Los astrónomos pensaban que las estrellas de baja masa también tendrían un campo magnético mucho menor. Resulta que no es así. En algunas estrellas, el magnetismo es en realidad mucho más fuerte de lo que se pensaba. Este descubrimiento pone patas arriba los modelos actuales.
El campo magnético en la superficie de las estrellas, como nuestro Sol, está causado por la rotación de la estrella. Actúa como una especie de dinamo. Hasta ahora, se pensaba que las estrellas de baja masa (inferiores a nuestro sol y que giran muy deprisa o relativamente despacio) mostraban muy poca actividad magnética. Esto hacía suponer a los astrónomos que serían huéspedes ideales para planetas potencialmente habitables.
Demasiada radiación
Pero un nuevo estudio echa por tierra esta hipótesis. En él, los científicos describen un mecanismo por el cual la superficie y el núcleo de la estrella primero giran a la misma velocidad y luego dejan de hacerlo, separándose lentamente.
Este proceso podría explicar por qué los campos magnéticos de las estrellas frías son cada vez más intensos. Esto, a su vez, tiene como consecuencia que su radiación aumente de intensidad a lo largo de miles de millones de años, lo que repercute en la habitabilidad de los exoplanetas que orbitan alrededor de estas estrellas.
Lo que hace más especial este descubrimiento es que no habría sido posible sin el desarrollo de una nueva tecnología de medición magnética. “Aunque las estrellas de baja masa son las más comunes de la Vía Láctea y suelen albergar exoplanetas, los científicos saben relativamente poco sobre ellas”, explica Lyra Cao, investigadora principal de la Universidad Estatal de Ohio.
No todas las estrellas son iguales
Durante décadas, los astrónomos asumieron que los procesos físicos de las estrellas de baja masa eran los mismos que los de las estrellas más grandes, como nuestro Sol. Dado que las estrellas pierden gradualmente su momento angular (la cantidad de giro) a medida que rotan menos, los astrónomos pueden utilizar la rotación de las estrellas para comprender mejor sus procesos físicos y averiguar cómo interactúan con sus exoplanetas y el entorno posterior.
Los astrónomos decidieron estudiar 136 estrellas del cúmulo estelar M44, también conocido como Praesepe o cúmulo de la Colmena. Empleando la nueva técnica, pronto descubrieron que los campos magnéticos de las estrellas de baja masa eran mucho más fuertes de lo que los modelos actuales podían explicar.
Investigaciones anteriores ya habían demostrado que el cúmulo de la Colmena contiene muchas estrellas que van en contra de las teorías existentes sobre la evolución de la rotación de las estrellas, pero el descubrimiento de Cao va un paso más allá: los campos magnéticos de estas estrellas también son muy diferentes (es decir, mucho más fuertes) de lo que se pensaba según los modelos actuales.
“Fue estupendo ver una relación entre el magnetismo más intenso y las rotaciones anómalas”, afirma Cao. “Deja claro que aquí hay una pieza de física interesante en juego”.
Sincronización entre núcleo y superficie
A los investigadores también se les ocurrió la hipótesis de que el proceso de sincronización entre el núcleo y la superficie de la estrella puede estar permitiendo que en estas estrellas se desarrolle un magnetismo que tiene un origen muy diferente del magnetismo que vemos en el Sol. “Hemos encontrado pruebas de que un tipo diferente de mecanismo de dinamo impulsa el magnetismo de estas estrellas”, afirma Cao. “Este estudio demuestra que la física estelar puede tener implicaciones sorprendentes para otros campos de investigación”.
Según los científicos, sus hallazgos tienen importantes implicaciones para nuestra comprensión de la astrofísica, especialmente en lo que se refiere a la búsqueda de vida en otros planetas. “Es probable que las estrellas con un campo magnético tan intenso bombardeen sus planetas con radiación de alta energía”, explica Cao. “Es probable que este efecto dure miles de millones de años en algunas estrellas, por lo que es importante entender lo que esto significa para nuestras ideas de habitabilidad”.
Una búsqueda más enfocada
Pero estos resultados no deberían disuadirnos de buscar vida extraterrestre, afirman los investigadores. Con más investigación, el descubrimiento podría ayudarnos a buscar de forma más específica planetas que pudieran ser habitables. Y aquí, en la Tierra, los hallazgos podrían conducir a mejores simulaciones y modelos teóricos de la evolución de las estrellas.
“Lo siguiente que tenemos que hacer es comprobar que estos campos magnéticos más intensos se producen a una escala mucho mayor”, concluye Cao. “Si entendemos lo que ocurre dentro de estas estrellas cuando experimentan este magnetismo aumentado, esto va a llevar a la ciencia en una nueva dirección”.
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