Utilizar una aplicación y caminar no parece la combinación más segura. Pero ahora los investigadores de un nuevo estudio demuestran lo peligrosa que es.
Hoy en día es imposible imaginar nuestra vida sin el teléfono móvil. Incluso al caminar por la calle, muchos no pueden resistirse a responder a una aplicación o hacer scroll en Instagram. Aunque no parece la combinación más segura, en realidad actualmente no está claro hasta qué punto esto aumenta realmente el riesgo de accidentes. Así que el neurocientífico Matthew Brodie, afiliado a la Universidad de Nueva Gales del Sur, hizo la prueba.
Uso de aplicaciones al caminar
Los expertos se preguntan a menudo si el uso de aplicaciones al caminar provocan más accidentes. Sin embargo, pocos estudios han examinado cómo responden los caminantes que usan apps a peligros impredecibles. Además, los estudios que sí lo hicieron arrojaron resultados contradictorios. Algunos mostraban que los peatones que emplean apps mientras caminan tienen más probabilidades de chocar con el tráfico que viene en sentido contrario, mientras que otros estudios sugieren que los jóvenes dominan el arte de la multitarea y son capaces de usar apps con precisión mientras se desplazan y teclean por la calle. Pero si esto carece realmente de peligro… “Parece que hasta el 80 % de las personas, tanto jóvenes como mayores, caminan con la cabeza gacha”, afirma Brodie. “Es la nueva normalidad. Los jóvenes nunca han conocido un mundo en el que no fuera así. Me pregunto si esto es seguro. ¿Es este el futuro en el que queremos vivir? ¿Qué tiene el smartphone que es tan hiperadictivo?”.
Estas preguntas llevaron a Brodie a estudiar más de cerca los peligros del uso de aplicaciones al caminar. “Quería saber si estos peligros son reales o imaginarios”, dice. “Quería medir el riesgo de forma repetible”.
Para ello, el equipo reclutó a 50 estudiantes para que caminaran por una pasarela de baldosas. A mitad de la pasarela había una baldosa que podía deslizarse. Cuando alguien la pisaba, resbalaba, como cuando se pisa una cáscara de plátano. Para evitar que los alumnos se rompieran las piernas, llevaban arneses de seguridad. A continuación se les pidió que escribieran la frase “el zorro rápido salta sobre el perro perezoso” mientras caminaban por la pasarela. También tenían que cruzar la pasarela una vez sin añadir.
Aumento del riesgo de accidentes
Los investigadores descubrieron que teclear mientras se camina aumenta el riesgo de accidentes. Por ejemplo, los estudiantes eran más propensos a caerse cuando cruzaban la pasarela mientras tecleaban, incluso sabiendo que podían resbalar.
“Lo que me sorprendió es lo diferente que reaccionaba la gente cuando se enteraba de que podía resbalar”, dice Brodie. “Algunos redujeron la velocidad y adoptaron una actitud más cautelosa. Otros, en cambio, aceleraron. Estos enfoques tan diferentes demuestran que no hay dos personas iguales”. Pero a pesar de que algunos participantes cruzaron la pasarela con más cuidado, esto no redujo sus posibilidades de caerse.
Los resultados sugieren que el uso de aplicaciones al caminar entrañan riesgos reales. Y, sin embargo, muchos de nosotros somos culpables de ello en nuestra vida cotidiana. “Supone un peligro para uno mismo y también para los demás”, afirma Brodie. “Piensa en ciclistas que intentan esquivarte y luego tienen un accidente, o en una persona mayor y vulnerable que es pisoteada por un caminante que se apresura. Si aprietas y corres delante de un autobús o un tranvía, las consecuencias podrían ser incluso fatales. En cambio, si chocas contra una farola, solo daña tu orgullo”.
Un problema creciente
Con este estudio, Brodie demuestra lo peligrosa que es usar una aplicación al caminar. “Es una razón poco investigada de un número cada vez mayor de accidentes de peatones”, afirma Brodie. “Realmente es un problema creciente. Se oyen con regularidad noticias de accidentes en los que alguien choca contra un coche que circula en sentido contrario mientras usa la app”. Todavía no existen cifras contundentes, por cierto. “En muchos países aún no se ha identificado mejor el uso del teléfono móvil como causa de un accidente de peatón”, afirma Brodie.
La conclusión de que usar una aplicación mientras se camina aumentan el riesgo de accidentes quizá no sea muy sorprendente. Sin embargo, ahora se ha corroborado por primera vez en un estudio científico.
“Creo que confirma en gran medida lo que la mayoría de la gente ya sospechaba”, señala Brodie. “Lo sorprendente, sin embargo, es que se trata de una cuestión muy ‘neutra’ desde el punto de vista del género. Ambos sexos son culpables de ello. Por tanto, contradice el mito común de que a las mujeres se les da mejor la multitarea. Tanto hombres como mujeres tienen las mismas probabilidades de sufrir un accidente si están utilizando aplicaciones en marcha”.
¿Podemos dejar de hacerlo?
La cuestión es si se puede animar a la gente a ignorar sus teléfonos en el tráfico. Los investigadores señalan que los jóvenes en particular tienden a correr riesgos, incluso si son conscientes de los peligros. “Seguirán teniendo comportamientos de riesgo, aunque conozcan los riesgos”, sospecha Brodie. “Por lo tanto, no creo que los esfuerzos educativos basten por sí solos para resolver el problema. Esto se debe principalmente a las recompensas socioemocionales inmediatas y altamente adictivas que se experimentan al utilizar teléfonos móviles.” Por eso Brodie tiene una idea mejor. “Sugiero que los fabricantes de la tecnología asuman la responsabilidad de su uso seguro”, prosigue. “Al fin y al cabo, ellos también hicieron posible que un producto altamente adictivo fuera objeto de un abuso generalizado en todo el mundo. Por tanto, los futuros teléfonos deberían estar equipados con bloqueo de movimiento”.
Bloqueo de movimiento
Este bloqueo por movimiento corresponde a lo que ya existe actualmente para los conductores de automóviles. En este caso, el móvil se bloquea automáticamente cuando detecta un movimiento superior a unos 20 kilómetros por hora. Un sistema similar podría activarse potencialmente cuando alguien está caminando, bloqueando la pantalla e impidiendo que una persona haga apuntes durante ese tiempo. En futuras investigaciones, el equipo planea estudiar más a fondo la eficacia de esta intervención.
Mientras tanto, Brodie espera que la gente sea más consciente de los peligros y quizá deje el móvil en el bolsillo más a menudo cuando camine por la calle. Y si camina, “al menos asegúrese de que su seguro de vida y de salud está al día”, bromea el investigador. “Quizá lleve rodilleras o se ponga un casco resistente. Y cuélgate una placa al cuello para que todo el mundo sepa que debe evitarte en la acera”.
Sin comentarios