¿Qué tiempo hace? No solo es una pregunta importante durante las vacaciones, también es una de las primeras cosas que se preguntan los astrónomos cuando se topan con un nuevo planeta. Al fin y al cabo, que un planeta se encuentre en la llamada zona habitable es crucial para la posible presencia de agua y, por tanto, de vida. Ahora resulta que más planetas de los que se pensaba cumplen esa condición.
Nuestro gran sol caliente es una rareza relativa en la galaxia. La gran mayoría de las estrellas son más pequeñas y frías, con una masa como mucho la mitad de la del sol. Miles de millones de planetas orbitan alrededor de estas estrellas enanas.
Para que los planetas sean habitables, tienen que orbitar muy cerca de sus pequeñas estrellas, de lo contrario hace demasiado frío. Sin embargo, esto a su vez las hace muy susceptibles a fuerzas de marea extremas.
La zona habitable
La zona habitable es el área a una distancia suficiente de una estrella para que la vida sea posible. La condición principal es la temperatura. No debe ser ni demasiado caliente ni demasiado fría para que el agua no se congele ni se evapore, sino que permanezca líquida. Dato curioso: esta zona también se llama la zona de ricitos de oro, por el cuento de hadas de ricitos de oro y los tres osos. Según el cuento, una niña tiene que probar gachas de tres platos, el primero demasiado caliente, el segundo demasiado frío y el tercero en su punto.
Próxima fase de investigación
Según un nuevo análisis de los datos de los telescopios, dos tercios de los planetas están demasiado cerca de su estrella para soportar estas fuerzas de marea extremas que provocan su sobrecalentamiento.
Pero eso significa, por tanto, que un tercio de los planetas (todavía cientos de millones, solo en nuestra galaxia) están a la distancia adecuada de su estrella para albergar agua líquida y, por tanto, posible vida.
Sarah Ballard, investigadora de la Universidad de Florida, comenta: “Creo que este resultado es muy importante para la próxima década de investigación de exoplanetas, porque ahora nuestros ojos están más centrados en este grupo de estrellas. Estas estrellas son perfectas para buscar pequeños planetas en órbitas que permitan la existencia de agua líquida, lo que podría permitir la vida”, afirma la investigadora, que lleva mucho tiempo estudiando los exoplanetas.
No es un círculo perfecto
Junto con la investigadora Sheila Sagear, observó la excentricidad de más de 150 planetas alrededor de estrellas enanas rojas (estrellas M), que tienen aproximadamente el tamaño de Júpiter. Cuanto más ovalada o elíptica es una órbita (es decir, cuanto más se desvía de un círculo perfecto), más excéntrica es. Si un planeta está muy cerca de su estrella, más o menos como Mercurio lo está del Sol, una órbita excéntrica puede hacer que el planeta experimente el llamado calentamiento de marea. Bajo la influencia de una gravedad en constante cambio durante su órbita irregular, el planeta se estira y se deforma. En el caso extremo, el planeta se calienta demasiado, lo que provoca la evaporación del agua líquida. “Solo en el caso de estas estrellas pequeñas, en las que la zona habitable está tan cerca, estas fuerzas de marea adquieren relevancia”, explica Ballard.
Gracias al Kepler y Gaia
Los datos proceden del telescopio Kepler de la NASA, que recoge información de los exoplanetas a medida que pasan cerca de su estrella anfitriona. Para medir las órbitas de los planetas, los investigadores se centraron principalmente en el tiempo que tardaba un planeta en pasar por delante de una estrella. Para ello, también utilizaron nuevos datos del telescopio Gaia, que mide la distancia a miles de millones de estrellas de nuestra galaxia. “La distancia era realmente la pieza de información que nos faltaba hasta ahora y que nos ha permitido hacer ahora un buen análisis”, responde Sagear.
Múltiples planetas alrededor de una estrella
Los dos investigadores descubrieron que las estrellas con múltiples planetas tenían más probabilidades de tener el tipo de órbita circular necesaria para albergar agua líquida. Las estrellas con un solo planeta tenían más probabilidades de sufrir mareas extremas que hicieran inhabitable su superficie.
Un tercio de los planetas de esta pequeña muestra tenía una órbita tan “amigable” alrededor de una estrella que el agua líquida era una posibilidad. Esto significa que la Vía Láctea alberga probablemente cientos de millones de planetas fuera de nuestro sistema solar en los que los astrónomos pueden buscar signos de vida.
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