La temperatura del dormitorio influye mucho en la calidad del sueño. Si te tumbas en la cama tiritando y con los dedos de los pies fríos, te resultará difícil conciliar el sueño. Con temperaturas tropicales, puede ser incluso más difícil entrar en el país de los sueños. Pero hay gradaciones. ¿Cuál es la temperatura ideal y por qué aparece aquí de nuevo el término cambio climático?
Científicos de la Universidad de Harvard analizaron unas 11 000 noches de sueño y las combinaron con las condiciones ambientales dentro y alrededor del dormitorio de 50 ancianos para llegar a la temperatura ideal del dormitorio.
Resulta ser más alta de lo que se piensa: la mejor calidad del sueño se consigue cuando la temperatura ambiente oscila entre 20 y 25 grados centígrados. Si la temperatura sube de 25 a 30 grados, el sueño se deteriora entre un 5 % y un 10 %. Los investigadores señalan que existen grandes diferencias individuales entre los participantes.
El cambio climático
“Estos resultados demuestran que la temperatura del dormitorio influye bastante en la calidad del sueño, sobre todo en los adultos mayores. Señalamos la importancia de los ajustes personales de la temperatura interior, en función de las necesidades y circunstancias individuales”, afirma el investigador principal de Harvard, Amir Baniassadi.
“Mi equipo también estudió el posible impacto del cambio climático en la calidad del sueño de las personas mayores. Resulta que los ancianos con un estatus socioeconómico más bajo, en particular, van a notar los efectos. El calor les hace dormir peor, están menos descansados y pueden acabar desarrollando todo tipo de problemas de salud. Es importante tomar medidas para este grupo de personas, ya que las temperaturas medias nocturnas siguen subiendo en todo el país, tanto en zonas urbanas como rurales”, afirma Baniassadi.
El equipo examinó los patrones de sueño combinados con factores ambientales de 50 ancianos, todos ellos capaces de vivir de forma independiente en sus propios hogares. En este estudio observacional a largo plazo, se estudió el comportamiento del sueño durante 220 noches mediante sensores ambientales y de sueño portátiles. Los investigadores midieron la duración del sueño, la eficiencia y los niveles de inquietud en las habitaciones de los participantes. Mientras tanto, el equipo hizo todo lo posible por corregir otros factores para que la relación causal entre la temperatura del dormitorio y la eficiencia del sueño no se viera distorsionada por una tercera variable. Las diferencias entre los sujetos eran grandes, pero aun así se pudo decir algo significativo sobre la relación entre la temperatura del dormitorio y la calidad del sueño.
No fijarse solo en el comportamiento
Los adultos mayores sufren con relativa frecuencia sesiones de sueño inadecuadas, inquietas e interrumpidas. En muchos casos, esto repercute negativamente en su salud y bienestar, lo que se refleja en el estado físico, el estado de ánimo, la sensación de irritabilidad, la forma de afrontar el estrés y su productividad en la vida cotidiana. El riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares también es mayor y la forma en que las personas mayores privadas de sueño controlan su diabetes a veces causa problemas. La dificultad para dormir es claramente más frecuente en las personas mayores que en el resto de la población. Mientras tanto, la investigación sobre sus causas se centra principalmente en factores físicos y de comportamiento, aunque cada vez hay más pruebas de que el entorno en el que la persona duerme es al menos igual de importante para la calidad del sueño.
El aire acondicionado como medicina
En consecuencia, se han desarrollado numerosos tratamientos médicos para mejorar el sueño de las personas, mientras que las intervenciones ambientales se han pasado por alto en gran medida. Por ello, los científicos señalan los beneficios potenciales de los ajustes de temperatura en los dormitorios de las personas mayores. Un campo que, en su opinión, debería centrarse en el impacto del calentamiento global sobre las personas mayores que viven con poco dinero. Cada vez hará más calor en sus dormitorios. Por eso, los investigadores están muy interesados en idear más soluciones para mejorar el entorno de sueño de las personas. Algo tan sencillo como un aparato de aire acondicionado ya puede ayudar considerablemente.
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