Un submarino utilizado para transportar turistas a los restos del Titanic lleva desaparecido desde el domingo. Esto plantea muchas preguntas. ¿Qué pudo ocurrir? ¿Y por qué sigue siendo tan difícil encontrar el submarino?
Este fin de semana, cinco personas (entre ellas tres turistas) descendieron a los restos del Titanic en el submarino “Titán”. Pero lo que se suponía que iba a ser una experiencia inolvidable parece haberse convertido en un crucero problemático.
Desde que el Titán desapareció bajo el agua, no queda ni rastro del submarino. Desde entonces se ha montado una búsqueda masiva para localizar el submarino. Pero por ahora, esa búsqueda no ha dado resultado.
Localizar, una búsqueda complicada
Cabe preguntarse por qué es tan difícil localizar un submarino que, al fin y al cabo, se sabe adónde debía navegar. Hay varias razones para ello, dice el profesor asociado Eric Fusil, experto en construcción naval de la Universidad de Adelaida. “Como no hay ningún cable entre el Titán y el barco de apoyo en la superficie, el submarino solo puede detectarse desde la superficie directamente a través del agua de mar”. Pero esa agua marina hace imposible el despliegue de métodos de búsqueda que funcionan bien en tierra o en la superficie del mar. “Los reflectores y los rayos láser son absorbidos por el agua a los pocos metros”, explica Fusil. El radar y el GPS tampoco funcionan bajo el agua.
Obviamente, esto complica enormemente la búsqueda. “En realidad, se necesita un submarino que pueda sumergirse tanto como el Titán”, dice Fusil. Y preferiblemente equipado también con un dispositivo de sonar activo. Estos dispositivos emiten un pulso de sonido y luego escuchan su reflejo para localizar cualquier objeto en las proximidades. El único problema es que los submarinos capaces de sumergirse a tanta profundidad como el Titán no están al alcance de todos. “Incluso los submarinos militares a menudo no pueden sumergirse a más de 500 metros de profundidad, por lo que solo pueden utilizar sus dispositivos de sonar para localizar el Titán. Así que posteriormente no pueden acercarse a él”.
Alistair Greig, profesor de ingeniería marina del University College de Londres, está de acuerdo. “Si el submarino ha descendido al fondo y ya no puede salir a la superficie por sus propios medios, las opciones son muy limitadas (…) hay muy pocos buques que puedan llegar a tanta profundidad y los buzos no pueden llegar de todos modos”. “Los buques desarrollados para el rescate naval de submarinos no pueden llegar tan profundo en ningún caso, e incluso si pudieran, dudo que pudieran engancharse a la escotilla que da acceso al submarino turístico”.
¿Qué ha ocurrido?
Si el submarino sigue intacto, por cierto, es también una cuestión importante en este momento. El hecho de que la comunicación (acústica) entre el submarino y el buque de apoyo en la superficie haya cesado sugiere que hay (ha habido) problemas. Según Fusil, cuatro hipótesis son concebibles a este respecto. “Fallo de alimentación: el Titán funciona con baterías y, si falla la alimentación, también se cortarían las comunicaciones. No está claro si el submarino tiene un sistema de reserva”. Además, un incendio (debido a cortocircuitos) también podría provocar un fallo eléctrico. “Además de arruinar los sistemas, el fuego también supone un peligro inmediato, ya que libera gases tóxicos que envenenan la atmósfera y podrían provocar que los pasajeros (si no llevan algún tipo de máscaras de oxígeno) quedaran inconscientes”.
Una tercera opción es una fuga. “Los submarinos experimentan (a medida que se hacen más profundos) más y más presión”, afirma. A una profundidad de unos 4000 metros, esa presión es enorme. “El casco del Titán puede soportar esa presión, pero eso exige que el submarino mantenga una forma muy redondeada. Cualquier pequeña desviación en eso podría provocar una implosión a tal profundidad”. Por último, existe la posibilidad de que el submarino se haya atascado. “Bajo el agua también puede haber fuertes corrientes. Un pecio como el Titanic puede ser peligroso si te acercas demasiado; hay muchos puntos traicioneros en los que el Titán podría quedarse atascado”.
Aún no está claro si se ha materializado alguna de estas situaciones. Pero, haya ocurrido lo que haya ocurrido, una cosa es cierta: es de vital importancia que Titán sea encontrado y sacado a la superficie lo antes posible. “El tiempo apremia”, argumenta Fusil. Porque el suministro de oxígeno a bordo del submarino es limitado. De ahí que la búsqueda también se esté llevando a cabo con todas sus fuerzas. Pero, como ya se ha dicho, no es nada fácil. “Cualquiera que haya buceado a grandes profundidades sabe lo implacable que es el mar profundo”, argumenta Fusil. “Ir bajo el agua (al menos desde un punto de vista técnico) es un reto tan grande o quizá mayor que ir al espacio”.
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