Vinagre, lo usas como producto de limpieza o lo echas a la ensalada, pero que también puede ayudar a combatir el calentamiento global, ni te lo imaginabas. Y, sin embargo, parece que sí: investigadores australianos han conseguido convertir el CO₂ en ácido acético.
Y no se trata solo de un proyecto piloto. El proceso era eficaz y asequible, por lo que podría utilizarse a gran escala en el futuro para eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera.
El ácido acético (vinagre) no solo se utiliza en la cocina, sino que también es un agente importante en la industria. También se encuentra en la pintura vinílica y en algunos tipos de pegamento. Este agente puede fabricarse de dos maneras. La forma natural tiene miles de años: se crea durante la fermentación del alcohol por la bacteria Acetobacter cuando llega suficiente oxígeno a la bebida.
Gran necesidad industrial
El ácido acético sintético se fabrica a partir de recursos fósiles, como el gas natural. Se crea haciendo reaccionar entre sí metanol y monóxido de carbono a alta presión y a 180 grados mediante un catalizador
En su nuevo estudio, los investigadores de Melbourne demuestran que el ácido acético puede sintetizarse a partir del dióxido de carbono (CO₂) utilizando un catalizador compuesto por sólidos. La nueva técnica podría llegar a sustituir a los actuales catalizadores compuestos de rodio o iridio líquidos, escriben. Los catalizadores líquidos deben purificarse primero, mientras que los catalizadores sólidos están listos para empezar a funcionar inmediatamente. Esto no solo es más rápido, sino que también ahorra sustancialmente en emisiones de gases nocivos.
Cifras de emisiones negativas
“Desde el comienzo de la revolución industrial, la proporción de CO₂ en la atmósfera ha aumentado. Es la principal causa del efecto invernadero que ha provocado el calentamiento global en las últimas décadas. Incluso si detenemos todas las emisiones industriales ahora mismo, los efectos negativos del calentamiento global continuarán durante al menos otros mil años mientras la naturaleza absorbe lentamente el CO₂ sobrante”, afirma el investigador Akshat Tanksale.
“La necesidad es, por tanto, grande: tenemos que encontrar una forma de eliminar activamente el CO₂ de la atmósfera y convertirlo en productos que lo retengan”. Y eso es exactamente lo que han conseguido los investigadores.
La transformación del marco orgánico metálico (MOF). Imagen: Universidad de Monash |
El equipo comenzó desarrollando el llamado marco orgánico metálico (MOF), que consiste en un material cristalino formado por átomos de hierro unidos entre sí mediante puentes orgánicos. Estos puentes se destruyeron intencionadamente calentando el MOF para que los átomos de hierro se acercaran entre sí y formaran partículas de unos pocos nanómetros de longitud. Estas nanopartículas de hierro forman parte de una capa porosa de carbono, lo que les permite seguir haciendo bien su trabajo como catalizadores durante las violentas condiciones de reacción. Son muy activas y estables al mismo tiempo. Es la primera vez que un catalizador basado en átomos de hierro permite sintetizar ácido acético.
¿Demasiado bueno para ser verdad?
El nuevo proceso es más eficaz y barato que su predecesor. Pero el nuevo y revolucionario método también beneficia al medio ambiente. Nuevas investigaciones deberían allanar el camino para su ampliación. De ese modo, la forma contaminante en que se produce actualmente el ácido acético puede dar paso a un proceso mucho más sostenible que también combata el calentamiento global.
¿Obtener beneficios de la producción y venta de ácido acético, con una materia prima gratuita, y resolver al mismo tiempo la crisis climática? Parece demasiado bueno para ser verdad, pero según el estudio, podría hacerse realidad. Los investigadores trabajan ahora para que el método pueda utilizarse con fines comerciales.
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