Al parecer, permanecer en el espacio debilita el sistema inmunitario. Malas noticias para los astronautas. Pero un pequeño consuelo: una vez de vuelta en la Tierra, todo volverá a estar bien.
En los últimos años, se han ido acumulando pruebas de que los astronautas son mucho más susceptibles a las infecciones durante sus viajes espaciales. Por ejemplo, los astronautas que permanecen a bordo de la Estación Espacial Internacional sufren problemas cutáneos con notable frecuencia.
“Los astronautas suelen tener la piel seca, enrojecida y con picor, y las infecciones cutáneas a veces provocan heridas con pus en las muñecas, los dedos y los pies, por ejemplo”, explica la investigadora Odette Laneuville. Y las enfermedades respiratorias también son frecuentes. “Nariz tapada, inflamación de la mucosa nasal, estornudos y laringitis”, enumera Laneuville. Y además de las vías respiratorias, otras partes del cuerpo también se vuelven más propensas a las infecciones. Por ejemplo, las infecciones de vejiga también son bastante frecuentes. Se insinúa provisionalmente que el sistema inmunitario en el espacio no funciona especialmente bien.
Virus del herpes
Además, esto parece estar refrendado por el hecho de que las partículas virales activas de los virus del herpes (como el virus de Epstein-Barr, el virus de la varicela-zóster (agente causante del herpes zóster) y el virus del herpes simple, (agente causante del herpes labial)) se encuentran cada vez con más frecuencia en la orina y la saliva de los astronautas durante su estancia en el espacio. “Nuestros cuerpos actúan como huéspedes de algunos virus, como el virus de Epstein-Barr, el virus de la varicela-zóster y el virus del herpes simple”, explica Laneuville. “Esos virus permanecen latentes o inactivos en nuestro cuerpo, a la espera de que el sistema inmunitario se debilite”. Y así, un viaje al espacio parece debilitar ese sistema inmunitario hasta el punto de que esos virus pueden resurgir.
Expresión genética, estudio
Pero, ¿por qué exactamente el sistema inmunitario funciona peor en el espacio? Laneuville y sus colegas han abordado esa cuestión y ahora revelan en la revista Frontiers in Immunology exactamente cómo. “Demostramos que la expresión de muchos genes asociados a funciones inmunitarias disminuye rápidamente una vez que los astronautas llegan al espacio”, afirma Laneuville.
Los investigadores llegaron a esa conclusión tras analizar la expresión génica en los leucocitos (glóbulos blancos) de 14 astronautas. Entre ellos había 11 hombres y tres mujeres que pasaron al menos 4,5 y hasta 6,5 meses en la Estación Espacial Internacional entre 2015 y 2019. Los leucocitos estudiados se habían recogido en diferentes momentos: antes, durante y después del vuelo espacial. El estudio revela que la expresión de algunos genes que desempeñan un papel importante dentro del sistema inmunitario cambia durante los viajes espaciales. Y se cree que esos cambios subyacen al debilitamiento del sistema inmunitario que se observa en la salud menguante de los astronautas.
“Un sistema inmunitario más débil aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas”, argumenta el investigador Guy Trudel. “Un sistema inmunitario funcional nos permite permanecer asintomáticos gracias a una defensa compleja contra los agentes patógenos”, añade Laneuville. “Además, el sistema inmunitario garantiza que los virus latentes (inactivos) en nuestro organismo permanezcan inactivos”.
Algo preocupante
Que el sistema inmunitario funcione peor en el espacio es preocupante. Sobre todo de cara al futuro, cuando la humanidad visite destinos más lejanos y, por tanto, pase más tiempo en el espacio. “Las estrategias conocidas para combatir el impacto negativo que el espacio tiene en el cuerpo humano (y, por tanto, en el sistema inmunitario) son principalmente: mucho ejercicio y comer bien. Pero eso solo tiene un efecto limitado. Aún no existen medidas preventivas que garanticen que el cuerpo humano siga siendo capaz de defenderse de los agentes patógenos, incluso en el espacio. Probablemente, la mejor manera de prevenir una infección con síntomas graves es detectarla a tiempo. Eso será sin duda crucial para los viajeros espaciales, con un acceso limitado a la asistencia y la medicación y escasas opciones de evacuación”.
Así pues, los que consiguen escapar de la gravedad terrestre no se libran aún de los virus del herpes, las enfermedades respiratorias y los problemas cutáneos. De hecho, como el sistema inmunitario se debilita en el espacio, los viajeros espaciales solo parecen ser más susceptibles. Así pues, los investigadores pintan un panorama no muy halagüeño para los (futuros) astronautas. Afortunadamente, en el mismo estudio, los investigadores también aportan algunas buenas noticias. Por ejemplo, la expresión de genes que desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario parece restablecerse cuando los astronautas regresan a la Tierra. Por lo general, ya al cabo de unas semanas (lo que por cierto significa que los astronautas también son más susceptibles a las enfermedades en las primeras semanas tras su regreso a la Tierra), pero en cualquier caso al cabo de un año de su regreso. Por el momento no está claro cuándo se restablecerá por completo la resistencia. Los investigadores sospechan que ello depende, entre otras cosas, de la edad y el sexo de los astronautas.
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