Y esto es llamativo, porque ocurre exactamente lo mismo en los humanos. Los investigadores sugieren que la relación entre el sueño deficiente y la demencia es un círculo vicioso que puede empeorar la enfermedad
Se sabe que la enfermedad de alzheimer altera los ritmos normales del sueño. Los humanos no solo tienen problemas para conciliar el sueño, sino también para dormir toda la noche. Nuestros fieles amigos de cuatro patas luchan con algo similar, según demuestra un nuevo estudio. Como los perros con demencia también se ven aquejados regularmente por un sueño deficiente.
Estudio del sueño en perros
En el estudio, los investigadores reunieron a 28 perros ancianos (17 hembras y 11 machos). Los perros se sometieron a un examen físico completo y también completaron pruebas cognitivas. Sus dueños también habían completado el cuestionario de la escala de demencia canina (cades), con el fin de determinar la gravedad de su deterioro cognitivo. A continuación, comenzó el estudio del sueño.
Los perros realizaron dos sesiones de sueño en el laboratorio. La primera sesión se diseñó para que los perros se acostumbraran al nuevo entorno y a los electrodos pegados a ellos. Durante la segunda sesión, se midió la actividad cerebral durante una breve siesta de dos horas. A diferencia de estudios anteriores sobre el sueño en perros, los investigadores utilizaron técnicas no invasivas para recopilar datos. Por ejemplo, no se sedó a los perros y los electrodos se pegaron a sus cabezas con un gel adhesivo.
Participante en el estudio del sueño, se le colocan electrodos en la cabeza. Imagen: John Joyner, NC State |
Sueños NREM y REM
Para medir la actividad eléctrica del cerebro, los investigadores utilizaron el EEG (electroencefalografía). El EEG mide cuatro fases del sueño: alerta, somnolencia, NREM y REM.
El sueño NREM (o no REM) es un estado de sueño profundo que precede al REM. Durante el sueño NREM prácticamente no se sueña y, a diferencia del sueño REM, los músculos no se paralizan.
“Durante el sueño NREM, el cerebro elimina toxinas”, explica la investigadora Alejandra Mondino. “También se descomponen las proteínas beta-amiloides implicadas en la enfermedad de Alzheimer”. REM (abreviatura de rapid eye movement, movimiento ocular rápido) es la fase del sueño en la que se experimentan sueños vívidos. “Esta fase del sueño es muy importante para la memoria”, afirma Mondino. Así, los científicos sospechan que esta fase del sueño desempeña un papel en los procesos que garantizan que los recuerdos permanezcan almacenados en nuestra memoria.
¿Sabías qué…?
La duración del sueño REM no es la misma. De hecho, el sueño REM disminuye a medida que envejecemos. Los recién nacidos pasan alrededor del 50 % de su sueño en fase REM. Al cumplir diez años, este porcentaje desciende al 25 % y los adultos solo pasan el 15 % del tiempo en sueño REM. El descenso significativo del sueño REM se produce en torno al segundo año de vida.
Los investigadores estudiaron el tiempo que los perros pasaban en cada estado de sueño. Después lo relacionaron con los resultados de sus pruebas cognitivas y el cuestionario CADES.
Trastornos del sueño, el cerebro no participa
Del estudio se desprende una conclusión interesante. Cuanto más demente está el perro, menos tiempo parece pasar en sueño NREM y REM. Además, los investigadores descubrieron que los perros con demencia más avanzada solían sufrir trastornos del sueño y, en general, dormían menos que los perros sin problemas cognitivos.
Esto significa que la demencia y un peor sueño también van de la mano en los perros. “Además de un menor tiempo de sueño, también vimos en los escáneres EEG que su cerebro permanece alerta”, explica Mondino. “En otras palabras, si consiguen dormir, su cerebro no participa del sueño”. Así que sus cerebros permanecen activos hasta cierto punto. Por tanto, aunque los perros intenten descansar, es probable que el cerebro no esté durmiendo realmente.
Significa que los perros dementes guardan sorprendentes similitudes con las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer. Porque, al parecer, los perros también padecen sueño deficiente y sueño ligero e interrumpido en la vejez. En resumen, los perros con demencia sufren, por tanto, los mismos trastornos del sueño que los humanos con demencia.
Círculo vicioso
Los científicos sospechan desde hace tiempo que la relación entre los trastornos del sueño y el Alzheimer es en realidad un círculo vicioso. La enfermedad de Alzheimer provoca cambios en el cerebro que interfieren con el sueño. Pero dormir mal acelera a su vez los cambios perjudiciales en el cerebro. Por ejemplo, se sabe que las personas que duermen mal tienen niveles más altos de amiloide y tau (proteínas clave del Alzheimer) en el cerebro.
El hecho de que ahora también se haya establecido que los perros con demencia sufren problemas de sueño es un descubrimiento importante. Por un lado, porque facilita la detección del deterioro cognitivo en los perros. Así, el estudio podría conducir potencialmente a un diagnóstico y tratamiento más precoces en perros mayores que muestren signos de demencia. “Además, el estudio sugiere que los perros pueden ser un buen modelo para la investigación de la enfermedad de Alzheimer”, señala la investigadora Natasha Olby. “Con suerte, nuevos estudios en perros ayudarán a desarrollar mejores tratamientos para los humanos”.
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