El óxido nitroso tiene un efecto sobre el clima aún mayor que el más conocido gas de efecto invernadero, el CO₂. Sin embargo, las emisiones de este potente gas de efecto invernadero han pasado hasta ahora desapercibidas.
Puede que conozca el óxido nitroso como una droga suave que puede hacerle reír. Pero el gas también tiene un lado menos divertido. Se trata de un potente gas de efecto invernadero que contribuye en casi un 10 % al calentamiento global. Investigadores han descubierto que las emisiones de óxido nitroso están aumentando rápidamente en todo el mundo. Y, por lo que parece, esto no va a cambiar en mucho tiempo.
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La humanidad bombea actualmente a la atmósfera una cantidad considerable de gases de efecto invernadero, que contribuyen de forma significativa al calentamiento global. Todo el mundo conoce el famoso gas de efecto invernadero dióxido de carbono, por supuesto, pero el metano también contribuye a reforzar el efecto invernadero. El tercer gas de efecto invernadero más importante es el óxido nitroso (N2O, un compuesto inorgánico de nitrógeno y oxígeno), también conocido como gas de la risa. Este gas también es especialmente nocivo. De hecho, el efecto invernadero del óxido nitroso es cientos de veces mayor que el del CO₂.
Entre otras cosas, el óxido nitroso se forma como subproducto de la quema de combustibles fósiles. Pero también lo producen los microbios en el suelo. Las bacterias y los hongos del fondo de los lagos, entre otros, también emiten óxido nitroso.
Los climatólogos sospechan desde hace tiempo que, con el tiempo, las acequias, ríos, lagos y embalses han empezado a emitir más óxido nitroso. Sin embargo, este gas es difícil de medir, por lo que los investigadores no tienen una idea exacta de su aumento. “Es muy difícil medir correctamente la producción y emisión de óxido nitroso en agua dulce”, explica el investigador del clima Junjie Wang. “Se han hecho pocas mediciones durante un periodo más largo o en el mismo lugar. Así que las aguas subterráneas simplemente no se consideraban una fuente importante de óxido nitroso”.
Estudio: modelo innovador
En un nuevo estudio, Wang, junto con su colega Jack Middelburg, examinaron las emisiones mundiales de óxido nitroso procedentes de diversas
El estudio conduce a un descubrimiento inquietante. Muestra, por ejemplo, que las emisiones de óxido nitroso procedentes de fuentes de agua dulce se han más que triplicado en el último siglo. Esto ocurrió sobre todo a partir de 1950, cuando aumentó rápidamente el uso de fertilizantes sintéticos en la agricultura y la horticultura. Según los investigadores, las aguas subterráneas y los embalses en particular empezaron a emitir más óxido nitroso. Wang también destaca el importante papel de los pequeños arroyos y acequias que emiten óxido nitroso cuando las aguas subterráneas llegan a la superficie.
Curiosamente, el equipo de investigación descubrió un fuerte aumento de las emisiones de óxido nitroso procedentes de embalses de agua y embalses que generan electricidad renovable. Por ejemplo, las emisiones de los embalses se han multiplicado por 10 en los últimos 70 años. Esto significa que los embalses son grandes responsables del problema. “Así que los embalses son una fuente importante del aumento de óxido nitroso en la atmósfera”, argumenta Wang. “Esto es preocupante porque está previsto desarrollar muchos más embalses”.
Más embalses en camino
Los hallazgos preocupan a los investigadores. Por ejemplo, prevén que las emisiones de óxido nitroso aumenten aún más en el futuro, ya que hay muchas más centrales hidroeléctricas y embalses en camino. Sin embargo, basándose en este estudio, aún no es posible decir en qué medida dicho aumento afectará al calentamiento global. “No sabemos si las emisiones de óxido nitroso de los embalses amplifican el efecto invernadero más de lo que ahorramos en emisiones de CO₂ al generar electricidad con la ayuda de las centrales hidroeléctricas”, dijo Wang.
En definitiva, los investigadores demuestran que el creciente uso de fertilizantes y el aumento mundial del número de embalses son las principales causas del aumento de las emisiones de óxido nitroso. Por tanto, es importante reducir estas emisiones en la medida de lo posible. Cómo hacerlo concretamente es algo que los científicos tendrán que abordar en futuros estudios.
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