Un ordenador capaz de reproducir lo que piensas. Es una idea aterradora, pero al mismo tiempo tremendamente útil para las personas que no pueden hablar, por ejemplo. Científicos estadounidenses han conseguido crear algo así. Con el llamado “decodificador semántico”, se puede escanear la actividad cerebral de una persona y convertirla en texto.
Los investigadores de la universidad de Texas han creado un sistema de descodificación del lenguaje que no requiere implantes quirúrgicos. Para entrenar el sistema basta con una sesión en un escáner de resonancia magnética funcional, durante la cual el sujeto de prueba escucha un pódcast de una hora, para calibrar el modelo de inteligencia artificial. Después, el sistema es capaz de convertir pensamientos en texto. No se trata de palabras de una lista preestablecida, todo es posible en lo que a texto se refiere. Si el sujeto de la prueba está abierto a la lectura mental en el escáner, el sistema puede captar qué tipo de historia está escuchando la persona o qué tipo de historia tiene en mente. Así nace una nueva forma de comunicación.
De las ideas complicadas al texto
“Antes solo se podían captar palabras sueltas o frases cortas”, explica el investigador Alex Huth. “Hemos conseguido crear un modelo que descodifica ideas y pensamientos complicados durante un periodo de tiempo más largo y los convierte en un flujo continuo de texto”.
Tomemos, por ejemplo, el texto: “Todavía no tengo el carné de conducir”, que se le dijo a un participante en el estudio mientras estaba tumbado en el escáner de resonancia magnética. El descodificador lingüístico de IA analizó la actividad cerebral y lo tradujo como: “Aún no ha empezado las clases de conducir”. En una prueba posterior, el sistema descodificó las palabras escuchadas: “No sabía si gritar, llorar o salir corriendo. En lugar de eso, la IA tradujo: ¡déjame en paz!”, También, “Empecé a gritar y a llorar”, y entonces la IA solo tradujo: “Te he dicho que me dejes en paz”.
Calibración y concentración
Esta técnica de lectura de la mente es una gran noticia para las personas que ya no pueden comunicarse con normalidad debido a un derrame cerebral u otra afección, pero también plantea dudas sobre posibles abusos e invasiones de la privacidad.
¿Estarán a salvo nuestros pensamientos en el futuro? Los investigadores explican que el descodificador semántico solo produce los textos correctos si el sujeto de la prueba coopera plenamente. En primer lugar, el sistema debe familiarizarse con la actividad cerebral específica del individuo, permaneciendo inmóvil en el escáner cerebral durante 15 horas y escuchando un pódcast, para poder almacenar el patrón único de ondas cerebrales.
El sistema de IA solo puede decodificar los pensamientos si el sujeto no está pensando simultáneamente en otra cosa (por ejemplo, recitando la tabla del 7 mientras escucha un texto) o suprimiendo activamente los pensamientos. Sin calibración o concentración, los resultados son inútiles.
También podría usarse con malos propósitos
“Nos tomamos muy en serio la preocupación de que esta técnica pueda utilizarse también con malos fines y hemos hecho todo lo posible para evitarlo”, afirma el investigador Jerry Tang. “No debería darse el caso de que este tipo de tecnología se utilice en personas que no han dado su permiso y a las que no ha ayudado”. En la actualidad, el sistema no puede utilizarse fuera del laboratorio porque solo funciona junto con un inmenso dispositivo de escaneado fMRI, pero el equipo cree que la lectura de la mente también debería ser posible con escáneres cerebrales más portátiles, como la espectroscopia del infrarrojo cercano (fNIRS). “La fNIRS mide dónde y cuándo hay más o menos sangre en las distintas regiones del cerebro. Es exactamente la misma señal que mide la IRMf”, explica Huth.
Sin embargo, queda la duda de si los regímenes totalitarios u otros malhechores no podrían hacerse con una futura versión de esta tecnología. Por eso Tang es partidario de tomar medidas proactivas. “Creo que es importante, mientras esta tecnología está aún en pañales, elaborar políticas que protejan a las personas y su intimidad. Necesitamos leyes que describan para qué pueden utilizarse estos dispositivos”, afirmó Tang.
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