La cápsula de OSIRIS-REx ha aterrizado con éxito en el desierto del estado norteamericano de Utah. A bordo: bloques de construcción de la época en que se formaron nuestro sol y los planetas, concretamente rocas y partículas de polvo procedentes del asteroide Bennu.
OSIRIS-REx recogió las partículas en 2020 a una distancia de más de 320 millones de kilómetros de la Tierra. Una misión especial, ya que era la primera vez que la NASA realizaba un muestreo de este tipo en un asteroide.
La nave aterrizó en la superficie del asteroide, pero tuvo que esquivar una imponente roca, apodada “Monte del Destino”. El lugar de aterrizaje no era mucho más grande que un aparcamiento. Afortunadamente, la nave lo superó con éxito. ¿Te preguntas cómo OSIRIS-REx recogió el material? Echa un vistazo al vídeo.
Aterrizaje con éxito
La cápsula de OSIRIS-REx ha regresado a la Tierra tras tres años de viaje. La agencia espacial estadounidense eligió como lugar de aterrizaje una zona de 650 km² al suroeste de Salt Lake City. A las 16:52 (GMT +1), la cápsula tocó la superficie de nuestro planeta. Científicos especialmente entrenados consiguieron llegar a la cápsula 20 minutos después del aterrizaje.
Un científico de Lockheed Martin revisó la cápsula. Esta persona llevaba guantes resistentes al calor y una máscara antigás para asegurarse. Lógico, ya que la cápsula posiblemente aún estaba caliente debido a su interacción con la atmósfera, y si la cápsula estaba dañada, podrían liberarse gases peligrosos.
Ahora, el material extraterrestre pasa a una denominada sala blanca. Así se evita la posible contaminación por materiales terrestres. Según la NASA, se trata de unos 250 gramos de piedras y partículas de polvo. A continuación, las piedras y partículas de polvo se dividen en pequeñas porciones y estas se entregan de nuevo a más de 200 científicos de más de 35 institutos. Ellos investigarán más a fondo las muestras alienígenas.
¿Qué revela esta cápsula del tiempo?
Los científicos esperan aprender más sobre la infancia del sistema solar. Bennu, después de todo, es un asteroide antiguo. Se puede pensar en un asteroide, así como en una cápsula del tiempo. Los astrónomos pueden estudiar el origen de nuestro sistema solar observando el material del asteroide. Este material no se ha visto afectado por la actividad geológica, los organismos y el cambio climático como las rocas de la Tierra.
De camino a Apofis
Por cierto, OSIRIS-REx no aterrizó en la Tierra. La nave espacial ha recibido un nuevo destino y viaja hacia el asteroide Apofis. Puede que este nombre le resulte familiar, ya que los astrónomos pensaron en su día que este asteroide supondría un peligro para nuestro planeta. Afortunadamente, no es el caso. De momento, la misión se llama OSIRIS-APEX, donde APEX significa Explorador de Apofis. La NASA espera que la sonda espacial llegue
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