¿Aún no come suficiente pescado azul? Ahora tiene otra razón para empezar pronto. El pescado azul está repleto de ácidos grasos Omega-3, que podrían ayudarle a proteger su audición.
A medida que envejecemos, muchos de nosotros oímos cada vez peor. Se calcula que alrededor del 20 % de la población mundial (más de 1500 millones de personas en todo el mundo) vive con problemas de audición. Y se prevé que esta cifra aumente a medida que la población envejezca en las próximas décadas. Tanto si se padece una forma leve como grave, lo cierto es que los problemas auditivos afectan a las interacciones sociales, las oportunidades educativas y laborales y otros aspectos de la vida cotidiana.
Como en tantas otras cosas, más vale prevenir que curar. Y por eso los investigadores recomiendan consumir suficientes ácidos grasos Omega-3. Un nuevo estudio sugiere que esto es muy eficaz para conservar la capacidad auditiva.
Los beneficios del Omega-3
Los ácidos grasos Omega-3 son ácidos grasos poliinsaturados. Los más conocidos son el ácido alfa-linolénico (ALA) y los ácidos grasos de pescado, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). El nuevo estudio se ocupa de este último en particular. “Nuestro cuerpo fabrica su propio EPA y DHA a partir del ALA”, explica el investigador Michael McBurney. “Desgraciadamente, nuestro cuerpo no es muy hábil para ello. Por eso es importante obtener EPA y DHA comiendo pescado azul, como el salmón y el atún, o tomando un suplemento dietético con EPA y DHA”.
Consumir suficientes ácidos grasos Omega-3 tiene numerosos beneficios. Por ejemplo, está relacionado con un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiaca y reduce la presión arterial. Además, el DHA es necesario para el funcionamiento normal del cerebro y la visión. Así que ahora podemos añadir otro beneficio a esta lista. “Los niveles más altos de DHA se han asociado anteriormente con un menor riesgo de cardiopatías, deterioro cognitivo y muerte”, afirma McBurney. “Ahora nuestro estudio sugiere que el DHA también ayuda a preservar la audición. Incluso podría reducir el riesgo de pérdida de audición relacionada con la edad”.
McBurney y sus colegas llegaron a esta conclusión tras analizar los datos del Biobanco del Reino Unido (una enorme base de datos biomédica que contiene los registros de medio millón de británicos). El equipo evaluó la audición y los niveles de DHA en la sangre de más de 100 000 personas de entre 40 y 69 años. Tras tener en cuenta posibles variables de confusión, los resultados mostraron que las personas con niveles más altos de DHA en sangre tenían un 16 % menos de probabilidades de responder “sí” a la pregunta “¿tiene problemas de audición?” Estas personas también eran menos propensas a decir que tenían dificultades para seguir conversaciones cuando hay ruido de fondo.
Lucha contra la pérdida de audición
Esto significa que el DHA podría ser un importante aliado en la lucha contra la pérdida de audición. Pero, ¿por qué? “Eso no está del todo claro por el momento”, dice McBurney cuando se le pregunta. “Lo que sí sabemos es que los nervios tienen membranas compuestas de ácidos grasos. Y el DHA interviene en la transmisión de señales entre las células nerviosas. Luego, las arterias llevan sangre a estas células y al oído. En otros tejidos, se sabe que niveles más altos de ácidos grasos Omega-3 reducen la inflamación que contribuye a la formación de placas en las arterias”.
No es una certeza
A pesar de los prometedores resultados, McBurney mantiene una advertencia. Aunque los hallazgos muestran una relación entre los niveles de DHA y una mejor audición, el investigador advierte que el estudio no aporta pruebas suficientes para extraer conclusiones definitivas. Por ejemplo, no se puede afirmar con certeza que el DHA sea realmente responsable del mantenimiento de la capacidad auditiva.
“Nuestro estudio tampoco demuestra que los niveles bajos de DHA causen pérdida de audición”, explica McBurney. Aun así, los investigadores son optimistas. Por ejemplo, estudios anteriores en animales también demostraron que unos niveles más altos de Omega-3 pueden proteger contra la pérdida de audición relacionada con la edad.
En cualquier caso, los hallazgos se suman a la creciente evidencia de la importancia de los ácidos grasos Omega-3, y del DHA en particular. Por ejemplo, sabemos que protege contra el deterioro relacionado con la edad en diversas funciones corporales. “Además, se sabe que unos niveles sanguíneos más altos de DHA protegen contra muchas enfermedades crónicas y la muerte prematura”, afirma McBurney. “Los ácidos grasos Omega-3 ayudan a formar las membranas celulares y favorecen la función cognitiva, inmunitaria y cardiovascular”. Los investigadores sospechan, por tanto, que los ácidos grasos Omega-3 ayudan a proteger la salud de las células del oído interno y a aliviar las respuestas inflamatorias a ruidos fuertes, sustancias químicas o infecciones.
Consumir más Omega-3
En resumen, “hay pruebas sólidas de que unos niveles sanguíneos más altos de DHA son beneficiosos para la salud”, resume McBurney. Dado que nuestro organismo solo produce pequeñas cantidades de DHA, la cantidad de DHA que se encuentra en nuestra sangre y tejidos depende principalmente de nuestra ingesta de Omega-3. Y, por desgracia, mucha gente no consume suficiente. “La mayoría de la gente no consume cantidades suficientes de EPA y DHA”, señala McBurney. “Tanto el pescado azul como los suplementos de Omega-3 son buenas fuentes dietéticas. Por tanto, más gente debería comer pescado azul o tomar suplementos”.
Fuentes de ácidos grasos Omega-3
El DHA, como ya se ha dicho, se encuentra principalmente en el pescado y el marisco. El pescado azul, como la caballa, el salmón, el arenque, las sardinas y la trucha, son fuentes importantes, según el Centro de Nutrición. El pescado blanco (magro) también contiene ácidos grasos de pescado, pero menos que las especies de pescado azul. También se comercializan cápsulas de aceite de pescado que contienen EPA y DHA. El EPA o el DHA se añaden a algunos alimentos, como ciertos tipos de margarinas. Los huevos y algunas carnes aportan EPA y DHA. Los niveles pueden variar mucho y dependen del alimento utilizado.
Así que si cuida su audición, no sería mala idea en absoluto vigilar más de cerca su ingesta de ácidos grasos Omega-3 en un futuro próximo. Si quieres proteger tu audición aún mejor, también puedes probar otras cosas. Sé consciente de la cantidad de ruido a la que te expones y protégete los oídos de los ruidos fuertes con tapones. No pongas el volumen de los auriculares demasiado alto y acude al médico si sufres infecciones de oído. De esta forma, puedes prevenir los daños auditivos y seguir oyendo el canto de los pájaros incluso a una edad avanzada.
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