Se ha observado que las madres orcas en estado menopáusico siempre protegen a sus hijos de posibles heridas causadas por otros miembros de la especie, aunque no brindan la misma protección a sus hijas.
Las orcas salvajes hembras pueden vivir hasta unos respetables 90 años. Y, como los humanos, las orcas menopáusicas pueden vivir décadas más. Los científicos se han preguntado a menudo por qué los humanos y algunas especies de ballenas pasan por la vida infértiles durante tanto tiempo. Después de todo, ¿cuál es exactamente el beneficio evolutivo si ya no pueden reproducirse?
Estudios anteriores ya lo han insinuado. Por ejemplo, parece que las orcas que han entrado en la transición desempeñan un papel importante en el cuidado de sus nietos. Y ahora los investigadores han descubierto otra razón por la que estas hembras estériles son indispensables.
Orcas del estudio
El equipo de investigadores estudió un grupo de orcas que viven frente a las costas del noroeste del Pacífico, una región del noroeste de Norteamérica. Estas orcas tienen una sociedad denominada matriarcal, formada por una madre, su descendencia y la descendencia de sus hijas. Aunque los machos se reproducen con hembras de otros grupos, ellos también permanecen en el mismo grupo que su madre durante toda su vida.
Marcas de mordeduras
A partir de imágenes recogidas durante censos fotográficos de la población de orcas, los científicos buscaron indicios de “marcas de mordeduras”: cicatrices que quedan cuando una orca raspa con sus dientes la piel de otra. Estas marcas son indicios de interacciones sociales físicas y suelen ser el resultado de peleas o juegos bruscos. Salvo los humanos, las orcas no tienen enemigos naturales. Por ello, lo más probable es que una marca de mordedura sea causada por un congénere.
Una orca macho adulta con marcas de mordiscos. Imagen: David Ellifrit, Centre for Whale Research |
Los investigadores descubrieron que un macho tenía menos marcas de mordeduras cuando su madre era menopáusica. “Estos machos tenían un 35 % menos de marcas de mordeduras que otros machos”, dijo Charli Grimes, líder de la investigación. “No se observó que los hijos de madres que seguían reproduciéndose tuvieran menos marcas de mordeduras”.
Protegen a hijos machos
Según el equipo, esto sugiere que las madres orcas que han entrado en la transición parecen estar protegiendo eficazmente a sus hijos de las lesiones causadas por congéneres agresivos. El nuevo estudio se suma a la creciente evidencia de que las hembras menopáusicas aumentan las posibilidades de vida de su descendencia, especialmente de sus hijos.
“No podemos decir con seguridad por qué esto cambia en la menopausia”, dice Grimes. “Pero una posibilidad es que las madres orcas menopáusicas tengan más tiempo y energía para proteger a sus hijos”.
Los investigadores creen que las hembras mayores utilizan su experiencia para ayudar a sus hijos en los encuentros sociales. “Tienen mucha experiencia con animales de otros grupos y conocen muy bien el comportamiento”, explica el investigador Darren Croft. “Por tanto, pueden guiar a sus hijos lejos de interacciones potencialmente peligrosas. Las madres también pueden intervenir si amenaza una pelea”. Esto significa que las madres orcas actúan así como mediadoras y evitan que surjan conflictos en primer lugar. “Sin embargo, llama la atención lo selectivo que es ese apoyo social”, prosigue Croft. “No es que estas hembras asuman un papel policial general. Solo se centran en sus hijos”.
No protegen a las hijas
Esto significa que una madre orca no interfiere en los encuentros sociales de su hija. ¿Por qué las hijas no tienen que contar con la protección de su madre? “Los machos pueden aparearse con varias hembras”, explica Grimes. “Esto significa que tienen más probabilidades de transmitir los genes de su madre. Además, los machos se aparean con hembras que no pertenecen a su grupo social. Así, la carga de criar a la cría la soporta otro grupo”.
Por cierto, una madre orca no recibe los golpes por su hijo. Así, los investigadores descubrieron que las hembras en transición tenían el menor número de marcas de mordiscos de todo el grupo. Esto sugiere que, por tanto, ella no se interpone físicamente entre los dos cuando su hijo entra en un conflicto fuera de control. “Pero es probable que esté presente en una situación de conflicto para poder avisar a tiempo a su hijo”, sospecha Grimes.
Nuevas perspectivas
Los hallazgos ofrecen nuevas perspectivas sorprendentes y fascinantes sobre el papel de las madres orcas durante la menopausia. “Muestran comportamientos protectores, lo que hace que sus hijos sufran menos heridas”, resume el investigador Dan Franks. “Es realmente fascinante ver cómo esta relación madre-hijo profundiza nuestra comprensión tanto de las intrincadas estructuras sociales en las sociedades de orcas, como de la evolución de la transición en especies ajenas a los humanos”.
Además, Croft afirma que las similitudes entre orcas y humanos son intrigantes. “Como en los humanos, parece que las orcas hembras de más edad desempeñan un papel crucial”, afirma. “Utilizar sus conocimientos y experiencia tiene muchas ventajas, entre ellas para encontrar comida y, como parece ahora, también para la resolución de conflictos”.
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