Aunque el vino ecológico se está popularizando poco a poco, la gran mayoría de los viticultores siguen rociando sus uvas con pesticidas. Científicos franceses estudiaron el efecto de los venenos agrícolas fungicidas en las aves y quedaron atónitos por el daño que causan.
Los viticultores rocían sobre todo profusamente con los llamados fungicidas triazoles. Este veneno se utiliza hasta siete veces más en los viñedos que para mantener los campos de cereales libres de hongos. Como consecuencia, se alteran las hormonas y el metabolismo de las aves. Su estado general se deteriora, al igual que su IMC y la calidad de su plumaje, lo que empeora sus posibilidades de reproducción y supervivencia.
Aves envenenadas y debilitadas
“Estudiamos la cantidad de contaminación con toxinas agrícolas fungicidas en aves silvestres que viven en viñedos, campos de cereales, ciudades y en entornos forestales. Para ello, capturamos decenas de aves y las sometimos a pruebas en el laboratorio. Mediante espectrometría de masas, calculamos la contaminación por estos triazoles en los animales”, explica el investigador principal, Frédéric Angelier, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia.
“Entre otras cosas, medimos el estado general del cuerpo, así como el tamaño de los animales y la calidad de sus plumas. También simulamos niveles de contaminación en cautividad para evaluar adecuadamente el impacto de la contaminación en la fisiología de los animales”.
Los triazoles se utilizan ampliamente como venenos agrícolas en todo el mundo. Destruyen los hongos al destruir sus membranas celulares. “No podemos decir con seguridad si las aves adquieren las toxinas principalmente a través del agua que beben, los alimentos que ingieren o porque vuelan en la pulverización directa cuando el agricultor dispensa el tóxico agrícola. Pero probablemente sea una combinación de estas tres cosas”, afirma Angelier.
De cinco a siete veces más veneno
En estudios anteriores se había observado la disminución de las poblaciones de animales salvajes cerca de distintos sectores agrícolas, pero aún no se había estudiado con tanta claridad el papel perjudicial de las viñas. Eso ha cambiado ahora.
“La razón por la que las aves silvestres que viven en los viñedos y sus alrededores tienen más pesticidas en sus sistemas que en otros lugares es que las vides se tratan con más pesticidas químicos que otros cultivos. A veces, los viticultores utilizan entre cinco y siete veces más veneno”, explica Angelier.
El estudio demuestra que los triazoles tienen efectos nocivos para la salud de las aves. Pero, ¿qué ocurre con los humanos? “Investigaciones anteriores han demostrado que los propios agricultores también pueden contaminarse con triazoles. Sin embargo, los posibles efectos nocivos no han sido bien estudiados, por lo que no podemos sacar conclusiones sobre los riesgos para la salud en humanos, aunque existen oscuras sospechas”, afirma el investigador principal.
Desaparecen las aves, llegan las plagas de insectos
Los propios investigadores se sorprendieron de todos los pesticidas con los que estaban infestadas las aves. “Nos sorprendió la gran cantidad de contaminación que encontramos. Para una serie de moléculas fungicidas, el medidor alcanzó valores altísimos en las aves de los viñedos, incluso en comparación con las aves que vivían entre otros cultivos rociados con veneno”, afirma Angelier. “Gracias a los resultados de nuestro estudio, ahora comprendemos mejor los efectos de este veneno agrícola concreto sobre las aves en libertad. Los efectos negativos sobre la reproducción y su supervivencia conducirán en última instancia a una pérdida de biodiversidad. Pero también hay efectos indirectos, como un mayor riesgo de plagas de insectos, porque las aves ya no están ahí para comérselos”.
¿Algún consejo para los humanos? Aunque no se ha demostrado necesariamente que los pesticidas en las uvas sean perjudiciales para la salud, podría sospecharlo. Y quizá quieras pasarte al vino ecológico para estar más seguro.
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