La resistencia a los antibióticos es un grave problema que conocemos, y aunque en algunos lugares parezca distante, no significa que debamos quedarnos de brazos cruzados. Los investigadores están trabajando diligentemente en encontrar soluciones y es posible que hayan encontrado algo: reducir la contaminación atmosférica.
Según un nuevo estudio, a mayor contaminación atmosférica, más probabilidades de desarrollar resistencia a los antibióticos. Curiosamente, la situación en este ámbito no hace, sino empeorar con la edad: a medida que aumenta la contaminación atmosférica, se constata que la resistencia a los antibióticos aumenta aún más deprisa.
Aire limpio y mejores antibióticos
La resistencia a los antibióticos se propaga a través del aire, por ejemplo, cuando hospitales, granjas y plantas de tratamiento de aguas residuales emiten partículas resistentes a los antibióticos. Así lo explica la profesora Hong Chen, de la Universidad de Zhejiang (China).
“La resistencia a los antibióticos y la contaminación atmosférica se cuentan a su manera entre los mayores peligros para la salud pública. Hasta ahora no teníamos una idea clara de la relación entre ambos, pero este estudio demuestra que los beneficios de reducir la contaminación atmosférica son dobles: no solo un aire sano es mejor para todos, sino que también puede desempeñar un papel importante en la lucha contra las bacterias resistentes a los antibióticos”.
El uso incorrecto y excesivo de antibióticos es lo que más contribuye a la resistencia, pero la contaminación atmosférica también es, por tanto, un problema. Hasta ahora, sin embargo, había pocos datos sobre el grado exacto de nocividad de la contaminación atmosférica, cuando se trata de las partículas más dañinas de 2,5 micrómetros (PM2,5). Estas son 30 veces más finas que un cabello humano. Las PM2,5 son emitidas por la industria, el tráfico y las estufas de leña domésticas.
Datos impresionantes
Los investigadores utilizaron un impresionante conjunto de datos de la OMS y el Banco Mundial, entre otros, para determinar el efecto de las PM2,5 en la resistencia a los antibióticos. Disponían de datos de 116 países sobre 9 tipos de bacterias y 43 tipos de antibióticos. En total, recogieron 11,5 millones de muestras entre 2000 y 2018.
Y los resultados fueron notables: por cada aumento del 1 % en la contaminación del aire, la resistencia a los antibióticos aumentó entre un 0,5 % y un 1,9 %, dependiendo del patógeno. La correlación se hizo más fuerte con los años: un aumento de PM2,5 condujo a un aumento aún mayor de la resistencia a los antibióticos.
La resistencia no es la misma en todas partes. En el norte de África, Oriente Medio y el sur de Asia, la situación es mucho peor que en Europa y Norteamérica. Especialmente en China e India, muchas personas mueren porque la contaminación atmosférica exacerba allí la resistencia a los antibióticos. Según los investigadores, casi medio millón de personas murieron en 2018 debido a la resistencia a los antibióticos vinculada a la contaminación del aire. Provocó unos costes adicionales de casi 400 000 millones de dólares.
Una fuerza impulsora
Así que las PM2,5 no son solo un factor pequeño, sino posiblemente una de las fuerzas impulsoras de la resistencia a los antibióticos, ya que
Según los sombríos escenarios futuros de los investigadores, la resistencia a los antibióticos aumentará un 17 % en todo el mundo de aquí a 2050 si no cambia nada en la contaminación atmosférica. Unas 840 000 personas morirán prematuramente cada año debido a la resistencia a los antibióticos, con el mayor número de víctimas en el África subsahariana.
Podemos hacer mucho
Pero la buena noticia es que nosotros mismos podemos hacer mucho al respecto. Solo con limitar las PM2,5 a 5 microgramos por metro cúbico en la atmósfera, la resistencia mundial a los antibióticos disminuirá un 17 % de aquí a 2050. Como resultado, un 23 % menos de personas morirán prematuramente y se ahorrarán 640 000 millones de dólares.
Aún no está claro cómo se produce esta correlación. Por ello, las investigaciones futuras deberían centrarse en el mecanismo subyacente. Entonces: ¿cómo es que la contaminación atmosférica empeora la resistencia a los antibióticos? Mientras tanto, deberíamos hacer todo lo posible por reducir la contaminación atmosférica. Y no solo porque eso en sí mismo nos hace mucho más sanos, sino también porque previene la resistencia a los antibióticos.
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