Que haya estrellas orbitando muy cerca del agujero negro supermasivo de la Vía Láctea es un misterio en sí mismo, pero ahora parece que algunas de ellas también evitan una zona en específica.
Existe una extraña e inexplicable zona de prohibición de estrellas cerca del centro de nuestra Vía Láctea. Todas las estrellas de nuestra galaxia deberían tener una distribución aleatoria en cuanto a la forma de su órbita, independientemente de su distancia al agujero negro supermasivo situado en el centro de nuestra galaxia, Sagitario A*. Pero en esa distribución falta un grupo de estrellas.
Las aproximadamente 200 estrellas cercanas a Sagitario A* se denominan estrellas S. Su existencia es ya un tanto misteriosa porque su entorno es muy hostil. El astrofísico Andreas Burkert, del observatorio de la Universidad Ludwig Maximilians de Munich (Alemania), y sus colegas buscaron patrones en las órbitas de las aproximadamente 50 estrellas S de las que tenemos datos claros.
Han encontrado una fuerte correlación entre la distancia de una estrella al centro de la galaxia y la forma de su órbita, que describen en un artículo publicado en el sitio web de preimpresiones Arxiv. Cuanto más cerca está la estrella del centro, más alargada es su órbita. De forma bastante inesperada, no se encontraron estrellas con órbitas circulares en la región que rodea inmediatamente a Sagitario A*.
Los científicos llaman a este fenómeno la zona de evitamiento (ZOA), o zona de acceso prohibido. Si estas estrellas existieran, serían las más fáciles de observar de todas las que rodean a este agujero negro. Por tanto, es poco probable que la ausencia de estas estrellas se deba a un problema de observación.
Disposición forzada
“La ZOA tiene un límite superior muy estrecho”, afirma Burkert. “Es como si las estrellas tuvieran prohibido entrar en esa zona, o si las estrellas que lo hacen fueran destruidas”. Dado que hay muchas estrellas cerca de Sagitario A*, no se sabe por qué las estrellas evitan la ZOA.
“Parece que la presencia de un agujero negro supermasivo constituye una especie de fuerza que obliga a los objetos a disponerse siguiendo un patrón no aleatorio”, explica el astrónomo Florian Peißker, de la Universidad de Colonia (Alemania). “La gran pregunta es: ¿por qué ocurre esto? Averiguar este misterio es un paso esencial para comprender los agujeros negros y la forma que adoptan en su entorno”.
No pueden explicar la ZOA
Hay dos hipótesis principales que intentan explicar la forma orbital y la proximidad a Sagitario A* de las estrellas S. La primera afirma que existe otro agujero negro más pequeño en la misma región, que altera las órbitas de las estrellas. La segunda sostiene que las estrellas S fueron primero estrellas binarias, y que una de ellas salió disparada, hacia el espacio, mientras que la otra estrella quedó rezagada en una órbita cerrada alrededor del centro de la Vía Láctea.
Pero ninguna de estas dos ideas puede explicar la ZOA y los otros sutiles patrones hallados por los investigadores. “Son teorías que compiten entre sí, pero ya no tienen por qué hacerlo porque ninguna de las dos funciona”, afirma Burkert. “En realidad, no sabemos cuál es la causa. Creo que eso es lo más apasionante de estos patrones”.
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