Los investigadores sostienen que las notas académicas en matemáticas pueden experimentar una mejora significativa si se incorpora una mayor presencia de música en las clases.
Números, fracciones, divisiones… No es pan comido para todos los niños. De hecho, hoy en día en muchos países parece que a los niños se les dan peor las matemáticas. Pero a los científicos se les ha ocurrido una idea para cambiar este problema. Porque, según ellos, la música puede ayudar a los niños a dominar mejor las matemáticas.
Niños músicos son mejores en matemática
Investigaciones anteriores ya han demostrado que los niños a los que se les da bien la música también son mejores en matemáticas. Pero aún no estaba muy claro si los niños mejoran realmente en matemáticas gracias a la música. Por eso, la investigadora Ayça Akın estudió la cuestión más a fondo. Rebuscó en bases de datos académicas y combinó los resultados de 55 estudios de todo el mundo. En estos estudios participaron casi 78 000 niños, desde niños de preescolar, hasta estudiantes universitarios de más edad.
“Analicé tres talleres de música diferentes”, explica Akın. “En el primero se impartían clases de música general, en las que los niños aprendían a cantar y a escuchar música, por ejemplo. En el segundo, los niños aprendían a tocar un instrumento musical, tanto individualmente como en una banda. Y en el tercero, la música se convirtió en una parte importante de las clases de matemáticas”. Tanto antes como después de los talleres, los alumnos tuvieron que hacer un examen de matemáticas. A continuación, los investigadores compararon si estos niños sacaban mejores notas que los que no habían participado en los talleres.
Los resultados mostraron que, efectivamente, estos niños sacaban notas significativamente más altas. El 58 % de los niños que habían recibido clases regulares de música y el 69 % de los que habían aprendido a tocar un instrumento musical obtuvieron mejores resultados en las pruebas de matemáticas. “Con el tiempo, la música condujo a una mejora significativa de las habilidades matemáticas de los niños”, afirma Akın.
La música como parte de la lección de matemáticas
Pero las lecciones integradas en particular tuvieron un gran efecto. Hasta un 73 % de los alumnos que también habían recibido clases de música durante las clases de matemáticas notaron progresos. “El resultado más sorprendente de nuestro estudio es que los estudiantes obtuvieron calificaciones en matemáticas visiblemente mejores si la música había formado parte de su lección”, concluye Akın. “Las matemáticas y la música pueden parecer dos mundos muy diferentes, pero en realidad van muy bien juntos. Por lo tanto, nuestro análisis apunta a una estrecha relación entre ambas, lo que lleva a los alumnos a destacar más en sus exámenes de matemáticas”.
La música es como la matemática, pero menos estresante y más divertido
El hecho de que la música haga que los niños sean mejores en matemáticas, por cierto, no es muy sorprendente. Por ejemplo, ambas tienen una sorprendente cantidad de cosas en común, según Akın. “Piensa en símbolos y simetría”, enumera. “Además, ambas materias requieren pensamiento abstracto y razonamiento cuantitativo”. La aritmética se presta especialmente bien a ser enseñada a través de la música, sugiere, ya que las fracciones y las proporciones también son fundamentales para la música.
“Las notas y las fracciones están muy relacionadas”, explica Akın. “La música está llena de fracciones. Hay notas enteras, medias notas y negras. Además, también intervienen los ritmos y los tempos. Los mismos conceptos son también elementos fundamentales de la aritmética. Las matemáticas son números y fracciones. Si sustituyes esos números por notas, ritmos y tempos, obtienes música”.
Además, la música hace que las clases de matemáticas sean mucho más divertidas y menos estresantes. Incluso los niños que tienen dificultades con las matemáticas y, por tanto, han desarrollado cierta ansiedad matemática, pueden relajarse un poco más gracias a la música. “La música simplemente hace que las matemáticas sean más divertidas”, argumenta Akın. “Aumenta la motivación y puede ayudar a reducir la ansiedad de los alumnos ante las matemáticas (una asignatura que muchos consideran difícil y exigente), al tiempo que mejora el rendimiento”.
Planificar las clases juntos
Por ello, el investigador anima a los profesores de matemáticas y música a planificar las clases juntos. “Creo que es enormemente importante que más escuelas de todo el mundo empiecen a integrar las clases de música en las de matemáticas”, defiende. “Creo que es una forma importante de hacer que los alumnos participen en las clases de matemáticas y pasen un rato agradable. Además, es mucho más interactivo que hacer sumas matemáticas con lápiz y papel. Un entorno de aprendizaje que integre música y matemáticas también puede hacer que los alumnos aprecien más las matemáticas. Por eso, más países deberían planteárselo”.
El camino a seguir
Según Akın, estas lecciones pueden diseñarse de diferentes maneras. Los alumnos podrían, por ejemplo, dar palmas al compás de canciones con diferentes ritmos. Incluso se podrían utilizar las matemáticas para diseñar instrumentos musicales. “Además, se pueden resolver problemas matemáticos a partir de piezas musicales originales”, sugiere Akın. “O al revés, creando piezas musicales basadas en patrones matemáticos. Las matemáticas también pueden representarse de formas alternativas, como en notas musicales. Pero una lección integrada de este tipo también puede profundizar en la relación entre la duración de las notas musicales y las fracciones. Estos métodos no solo ayudan a los niños a comprender conceptos matemáticos clave, sino que también les permiten ver los paralelismos y las conexiones entre las matemáticas y la música, proporcionando un entorno de aprendizaje más rico y atractivo”. Además, esto no tiene por qué costar mucho dinero extra. “Lo único que necesita un profesor es un conjunto de instrumentos rítmicos, muchos de los cuales pueden fabricar los niños”, dice Akın. “Además, pueden hacer falta algunas tarjetas o carteles con instrumentos musicales y un reproductor de CD”.
En definitiva, el estudio de Akın demuestra lo beneficiosa que es la música para un mejor desarrollo de las habilidades aritméticas de los niños. “La música permite a los niños ver la aritmética bajo una nueva luz”, afirma. “Al fin y al cabo, las dos disciplinas tienen más en común de lo que se piensa. En resumen, nuestro estudio pone de manifiesto el fuerte vínculo que existe entre las matemáticas y la música. Por ello, abogamos por la unificación de estas materias en los programas educativos. Si los profesores optan por fusionar las matemáticas y la música más a menudo, no solo se pueden obtener mejores notas, sino que al mismo tiempo se puede ofrecer a los alumnos una experiencia de aprendizaje más agradable y completa”.
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