorables. “También hay otras soluciones que pueden ayudar”, dice Millard. “Por ejemplo, es posible desarrollar nuevas variedades de plantas que puedan reproducirse sin la ayuda de polinizadores, como ya ocurre con algunos cultivos. También hay soluciones tecnológicas, como la polinización manual o los métodos artificiales, que ya se utilizan ampliamente en algunos cultivos, como la vainilla. Estos métodos pueden utilizarse para compensar la disminución de polinizadores, pero aumentarán el coste de producción”.
Pero al final, lo mejor es atajar el problema en su origen. “El cambio climático supone una grave amenaza no solo para la fauna y la flora silvestres, sino también para el bienestar humano”, subraya el investigador Tim Newbold. “Esto se debe a que la desaparición de los insectos polinizadores podría poner en peligro los medios de subsistencia de personas de todo el mundo, especialmente de aquellas que dependen de cultivos que requieren la polinización por insectos. Nuestros hallazgos subrayan la urgente necesidad de una acción global para combatir el cambio climático, junto con esfuerzos para frenar el cambio en el uso de la tierra y proteger los hábitats naturales. Solo así podremos evitar un mayor declive de los insectos polinizadores”.
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