En 2008, unos científicos descubren una colección sin parangón de ajuares funerarios en una tumba de Valencina, lo que hace suponer que acaban de tropezar con la persona más destacada de la Edad del Cobre española. El análisis de los restos arroja ahora una gran sorpresa: se trata de una mujer.
A pocos kilómetros de Sevilla se encuentra la pequeña localidad de Valencina de la Concepción. En sus alrededores, la gente debió de sentirse más que a gusto en la Edad del Cobre; los arqueólogos han realizado allí varios hallazgos (en un área de hasta 450 hectáreas) que apuntan a que la gente vivió y trabajó aquí entre los años 3000 y 1500 a. C.
Una tumba especial, un personaje destacado
Uno de los hallazgos que salta inmediatamente a la vista a este respecto se refiere a una tumba recuperada en 2008. Los arqueólogos debieron de darse cuenta casi de inmediato de que habían tropezado con algo especial, porque mientras que la mayoría de las tumbas de la zona albergan los restos de varias personas, esta tumba solo contenía un individuo. Sin embargo, ese individuo iba acompañado de un ajuar funerario asombrosamente valioso. Así, en la tumba se encontraron cerámicas (con restos de vino en su interior), así como un punzón de cobre y varios objetos de marfil. Entre ellos, un cuerno de marfil de 1,8 kilos de un elefante africano.
Además, se hallaron indicios de que también se habían añadido objetos funerarios a la tumba en una fase posterior (algún tiempo después del entierro), entre ellos una hermosa daga con empuñadura de marfil con incrustaciones de 90 cuentas de nácar.
Tanto la cantidad como la calidad del ajuar funerario indican que la persona que descansa en esta tumba tenía un estatus social elevado. De hecho, a juzgar por el ajuar funerario, los arqueólogos han calificado a esta persona como la figura más prominente que conocemos de la Edad del Cobre española. Y en investigaciones anteriores, los investigadores escribieron que debía tratarse de un hombre que murió en algún momento entre los 17 y los 25 años. Pero una nueva investigación, publicada en la revista Scientific Reports, parece ahora darle la vuelta a todo. En efecto, un nuevo análisis de los restos de la tumba indica que este personaje tan destacado era una mujer.
La investigación
Los investigadores basan esta conclusión en el análisis de un molar y un incisivo del difunto. Se descubrió que el esmalte de esa muela e incisivo albergaba una proteína que solo se encuentra en las mujeres. Por tanto, debemos concluir que la persona más destacada de la Península Ibérica en la época de la Edad del Cobre era de sexo femenino.
Y este estatus prominente no parece haber caído en el regazo de las mujeres, añaden los investigadores. De hecho, señalan que no se han encontrado ajuares funerarios en tumbas infantiles de la misma época. Esto da a entender que las personas no heredaban un estatus elevado de sus padres, sino que tenían que ganárselo por sí mismas. Basándose en esto, los investigadores concluyen que la mujer debió de hacer grandes cosas para convertirse en una figura prominente.
“La mujer parece haber derivado su influencia, prestigio o poder, no de su nacimiento o control sobre la cosecha, sino de su carisma y sus logros”, escriben los investigadores.
Desde luego, no es la primera vez que se encuentra una tumba en la que descansa una mujer que tuvo un alto estatus social hace mucho tiempo (digamos, en la Edad de Bronce o de Cobre). Pero siempre se han encontrado tumbas anteriores de hombres de un estatus social igualmente elevado. En este caso, sin embargo, no es así. De hecho, los científicos no conocen ninguna tumba de esta parte de la Edad del Cobre (entre el 3200 y el 2500 a. C.) en toda la Península Ibérica que esté tan repleta de ajuares funerarios y que además contenga a un hombre. De hecho, la única tumba de este periodo que también data de esta época, y que en términos de calidad y cantidad de ajuar funerario se acerca algo a la tumba de una mujer, contiene nada menos que quince damas. Esa tumba grande y
En opinión de los investigadores, esto podría cambiar radicalmente nuestra visión de la historia. “Nuestros resultados cuestionan las interpretaciones establecidas sobre el papel político que desempeñaron las mujeres cuando las sociedades empezaron a ser socialmente más complejas”.
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