Se cree que las huellas fueron dejadas por la especie humana extinguida Homo heidelbergensis, durante una “excursión familiar”.
Hace tiempo que sabemos que nuestro planeta estuvo habitado por varios humanoides. Uno de ellos fue el Homo heidelbergensis, especie considerada nuestro antepasado directo.
Los investigadores han descubierto ahora en Alemania varias huellas fósiles de este humanoide de 300 000 años de antigüedad. Se trata de las huellas humanas más antiguas halladas en nuestros vecinos orientales.
Huellas halladas
Las huellas se encontraron cerca de un antiguo lago en Schöningen, en el estado alemán de Baja Sajonia. El lago tenía varios kilómetros de largo y varios cientos de metros de ancho y estaba rodeado de abedules, pinos y praderas. En sus fangosas orillas se reunían antaño manadas de elefantes, rinocerontes y ungulados para beber y bañarse. Y tres huellas de una pequeña familia de antiguos humanoides también han quedado inmortalizadas en este paisaje. “Con unos 300 000 años de antigüedad, son las huellas humanas más antiguas conocidas en Alemania”, explica el investigador Flavio Altamura. “Muy probablemente fueron dejadas por el Homo heidelbergensis”.
Más información sobre el Homo heidelbergensis
El Homo heidelbergensis es una especie humana extinguida que vivió hace entre 500 000 y 200.000 años. Antes se suponía que era primo nuestro, pero desde hace aproximadamente una década sabemos que es un antepasado directo nuestro, así como del hombre de Neandertal y del Denisovano. Por tanto, la especie se considera pre-neandertal. Investigaciones anteriores han demostrado que tanto los machos como las hembras de H. heidelbergensis eran ligeramente más grandes que los neandertales. Por ejemplo, los machos medían de media 1,75 metros y pesaban 62 kilogramos. Las hembras medían de media 1,57 metros y pesaban 51 kilos. Se cree que este humanoide fue una de las primeras especies humanas en cazar caza mayor.
Dos de las tres huellas fueron probablemente presionadas en el barro por niños y una por un adulto. Posiblemente, fueron atraídos al lago por toda la comida disponible aquí. “Dependiendo de la estación del año, había plantas, frutas, hojas, brotes y setas que recolectar en los alrededores del lago”, explica Altamura. “Nuestros hallazgos confirman que la extinta especie humana vivía en las orillas de lagos o ríos con aguas poco profundas. Esto también se sabe de otros yacimientos del Pleistoceno, donde se han encontrado huellas de humanoides con anterioridad”.
Un paseo familiar
Los vestigios descubiertos en schöningen ofrecen una interesante visión de la vida cotidiana de una “familia de heidelberg”. Según los investigadores, puede aportar importantes datos sobre su comportamiento y composición social. Además, muestra cómo compartían su hábitat con otros animales, como manadas de elefantes y mamíferos más pequeños. Los investigadores suponen que, en este caso concreto, interactuaban pacíficamente entre ellos. “A juzgar por las huellas, incluidas las de los niños, probablemente se trataba de una excursión familiar y no de un grupo de cazadores adultos”, conjetura el arqueólogo.
Una de las huellas encontradas, posiblemente dejada por Homo heidelbergensis. Imagen: Senckenberg |
Huella de elefante
Además de las huellas de 300 000 años de antigüedad del Homo heidelbergensis, los investigadores encontraron otros rastros. Por ejemplo, el equipo también descubrió una serie de huellas de elefante atribuibles a la especie extinta Palaeoloxodon antiquus: un elefante con colmillos rectos que hace mucho tiempo fue el animal terrestre más grande del mundo, y podía llegar a pesar 13 toneladas. “Las huellas que descubrimos en Schöningen medían 55 centímetros de largo”, explica el investigador Jordi Serangeli. “Incluso encontramos fragmentos de madera en las huellas, que los animales presionaron contra el suelo, entonces blando”.
Huella rellena de fragmentos de madera dejada por el extinto elefante. Imagen: Senckenberg |
Huella de rinoceronte
También se han encontrado huellas de las patas del rinoceronte extinto Stephanorhinus kirchbergensis. Y esto es muy especial. “Son las primeras huellas de esta especie del Pleistoceno descubiertas en Europa”, afirma Serangeli.
La huella de la pata del extinto rinoceronte. Imagen: Senckenberg |
Que las huellas del presunto Homo heidelbergensis estén rodeadas de huellas de distintos animales es muy interesante. Porque juntas dan una buena idea del ecosistema de la época, escriben los investigadores en la revista Quaternary Science Reviews. “Así es como era Schöningen hace 300 000 años”, argumenta Altamura. “Estos vestigios, junto con análisis anteriores, aportan más datos sobre los humanoides y mamíferos que habitaron esta zona”.
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